Así, como quien planta una semilla y la va cuidando poco a poco, nació Rojomenta, en el otoño de 2012, cuando las 2 ingenieras agrónomas, Laura Pinto Cortés y Nuria Sáenz-López Pérez, hicieron frente a sus miedos y se “plantaron” creando su propia empresa de servicios de jardinería y agricultura ecológicas y arte floral. Y, un año más tarde, su proyecto “de educación ambiental y de mejora de la calidad de vida de los vecinos del barrio de Malasaña”, Rebrota Malasaña, ganó la convocatoria “Proyectos con Espíritu”, organizada por el espacio de trabajo compartido Espíritu 23, para apoyar a emprendedores sociales con ideas transformadoras e innovadoras que provoquen cambios positivos en la sociedad.

   Pero, volvamos al principio. Laura y Nuria se conocieron en la Universidad. Con el tiempo, forjaron su amistad y asentaron las bases de su compromiso al formar parte de la Asociación de Ecologistas de Agrónomos (junto con otros 3 compañeros): “Organizábamos jornadas con ponentes que exponían un punto de vista de cómo producir alimentos o cómo gestionar el medio rural que no nos ofrecían en las aulas. Estas inquietudes continuaron cuando ambas empezamos a trabajar en otros espacios como huertas compartidas o iniciativas como “Iniciativa por la Soberanía Alimentaria de Madrid”.

   Con su título en el bolsillo, decidieron unir sus fuerzas (re)creativas e idearon Rojomenta para realizar diseños de jardines y terrazas, y mantenimientos, formación a profesionales del sector, talleres de ocio y decoraciones florales. De hecho, Nuria y Laura fueron las pioneras en Madrid en trabajar una técnica de decoración con plantas que se llama Kokedamas, de la cual imparten talleres y venden por encargo, en mercadillos de diseñadores y en tiendas de Madrid como La Antigua. Además, diseñaron, en colaboración con Fábrica de Texturas, un kit DiY de plantación de bulbos y otros kit verdes en el horno.

   Rebrota Malasaña surgió como la cosa más normal del mundo, como bien explican Laura y Nuria: “Muchas veces no nos damos cuenta de la presencia de algo hasta que alguien nos destaca su valor. Nosotras queremos transmitir lo bonito de un balcón de una calle, para que quien pase, no puede evitar mirarlo nuevamente. Y así, poco a poco, contagiar las ganas a la gente”. Y lo han conseguido. Ahora, muchos vecinos han cambiado su manera de caminar por las calles al ir buscando balcones con brotes verdes.

   Con esta original iniciativa social para reverdecer las calles de Malasaña a través de plantas en los balcones, Laura y Nuria pretenden contagiar su amor por las plantas porque, además de ser un hobby precioso, relajante y educativo, es una manera de embellecer las calles para todos. Y, con sus más de 36.000 balcones, Malasaña donde hasta ahora el cemento es más bien la norma y las terrazas y los jardines son un privilegio al que muy pocos pueden optar, podría convertirse en el mayor jardín suspendido de la ciudad: “Si en cada uno de esos balcones hubiese, tan solo, una planta ¡Estaríamos hablando de muchos seres vivos verdes!”.

   Sin duda estamos entrando en una sociedad más colaborativa, más solidaria, que se preocupa más por compartir y por apoyar y apoyarse en los talentos de los demás. En una época en la que los sistemas económicos y los valores políticos se han separado de la ciudadanía, cada vez hay más gente que disfruta ayudando y dejándose ayudar de tú a tú, creando sinergias. Con ese abono, se alimenta Rebrota Malasaña. ¡Enhorabuena Nuria y Laura!

PD nº1: Además de reverdecer los balcones del barrio, Rebrota Malasaña organiza:
- TALLERES básicos de huerta o jardinería ecológicas en balcones: “Para quitar el miedo a la gente que se ve incapaz de cuidar una planta. Son de 3 horas y los alumnos se llevan un material vegetal, semillas y planta de huerta para que al día siguiente puedan empezar a trabajar en sus propios balcones”.

- PASEOS para enseñar la vegetación urbana del barrio: “Los paseos serán de 2 horas por el barrio, para destacar la vegetación que hay en las calles y balcones. Queremos aprovechar también para trasmitir que la vegetación de las aceras es de todos y todas, por lo que también debemos protegerlo. También podríamos definir los paseos como herramientas para  dotar de “mirada verde” a la gente, porque es muy posible que nunca se hayan reparado a ver el árbol más cercano a su portal”.

- y un CONCURSO: “El concurso es la herramienta divertida para motivar. Se han establecido unas bases y el premio consistirá en una cesta de regalos donados por tiendas del barrio. De esta manera se cierra el ciclo, y el barrio premia a quien se esfuerza por ponerlo bonito. Existen tres categorías para participar: mejor balcón, ventana o terraza, maceta más original y mejor decoración de local”. El concurso se terminará en junio.

PD nº2: El premio de Proyectos con Espíritu consistió en 2.000 euros, el asesoramiento en la estrategia de marca y comunicación por parte de dos de las empresas colaboradoras, Love Publicidad y Canal Street, con un valor aproximado de 3.000 euros por proyecto y una mesa en Espíritu23 para cada proyecto, si las requerían, para desarrollar y trabajar el proyecto en el espacio de coworking, con un valor de 2.040 euros cada una.

                                                                  (De Noemí Z., el 22 de abril de 2014)

Referencias útiles:
Para saberlo todo sobre REBROTA MALASAÑA, conéctate a su web y su Facebook.

También puedes seguir los pasos (re)creativos de ROJOMENTA en su web y su Facebook.

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