Ser gótico no es vestirse de negro, maquillarse los ojos o los labios con pinturas oscuras y la piel con otras claras, sentirse como en casa en un cementerio, colgarse cruces por adorno, dejarse llevar por la melancolía de estar vivo o recitar versos a la luz de la luna. Ser gótico es una filosofía de vida que, además, existe como subcultura urbana desde 1980. Sí, mucho antes de que las hijas del ex presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, hubieran ni tan siquiera nacido. Hago esta mención justo al principio del texto porque estoy segura de que si no, os habríais pasado todo el tiempo intentado averiguar cuando las iba a referenciar. Pues, hala, ya están las dos citadas y, ahora, a seguir con lo que nos interesa de verdad: la cultura gótica.

   Hoy en día, fenómenos de masas como la saga Crepúsculo o la serie de televisión True Blood han revolucionado a la adolescencia mundial y han vuelto a poner de moda entre el gran público a vampiros, monstruos y hombres lobos. Aunque estos fenómenos sociales no sean el mejor ejemplo de la cultura gótica para sus verdaderos devotos, también reconocen que pueden servir para animar a muchos y a muchas a acercarse a libros como Drácula de Bram Stocker o Frankestein de Mary Shelley, que son verdaderas obras de arte.

   Al entroncar directamente con el arte prerrafaelista y con la literatura del siglo XIX, el movimiento gótico bebe de las aguas del Romanticismo que, según la escritora Emilia Pardo Bazán, “representa tres direcciones dominantes: el individualismo, el renacimiento religioso y sentimental después de la revolución, y el influjo de la contemplación de la naturaleza”. Entonces, ¿en la práctica? Se trata de ser diferente, original, pasional, creativo. Fomentar la imaginación y la fantasía frente a la razón; el instinto y las situaciones límite frente al equilibrio y la armonía. Es el imperio de las emociones y los sentimientos por encima de todo. La búsqueda del misterio y la revelación de lo oculto. En definitiva, el Romanticismo supone el resurgimiento de la subjetividad como conciencia, donde la visión trágica de la realidad es la norma porque el bien no puede existir sin el mal, ni viceversa.

   Para Marjorie Eljach (retratada aquí), presidenta de la Asociación Cultural Besarilia, a su vez, organizadora de las Semanas Góticas de Madrid, el movimiento gótico huye del encasillamiento y los prejuicios que una gran parte de la sociedad, desinformada, suele adjudicarles: "ser gótico es tener una actitud sensible hacia las artes, la música y las letras. Los góticos son los nuevos románticos y, entre nosotros, hay todo tipo de personas". Tal cual.

   Marjorie llegó a la cultura gótica porque se enamoró de escritores como Horace Walpole (El castillo de Otranto, 1764), Henry James (Gabrielle de Bergerac, 1869) y, por supuesto, Emily Brontë a la que debemos una de las obras más bellas e importantes de la literatura inglesa, la novela Cumbres Borrascosas (1847):

"Y si yo soy más fuerte, ¡peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú ... ? ¡Oh, Dios, quisiera estar contigo en la tumba!

-¡Déjame! -respondió Catalina sollozando-. Si he causado mal, lo pago con mi muerte. Basta. También tú me abandonaste, pero no te lo reprocho y te he perdonado. ¡Perdóname tú también!

-¡Perdonarte cuando veo esos ojos y toco esas manos enflaquecidas! Bésame, pero no me mires. Sí; te perdono. ¡Amo a quien me mata! Pero ¿cómo puedo perdonar a quien te mata a ti?"

En este fragmento, no se pueden separar el dolor de la pasión, el amor entendido como un desgarro que duele, que mata, que reclama desesperadamente la muerte y que, incluso, va más allá de ella. Vamos, un drama en toda regla, un martirio en vida. Por esta manera de exprimir el sentimiento, siempre a flor de piel, podemos decir que, aunque haya muchos tipos de góticos, todos tienen algo que les unifica: mucha sensibilidad. Quizás, para algunas personas, demasiada.

   El moviendo gótico requiere profundizar en él para llegar a conocerlo ya que, como hemos dicho, no se trata de una forma de vestir o de una música determinada sino de un movimiento complejo que, en ocasiones, se ha visto contaminado por modas que nada tienen que ver con él. Uno de los estigmas con los que esta subcultura convive es que se asocia con la languidez, la melancolía, la búsqueda de la pureza y la perfección conseguida sólo través del sacrifico. Por eso, en internet, la estética gótica es la elegida por muchas chicas que llevan al extremo su obsesión por la delgadez como, por ejemplo, las denominadas Princesas Ana y Mia que escogen la palidez gótica y la nostalgia de lo que nunca han tenido para refugiarse. Desde hace 5 años, la Semana Gótica de Madrid intenta romper con este tipo de asociaciones -entre otras cosas- como lo explica Marjorie:

   "Esto forma parte del estereotipo porque lamentablemente la estética gótica es atractiva para jóvenes desubicados y deprimidos. Y cuando se habla de lo gótico se tiende a pensar en tristeza y melancolía, lo cual es un error. Si hay algo contra lo que luchamos específicamente en la SGM es contra esos estereotipos. Si caemos en la trampa de la nostalgia siempre veremos mejor el pasado porque sólo nos quedaremos con lo bello. Pero hay que vivir el momento, es la única forma de crear recuerdos que nos llevarán a pensar que todo tiempo pasado fue mejor. A lo largo de cinco años hemos demostrado que es un movimiento muy rico en manifestaciones artísticas que va más allá de la ropa o del maquillaje. Os invitamos a conocerlo en profundidad asistiendo a la Semana Gótica de Madrid, así podréis saber en vivo y en directo de qué se trata".

   A lo largo de los cinco años en los que se ha venido haciendo este encuentro, la Semana Gótica de Madrid ha contado con la asistencia de más de veinte mil personas. Una cifra nada desdeñable ¿Te animas a entrar este año en sus estadísticas?

                                        [De Noemí Z., el 29 de octubre de 2013]

Referencias útiles:
SEMANA GÓTiCA DE MADRiD 2013

¿CUÁNDO? Hasta el 15 de noviembre de 2013.

¿QUÉ? La Semana Gótica de Madrid es un evento cultural de carácter multidisciplinar que abarca la cultura gótica desde sus raíces en el Romanticismo hasta la actualidad. Encontrarás exposiciones, libros recién publicados y de autores clásicos, cine, moda, danza, teatro y música. Consulta la Programación.

¿DÓNDE? En los siguientes espacios de la capital:

- Museo del Romanticismo (entrada por la Calle de la Beneficencia, nº14; M Tribunal);

- Centro Cultural Conde Duque (Calle del Conde Duque, 9-11; M Ventura Rodríguez);

- Centro Cultural La Corrala (Calle de Carlos Arniches, 3-5; M La Latina);

- We Rock (Clle dela Costanilla de los Ánfeles, 20; M Ópera);

- Centro Cultural Paco Rabal (Calle de Felipe Diego, 11; Renfe: Asamblea de Madrid-Entrevías);

- Museo Lázaro Galdiano (Calle de Serrano, 122; M Núñez de Balboa);

- Gruta 77 (Calle del Cuclillo, 6; M Oporto);

- Sala Wurlitzer (Calle de los Tres Cruces, 12; M Gran Vía).

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