Una de las eternas preocupaciones de las mujeres en cuestión de belleza es la eliminación del vello. De todas las partes del cuerpo en las que existe, hay una que destaca, por evidente, sobre todas las demás... una que no podemos esconder con unos pantalones largos ni con una camiseta con mangas y que, además de ser el espejo del alma, es la parte de nuestro cuerpo que más exponemos. Sí, estoy hablando de la cara o, mejor dicho, de este vello facial que no se cubre sino que nos descubre, de este bigote que no acaba nunca de ser transparente, de esta pelusilla que nos entorna y ensombrece las mejillas, vamos, de nuestra pesadilla diaria que, en Occidente, rima a menudo con cera, láser, depilación eléctrica o pinzas. Pero ¿sabías que existe una técnica mágica y milenaria que procede de Oriente y que te cambiará tanto la vida como la cara?

   La depilación con hilo 100% de algodón consiste en extraer el vello con finos hilos de algodón que se cruzan sobre cada uno de los pelos que se quieren retirar. La persona encargada de depilar coge una parte del hilo entre sus dientes, sujeta la bobina con su mano izquierda, forma una especie de X con los dedos índice y corazón de su mano derecha y, al moverlos hacia un lado y hacia otro, arranca los pelos de raíz, casi sin dolor. ¿El resultado? No quema, no mancha, no es agresivo con la piel, dura más que cualquier otra depilación (entre 25 y 30 días) y, además, según se va repitiendo en el tiempo, consigue hacer desaparecer el vello por completo (en la mayoría de los casos). La única pega: encontrar a un profesional capacitado y preparado para llevarlo a cabo. Algo fundamental para que todas las virtudes que he citado se hagan realidad. Por suerte para nosotras, en Madrid, hay una persona que no solo domina el arte de la depilación con hilo sino que también lo introdujo en España hace diez años.

   En 2004, Babita Rani recorrió los 10.139 kilómetros que separan Madrid de Nueva Delhi con un buen dominio del castellano, una maleta llena de esperanza y todos los hilos de algodón que consideró oportunos. La maleta la abrió en el barrio de Chamberí y, desde entonces, recibe en su casa con una sonrisa contagiosa y cita previa.

   Entrar en su territorio es poner un punto y aparte al reglón del estrés madrileño. Aquí, las paredes lucen telas traídas de la India; elefantes asiáticos con la trompa hacia arriba cuelgan del techo o de los marcos de las ventanas; y una melodía tradicional hindú te envuelve y te arropa mientras te descalzas y te acomodas en la camilla bajo la atenta mirada de la diosa Lakshmi (aquí retratada).

   Babita se hace con sus hilos y se concentra.

   Comienza la magia.

   Los hilos se deslizan por tu cara rápido, seguros de lo que están haciendo y de adonde se dirigen. Uno a uno los pelitos de tu labio superior o de tus cejas se van. Desaparecen. “Depilar con hilo de algodón no sólo es una técnica, es un arte” me dice Babita al terminar una de mis cejas y, antes de pasarme un pequeño espejo dorado de mango fino y cuerpo ovalado, apunta: “Yo intento siempre potenciar la expresión de la cara pero manteniendo la naturaleza de la ceja”. Lo compruebo. Mi ceja luce natural. Es más, en realidad, parece que siempre ha sido así, que nadie la ha manipulado. No es que esté limpia, es que está impoluta. Babita depila con paciencia, con suavidad, con la seguridad que da la experiencia y, aunque terminar las dos cejas no dura más de 10 o 15 minutos, en su manos se está tan a gusto que el tiempo parece alargarse: “más de una clienta se me ha quedado dormida mientras la depilaba”, confiesa.

   Además de dejarte guapísima, una visita a este santuario de la belleza hará que, si lo deseas de verdad, aprendas algo de una cultura tan rica como antigua gracias a su embajadora de excepción, de tez morena y paz serena, que nació hace 45 años –en realidad hace 43 porque su madre le puso dos más para que empezara a estudiar antes de tiempo- en el Himalaya, en el norte de la India, a los pies de los maestros, como ella misma dice, en un ambiente y una cultura donde la espiritualidad está presente en todo lo que ocurre, donde las plantas hablan y quien las sabe escuchar adquiere la sabiduría de la naturaleza. Una sabiduría equilibrada y generosa que Babita se encargó de conocer al dedillo estudiando la medicina Ayurveda en la Universidad de Shahnaz Husain de Nueva Delhi; una ciencia que combina plantas medicinales, masajes, técnicas de desintoxicación y hábitos de alimentación para restablecer y mantener el equilibrio entre la mente y el cuerpo y que se encuentra detrás de todos los tratamientos de belleza que también realiza Babita Rani: tratamientos de oro, diamante, flor de loto, oro con azafrán o perlas que consiguen, según ella, verdaderas maravillas en la piel de cualquiera, pero eso, queridas mías,… es otra historia.

                                      [De Noemí Z., 05 de noviembre de 2013]

Referencias útiles:
DEPiLACiÓN CON HiLO by BABiTA RANi

¿CÓMO? Para poder disfrutar de las manos y el arte de Babita debes llamar al 699 39 72 94. Si no te contesta, deja un mensaje y ella te devolverá la llamada sí o sí.

¿CUÁNTO? Desde 25 euros.

También puedes seguir los pasos de BABiTA RANi en su web. 

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