Mi PETiT COMPROMiSO - Mi Petit Madrid * - (I) RUTA POR LAS PUERTAS DE MADRiD(by DiANA ALLER)

(I) RUTA POR LAS PUERTAS DE MADRiD
(by DiANA ALLER)

Es muy difícil encontrar vestigios de Madrid cuando era una ciudad amurallada. Los tratados de la época denominan “cerca” a la mayoría de los tramos; por lo que deducimos que no era gran cosa. Hacia 1700 y 1800 Madrid, como tantas otras era una ciudad amurallada, se cerraba por las noches para el recogimiento y tranquilidad de sus moradores. Poco a poco las puertas se fueron sustituyendo, y hoy en día, queda muy poco de aquella época. Desde Mi petit Madrid, te proponemos un recorrido por el espacio y el tiempo, para dar una vuelta abriendo y cerrando las puertas de Madrid.

1ª PARADA: Empezamos en Puerta de Hierro (ver la ilustración), un barrio pijo al que en efecto, da nombre una puerta de barrotes de hierro, situada en una isleta de la autopista A-6. Fue construida -eufemismo para decir que “la mandó construir”- el monarca Fernando VI a mediados del siglo XVIII porque daba entrada al “Real Sitio”, es decir, a la vivienda de los reyes. Por eso, entre dos esfinges de la parte más alta, se sitúa el escudo real. Está justo al lado del Real Club Puerta de Hierro, de golf y otros deportes, que -atención- no recibe socios desde 1987.

Este hermetismo hasta hace poco era signo de distinción, pero desde que se convirtiera en lugar habitual de Rato, el Pequeño Nicolás o Alberto Ruíz Gallardón, el status se ha devaluado sensiblemente. Poco importa que Ana Botella destinara más de un millón de euros al Club… Hoy, es un lugar rancio y cateto, donde las tendencias o el pensamiento vanguardista no se asoman jamás.

2ª PARADA: Continuamos la ruta hacia el Río Manzanares, y allí, en la glorieta de San Vicente, nos topamos con la Puerta de San Vicente (ver la ilustración), algo que no sorprende demasiado. Lo raro sería que allí estuviera la puerta de San Antonio. Es muy reciente, de 1995, pero viene a sustituir a una puerta anterior de la que se perdió el rastro por completo… Se había inaugurado en 1775, estaba construida de granito y piedra caliza de Colmenar de Oreja, y tenía dos columnas dóricas, dos pilastras, ornamentos militares y hasta una fuente. En 1890, la puerta fue desmontada para mejorar el tráfico de la época, que empezaba a ser voluminoso, y nadie sabe qué ocurrió con los restos de la puerta. Hay quien sostiene que con ellos se hicieron adoquines; otros apuntan que fueron llevados a los almacenes municipales de la Casa de Campo y posteriormente, fueron enterrados. El caso es que no se encontraron jamás a pesar de ser buscados en los 90.

3ª PARADA: Nos adentramos ahora al centro de Madrid. La más emblemática de las plazas se llama “Puerta del Sol” (en la ilustración). La leyenda, hoy borrosa, cuenta que hacia 1520 la Junta de Madrid, con la ayuda del pueblo, estrangulado por hambrunas e injusticias, construyó una especie de fortificación, “con una puerta mirante hacia el este (por donde sale el sol)” (*), para defenderse de las tropas imperiales invasoras del “rey extranjero”, Carlos I. Poco más se sabe. Pero lo que es un hecho más que constatado es que es uno de los principales puntos neurálgicos de la ciudad. Tanto es así que hace ahora cuatro años, unos cuantos ciudadanos desencantados acabamos allí protestando la noche del día 15 de mayo. Se puso a llover. Dio igual. Estábamos indignados, y nada podía frenarnos ya. El sueño duró bastante. Los políticos y gobernantes estaban desesperados intentando sofocar el movimiento… Pero era imparable. Cuanto más agresivos se tornaban sus discursos, más ciudadanos se sumaban al 15M. Los ciudadanos organizados en asambleas, debatían y se convirtieron en el centro del mundo por unos instantes. Las calles eran nuestras (son nuestras). Nuestras son las plazas. Nuestra es la Puerta del Sol. Finalmente, la gente se retiró de la Puerta del Sol y de sus equivalentes en otras ciudades.

Hoy, queda un partido político nacido de la ciudadanía, Podemos; y mucha fuerza, la que nos da la indignación y la injusticia. La Puerta del Sol, tan castiza, tan animada, tan cargada de simbología, nos recuerda que la lucha sigue, que los espacios públicos son nuestros, y que ningún gobernante debe robar a su pueblo.

4ª PARADA: Continuamos en la zona centro. En la Plaza de la Independencia se sitúa la probablemente puerta más conocida de la ciudad: la de Alcalá (ver la ilustración). Antaño existían en Madrid cinco puertas reales que daban acceso a la ciudad, y recibían los nombres de las ciudades con las que conectaban: Segovia, Toledo, Atocha, Alcalá y Bilbao. De ellas, tan solo han llegado a nuestros días la de Alcalá y la de Toledo. De hecho, si continuamos la calle Alcalá, y seguimos hacia arriba, llegamos a la localidad del mismo nombre.

Siempre hay turistas y madrileños fotografiándose en la magna puerta, construida por Carlos III, “el mejor alcalde de Madrid”. Normal, ya que está situada en un lugar estratégico y muy hermoso: junto al parque del Retiro y en la linde misma del Barrio de Salamanca.

No sé si soy patriota, hortera, ambas cosas o ninguna de ellas, pero yo me sigo emocionando cada vez que escucho la canción de “La Puerta de Alcalá” de Ana Belén y Víctor Manuel.

5ª PARADA: Todavía en el centro, pero más hacia el sur, encontramos la Puerta de Toledo (ver la ilustración) en mitad de la Glorieta de Toledo. Si la de Alcalá cuenta con cinco arcos, ésta, más modesta y recogida, solo tiene tres. Sin embargo, tampoco es la “auténtica puerta de Toledo”; de hecho es la tercera. La primera de ellas se remonta al siglo XV, y posteriormente se construyeron las otras a medida que el límite de la ciudad se ampliaba según crecía.

El siglo XIX, se prohibió el acceso de animales al recinto de la ciudad, salvo por la Puerta de Toledo, lo que propició que la calle de Toledo y su puerta fuesen la de mayor tránsito de ganado de Madrid… hasta que se creó el Matadero de Legazpi. Sorprende ver cuánto ha cambiado la ciudad y sus costumbres hasta hoy. Los únicos animales que se ven tienen una correa amarrada al cuello, y el Matadero es un sitio hipster con una oferta de lo más atrayente, pero seguro que cargado de vibraciones de animalitos muertos cuyas almas penan por la zona.

Hoy, lo más representativo de la zona es el Mercado de Toledo y el cercano Rastro de cada domingo. Toda la zona se llena de vida, de comercios, familias y gentes peculiares, convirtiéndose en una de las más certeras estampas de nuestra ciudad.

Si resulta imposible imaginar un Madrid postmedieval, cercado y cerrado al mundo, sus puertas siempre abiertas nos recuerdan que ésta es una ciudad accesible y siempre de paso. Madrid, por mucho que se modernice, tiene ese poso provincial y amable que le da su puntito, tan molón, tan chulo, tan único.

(De Diana Aller, el 15 de mayo de 2015)

Referencias útiles:
(I) RUTA POR LAS PUERTAS DE MADRiD

(1) Puerta de Hierro
28035 Madrid
Acceso: no hay.

(2) Puerta de San Vicente
28008 Madrid
M Príncipe Pío

(3) Puerta del Sol
28013 Madrid
M Sol

(4) Puerta de Alcalá
28001 Madrid
M Retiro

(5) Puerta de Toledo
28005 Madrid
M Embajadores

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