1. En 1599, era muy común que la gente comprara y vendiera cosas de segunda mano y venta ambulante por la ciudad (que entonces se limitaba a una mínima extensión en lo que hoy es el eje Sol - Plaza Mayor). Para poner cierto orden en Madrid, la venta en la calle se prohibió del todo. Tales actividades se desplazaron a lo que eran las afueras de la ciudad. Así nació un zoco que más tarde se llamaría El Rastro (por los despojos de los animales sacrificados, vendidos al por mayor fuera del matadero vecino, que dejaban “rastros” de sangre en la calzada al ser arrastrados hasta el mercadillo).

2. Es a principios del siglo XX cuando se declara el domingo como día oficial para la compra-venta en el Rastro. El resto de los días existía menor trapicheo y venta en el lugar porque había comercios abiertos.

3. De 1629 a 1868 Madrid estaba cercada por una muralla que impedía que pudiera crecer demasiado, provocando un importante problema de espacio para una población en constante aumento. La solución para las clases menos favorecidas fue una construcción que se considera típica de Madrid: la Corrala. En la zona de Lavapiés y las cercanías del Rastro es donde más Corralas hubo y más se conservan. Son edificios con viviendas pequeñas en torno a un patio donde se hacía vida social. Hoy, su arquitectura y estética se considera todo un valor autóctono de nuestra ciudad; y lo que en su día fueron viviendas baratas, hoy son recoletos apartamentos para una sociedad con poder adquisitivo por encima de la media.

4. La Federación de Mujeres Progresistas se encuentra en la Ribera de Curtidores, una de las principales arterias del rastro. Esta organización, es una de las más activas en cuanto a la lucha por la igualdad de derechos de la mujer, y sus talleres, jornadas y cursos abarcan actividades y mujeres de todo rango.

5. Entre semana, se puede ir a recoger algún mueble o encargo de la zona del rastro y sus comercios, pero si se lleva un vehículo, hay que dar la matrícula al propietario de la tienda para evitar una multa (es zona restringida a menos que se vaya a cargar o descargar algo).

6. El regateo es un clásico en el Rastro. Si bien es cierto que esta costumbre no goza de tanto predicamento como antaño, todavía se practica. Es más, los precios varían según la hora... Conforme avanza la mañana, es más probable conseguir un mismo producto por menos dinero. (Aunque la hora de cierre oficial es las 15h, una hora antes empieza a desmontarse la mayoría de los puestos). En cierto modo, los precios fluctúan como en la bolsa de Tokio o Nueva York.

7. Gracias al rastro madrileño, existen algunas de las mejores composiciones de pop en castellano. Nacho Canut y Carlos Berlanga conocieron allí al Zurdo y a Alaska, lo que sería el germen de Kaka de Lux, el grupo que inauguraría la tan manida Movida. Si no se hubieran encontrado allí, no habría existido "Terror en el hipermercado", ni "Ni tú ni nadie", ni "Perlas ensangrentadas", ni los Pegamoides, ni Dinarama ni Fangoria, ni un montón de cosas reivindicables y dignas del pop español. El Rastro siempre ha sido un crisol de culturas amén de un foco de intercambio social muy enriquecedor.

8. Pese a que está prohibida la venta de animales vivos y alimentos, es relativamente fácil encontrar unos y otros.

9. La gente suele quedar en la estatua de Cascorro. Es uno de los lugares más típicos para citarse (sobre todo los domingos, claro). Pero lo que muy pocos saben es que la estatua representa a Eloy Gonzalo (en la ilustración), un héroe que combatió en Cascorro, Puerto Príncipe (Cuba). Tan popular se hizo el soldado que la plaza terminó tomando el nombre por el que es conocido "el héroe de Cascorro", ya que antes se llamaba "plaza de Nicolás Salmerón". Pese a que Eloy Gonzalo murió combatiendo y sus gestas no fueron especialmente relevantes, al pueblo de Madrid le encantó la historia de este valeroso muchacho, que huérfano y abandonado, creció en la Inclusa de Madrid y defendió los intereses nacionales hasta morir por ellos.

10. Quien visita Madrid y no va al Rastro, no conoce Madrid. Allí se dan cita todos los tópicos de nuestra ciudad, y también se practican costumbres tan sanas como tomar el vermú, una ración de callos (todos los bares de la zona, son muy chulapones, hasta los regentados por chinos), y presumir y lucirse... Y eso tan madrileño de la chulería. Por ejemplo, existe un puesto de ropa de marca (de segunda mano, por supuesto) que es donde se vestía el actual marido de la duquesa de Alba, Alfonso Díez, antes de serlo.

   Mucha apariencia, todo muy a lo grande, pero Madrid sigue siendo un pueblo... Un pueblo maravilloso, diverso, enérgico y populachero, como el Rastro.

                                      (De Diana Aller, el 06 de noviembre de 2014)

Referencias útiles:
EL RASTRO DE MADRiD

¿CUÁNDO? Los Domingos y Festivos, de 9h a 15h.

¿DÓNDE? En la Calle de Ribera de Curtidores y alrededores
28005 Madrid
M La Latina

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