Los Premios Goya se inauguraron un 17 de marzo de 1987, en el Teatro Lope de Vega de Madrid, cuando mirábamos de reojo, pero con mucha atención (e incluso admiración ¿o era envidia?), los César de Francia, los Bafta de Reino Unido, los Donatello de Italia, y sobre todo, los más brillantes y glamurosos Óscar de Estados Unidos, pioneros en 1929. Pero si los Premios Goya aún no llegan a los 30 años, ya son muchas las historias, películas, actores, directores y presentadores, que han alimentado la magia del séptimo arte español con films de récord, besos “de cine”, errores imposibles, estilismos imperdonables, taquillazos, fracasos, eternos candidatos y reivindicaciones políticas. Crónica sentimental “entre bastidores” de una gala, que el próximo fin de semana celebrará su 29º edición.

   Todo empezó hace 40 años, cuando el 12 de noviembre de 1985 se sentaron alrededor de una (gran) mesa del restaurante madrileño O’Pazo, el productor Alfredo Matas, los directores Luis García Berlanga y Carlos Saura, los actores José Sacristán y Charo López, los directores de producción Tedy Villalba y Marisol Carnicero, los montadores Pablo González del Amo y José Luis Matsanz, el guionista Manolo Matji, el compositor José Nieto, el director de fotografía Carlos Suárez, y el decorador Ramiro Gómez García de Guadiana, con la firme intención de dar un buen empujón al cine español. Y, tan solo dos meses después de ese encuentro determinante, nació el 08 de enero de enero de 1986, la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, con José María González Sinde (sí, sí, el padre de la célebre ex ministra que décadas después promulgaría la famosa Ley Sinde), de presidente entre 1986 y 1987, encargado de impulsar la creación de los galardones que premiarían los mejores trabajos del celuloide español.

   Pero, antes, tocaba bautizarlos. La Academia tenía claro que necesitaban un nombre que “hablara” al público español además de ser un referente cultural universal. El apellido Francisco de Goya no tardó en imponerse entre los académicos, quienes (a pesar de la polémica) vieron en la figura del pintor un icono de nuestro arte, con una estética pictórica cercana a la del cine y, por ende, con un nombre corto y sonoro muy al estilo de los ya famosos Óscar. Por fin, ya se podía darle forma.

   Se encargó el diseño de la estatuilla (que recibirían “El viaje a ninguna parte”, en 1987, “El bosque animado”, en 1988, y “Mujeres al borde de un ataque de nervios”, en 1989) al escultor  Miguel Ortiz Berrocal, que coronó la efigie del pintor con una cámara como guiño (demasiado obvio) al mundo del cine. Entonces, en la cuarta edición, aquella figura se cambió por una nueva y reluciente escultura del artista José Luis Fernández, en bronce y menos pesada, que aún se mantiene. Y, a pesar de aligerar el galardón, algunos artistas se han ido bien cargaditos. El que más, el director Alejandro Amenábar, que con 14 premios de las 15 candidaturas por “Mar adentro” (2004), sigue ostentando el récord. 13 de 15 recogió “¡Ay, Carmela!” (1990), de Carlos Saura, y hace apenas unos años, la maravillosamente extraña “Blancanieves” (2012), de Pablo Berger, arrasó con 10 de las 18 nominaciones.

   Junto a Amenábar, Pedro Almodóvar y Fernando Trueba son los realizadores que más han repetido como aspirantes y triunfadores. De hecho, el director manchego es uno de los centros de atención de la patria alfombra roja ya que, bajo el rumor de cierto desapego por la falta de premios en algunos de sus trabajos, su ausencia despierta si cabe más revuelo que su presencia. En resumen, Almodóvar se hacía de rogar, pero en 2010, el entonces presidente de la academia, Álex de la Iglesia -que también protagonizaría uno de los posados más tensos de los Goya, junto a la entonces ministra de cultura Ángeles González-Sinde con su famosa ley homónima- insistió tanto que logró tenerlo sentadito y asintiendo. Y, para la edición de este año, ya sabemos que ¡Pedro! estará y que además entregará el Goya de Honor a Antonio Banderas. Aunque es probable que nos sorprenda, será difícil superar el momentazo almodovariano del año 2000 cuando, cual Marilyn vergonzosa, el director manchego cantó cumpleaños feliz al entonces Príncipe Felipe.

   Los besos son otro de los grandes protagonistas. Uno de los más comentados fue el apasionado ósculo entre Maribel Verdú y José Coronado muy al estilo del que le plantó Adrien Brody a Halle Berry en los Óscar. En la versión española fue la chica, es decir, una emocionada Verdú, la que dio el efusivo beso al actor al recordar que los 2 Goya de su carrera se los había entregado él. La emoción forma parte de la ceremonia, y cuando los premiados salen a recoger el preciado busto, se dejan llevar… si pueden. ¿O acaso alguien ha olvidado la bochornosa situación de bajar los micrófonos si alguno se pasaba de tiempo con sus palabras? Inolvidable el careto de Belén Rueda al quedarse a medias cuando agradecía su reconocimiento por “Mar adentro”. Como lo fue también en 1989 el desquite de Pilar Miró, la que fuera presidenta de RTVE, que aprovechó el momento, antes de entregar el Premio al Mejor Guión, para afirmar: “Según algunos listos, mejor hubiera sido que yo entregara el galardón al Mejor Vestuario”, en clara alusión a la supuesta compra de unos trajes con dinero público, que le costó (injustamente) su dimisión.

   En cuanto a expresar públicamente sus opiniones, todo el mundo recordará con emoción a José Luis Borau, entonces al mando de la Academia, mostrando en 1998 sus manos blancas como repulsa al asesinato del concejal sevillano del PP Alberto Jiménez Becerril y su esposa; y, en 2003, a la mayoría de los laureados aprovechando su discurso para manifestar un contundente “no a la guerra” en contra de José María Aznar por su apoyo a la invasión de Irak. Al año siguiente, la protesta llegó con el documental de Julio Médem, “La pelota vasca”, que según la Asociación de Víctimas del Terrorismo ponía en el mismo saco a víctimas y asesinos. En 2013, la actriz Candela Peña pidió abiertamente trabajo y recordó las penosas condiciones de vida de su padre en un hospital público, en un discurso dedicado al gobierno de Rajoy y en especial a sus recortes sanitarios y de educación. Y si en 2013, el ministro de Cultura Wert fue criticado por sus “pellas” al no acudir a la gala (esta edición, si no hay sorpresas, ha confirmado su asistencia); casi una década antes, en 2005, la regañina fue para el presidente Zapatero por todo lo contrario, ya que su presencia molestó a un sector que vio cierta politización de la ceremonia.

   Finalmente, más allá de las arengas y una meditada preparación, hay otro aspecto mucho más superficial, que también lleva semanas, e incluso, meses de trabajo previo: el estilismo. Simplemente rastreando en la red, podemos encontrar preciados documentos gráficos de las imposibles vestimentas que ¿lucieron? Paz Vega, Leonor Watling o Penélope Cruz. Muy comentado fue también el atuendo del director Fernando León de Aranoa, que no acabó de convencer al acudir en vaqueros. Y qué decir de las personales chaquetas de Corbacho como el más llamativo de los presentadores de los Goya…

   Pero diga lo que se diga, lo de subirse al escenario no parece cosa fácil, hasta el más veterano de los profesionales se ha quedado mudo. No sabemos cómo estará de nervioso el flamante y nuevo maestro de ceremonias, Dani Rovira, protagonista de “Ocho apellidos vascos” -una de las favoritas-, lo que sí es seguro es que ante el fracaso tirará de humor, porque como ha confesado: “Total, ¿qué puede pasar? ¿Que no los vuelva a presentar?”

 PD: Durante el próximo fin de semana, la Cineteca del Matadero Madrid proyectará los 4 títulos que optan, este año, al galardón en la categoría de Mejor Película Documental:

¿CUÁNDO? El Viernes 05 y el Sábado 06, a las 20h30; y el Domingo 08 de enero de 2015, a las 18h30 y a las 20h30.

¿QUÉ? Proyección:
V 06, a las 20h30: "El último adiós de Bette Davis", de Pedro González Bermúdez;

S 07, a las 20h30: "Edificio España", de Víctor Moreno;

D 08:
- a las 18h30:"Nacido en Gaza", de Hernán Zin;
- a las 20h30: "Paco de Lucía. La búsqueda", de Curro Sánchez Varela.

¿DÓNDE? En la Cineteca (también en Facebook y Twitter)
Plaza de la Chopera, 14
28045 Madrid
M Legazpi 

¿CUÁNTO? 3,50 euros aquí. 

                                      (De Lidia Martín, el 03 de febrero de 2015)

Referencias útiles:
XXIX EDiCiON DE LOS PREMiOS GOYA

¿CUÁNDO? El Sábado 07 de febrero de 2015, a las 22h.

¿DÓNDE?
(1) En el Centro de Congresos Príncipe Felipe del Hotel Auditorium
Avenida de Aragón, 400
28022 Madrid
914 004 400

(2) En directo en La 1 de rtve.

Para saberlo todo sobre los PREMiOS GOYA, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter; y a la web de la ACADEMiA DE ARTES Y CiENCiAS CiNEMATOGRÁFiCAS DE ESPAÑA (también en Facebook y Twitter).

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