Un Seat 600 del 72 asoma el morro al fondo de la tienda, en pleno Rastro. Es la seña de identidad del local de África Salces, restauradora, historiadora del Arte y propietaria del comercio, y Luis Quiñones, licenciado en Humanidades y “comodín” -como él mismo se define-, que, en 2009, idearon vender muebles y objetos de segunda mano, que no alcanzaban, ni querían alcanzar, la categoría de antigüedad. Para sus dueños, el “Pelotilla” es su máquina del tiempo. Con él, tienen presente lo que fuimos los españoles y lo que hemos dejado atrás. Todo un símbolo de nuestro tránsito hacia la modernidad, que también reflejan los muebles que venden, pedazos de nuestra historia a los que han querido dar una nueva oportunidad.

   Su fuerte son los anónimos únicos, piezas de buena factura, calidad y diseño, que tienen valor y que derrochan elegancia, aunque no tengan diseñador reconocido. Cuando comenzaron en 2009 no se plantearon un estilo definido. Todo surgió de su afición por comprar y rescatar objetos y por querer traer a Madrid un concepto que habían visto en sus viajes. Es verdad que su predilección era la estética femenina y funcional de los años 50 más modernos, con productos que definieron el cambio de Europa, después de la II Guerra Mundial, y de los que España apenas gozó; pero, en su espacio, caben otras décadas y orígenes: muebles nórdicos, enseres de Francia, Alemania o Inglaterra, butacas y aparadores low cost, porcelanas biscuit, y objetos humildes como maceteros, mesas cocktail o piezas de fornica. Compran allá donde van, recorren cientos de kilómetros, son habituales de mercadillos y subastas y, por encima de todo, se lo pasan bien, la única clave para sobrevivir en un negocio que, al principio, fue difícil de ubicar.

   Su primera tienda, también situada en el Rastro, estaba en un local tan pequeño y complicado de adecentar que se sentían como en las recovas del viejo Madrid donde se vendían gallinas y pollos vivos. De ahí su nombre al que, poco después, le sumaron el apellido “retroalmoneda” para intentar definir el tipo de muebles que ofrecen ya que no son anticuarios al uso. Sus piezas no tienen más de 50 ó 60 años y “retro”, a secas, les sonaba a falta de calidad. Desde entonces, con la crisis, muchos comercios, tradicionalmente arraigados al concepto clásico de antigüedad, también se han inclinado hacia lo vintage e, incluso, lo retro para poder bajar los precios. África lo ve con buenos ojos, porque ahora mucha más gente considera su oferta como una opción válida para decorar su casa. Desde el tradicional comprador que se ha quitado prejuicios, a curiosos, coleccionistas y mucha gente joven e instruida, que sabe lo que compra y que se interesa por un interiorismo sostenible.

   Ellos, por supuesto, dan ejemplo, y antes de poner a la venta los tesoros que encuentran, los pasan por el filtro íntimo de: “¿y si nos lo quedamos?”. Aunque suelen actuar con cabeza, no se han podido resistir a algunas piezas especiales como una lámpara Bauhaus, algunos muebles italianos de los 50, alguna butaca escandinava o una preciosa lámpara de Louis Kalff, que trajeron en su equipaje de mano volviendo loco al agente de seguridad del aeropuerto que pasaba una y otra vez la maleta sin conseguir identificar su contenido.

   Ahora, con ese diseño a salvo iluminando su escritorio, África se muestra feliz rodeada de lo que le gusta. Es la celestina de la decoración y La Recova el cocoon de los objetos jubilados que buscan nuevos dueños. Tal vez ahora sea más queridos y deseados que la primera vez. ¿Quién dijo que las segundas partes nunca fueron buenas?

PD nº1: Además de venta, La Recova también ofrece alquiler y restauración de muebles y objetos y cada mes organiza una exposición de artistas amateur para dar a conocer y vender su obra.

PD nº2: Sus productos se han dejado ver en publicidad, series, cine y sesiones fotográficas. De hecho, a África y Luis les consta que una cadena de tiendas de muebles famosísima (de la que no quieren dar el nombre) utilizó, para sus anuncios en televisión, piezas de La Recova.

                                                          (De Lidia Martín, el 05 de julio de 2014)

Referencias útiles:
LA RECOVA
Plaza General Vara de Rey, 7
28005 Madrid
911 283 894
M Latina

Horario:
De Martes a Viernes: de 10h30 a 14h y de 17h30 a 20h.
Los Sábados y Festivos: de 11h a 14h30.
Los Domingos: de 11h a 15h.

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