La historia del siglo XX no sería la misma sin Salvador Dalí. Además de faltar cuadros, joyas y esculturas representativas del movimiento surrealista, se echarían de menos brillantes análisis sobre “El Ángelus” de Millet, películas como “Un perro andaluz” y un par de bigotes que ya forman parte de la memoria colectiva como los de Charlot, Groucho Marx, Stalin, Fu-Manchu o Hitler.

   Salvador Dalí (1904-1989) fue mucho más que un pintor. Según su propia definición, era mejor escritor que artista plástico: “En esto coincidía con mi padre. Lo importante de mi escritura no es el estilo, ni la sintaxis, ni los recursos discursivos -decía-. Lo importante de mi escritura es sencillamente lo que digo, y eso llegará el día en que será aceptado”. Pero lo que se le dio mejor fue sin duda la provocación y la autopromoción, lo que permitió que no tuviera ningún pudor en embarcarse en cualquier tipo de proyecto, convencido de que hiciera lo que hiciera, iba a ser una genialidad.

   Con motivo de los últimos días de la muestra “Revolucionarios del siglo XX” en el Palacio de Gaviria, que acoge obras de varios maestros del surrealismo, entre los que se encuentra Dalí, he aquí (Mi Petit) Diccionario sobre un artista total, el que, sin duda, hubiera preferido una gran enciclopedia.

AViDA DOLLARS Cuando Salvador Dalí (retratado aquí) fue expulsado del Grupo Surrealista por André Breton, el escritor galo creó un anagrama utilizando las letras del nombre del pintor: Avida Dollars. Con él, quería criticar el ansia que demostraba el catalán por el dinero y la fama. Dalí, lejos de ofenderse, se lo tomó como un cumplido porque reconocía que pocas cosas le gustaban más que el dinero. Tanto es así que llegó a firmar hojas en blanco sobre las que posteriormente se estampaban trabajos suyos sin demasiado control sobre el resultado obtenido. En la actualidad, es posible comprar a precio de obra de arte algunas de dichas hojas con la firma del pintor y que nunca se llegaron a imprimir.

BiGOTES Una de las características físicas de Salvador Dalí eran sus enhiestos bigotes. Aficionado desde muy pequeño a observar a las hormigas, insecto vinculado al imaginario surrealista y que aparece en muchos de sus cuadros, Dalí afirmaba que sus bigotes, al igual que hacían las antenas de esos animales, servían para recoger la inspiración. En ocasiones, también afirmó que, durante el verano, se los untaba de agua con azúcar para endurecerlos y atraer a las moscas que zumbaban en torno a ellos mientras pintaba en Port Lligat. Los bigotes de Dalí fueron tan representativos que el fotógrafo Philippe Halsman realizó una serie dedicada a ellos.

CRUCiFiXiÓN Después de su rebeldía juvenil, que lo acercó al anarquismo y al ateísmo, Dalí se mostró partidario de la monarquía y de la religión. Se declaraba Católico Apostólico y Romano, pero afirmaba no creer en Dios echando mano de un argumento propio de un gran teólogo: no tenía Fe. Según Dalí, la Fe es un don divino que se tiene o no se tiene y, aunque él quería creer, no podía. A pesar de esta incapacidad, la etapa mística de Dalí dio lugar a diferentes cuadros de inspiración religiosa, como la “Crucifixión o Corpus hypercubus”, un lienzo de 1954 que representa a Cristo levitando en la cruz con Gala a sus pies, o el “Cristo de San Juan de la Cruz”, de 1951, que muestra a Cristo en la misma actitud pero en un plano picado casi imposible.

DEMANDA La vidente Pilar Abel interpuso una demanda de paternidad para ser reconocida como hija del pintor Salvador Dalí. Según contaba Abel, el pintor y su madre, que trabajaba cerca de la casa de Dalí, habían sido amantes y, fruto de esa relación, habría nacido ella. El juez estimó que había indicios suficientes como para aceptar la demanda y ordenó la exhumación del cadáver del pintor, al que se le extrajo una muestra de ADN. Al final, las pruebas fueron negativas y Pilar Abel, lejos de ser reconocida hija de Dalí y recibir parte de su herencia, tuvo que pagar las costas judiciales y los gastos de la exhumación.

EXPOSiCiÓN El Palacio de Gaviria acoge la muestra “Duchamp, Magritte, Dalí, revolucionarios del siglo XX”, compuesta por 180 obras procedentes de los fondos del Museo de Israel y que abarcan movimientos como Dadá y el surrealismo. El diseño expositivo ha sido responsabilidad de Óscar Tusquets que, además de decidir la disposición de obras como la rueda de bicicleta de Duchamp o “El castillo de los Pirineos” de Magritte, ha reconstruido la sala Mae West que Dalí diseñó para su Teatro Museo de Figueras y en la que las cortinas, la chimenea, los cuadros y el sofá en forma de labios, forman el rostro de la artista de Hollywood.

FALLAS En 1954, Salvador Dalí diseñó una falla titulada “Corrida de toros surrealista” en la que aparecía un coso taurino, un toro elevándose por los aires y su propio retrato. La propuesta del artista generó no pocas quejas por parte de los más conservadores, por lo que suponía de ruptura con la estética tradicional de este tipo de monumentos efímeros. También provocó grandes quebraderos de cabeza a los artesanos, porque el pintor exigía cosas que eran técnicamente imposibles de realizar. Antes de que fuera consumida por las llamas, la falla fue rodada por el No-Do de la época, gracias a lo cual se puede ver aquí cómo quedó en realidad más allá de lo proyectado en los planos y bocetos.

GALA Conocida como “Gala”, Elena Ivánovna Diákonova (1894-1982) nació en el seno de una familia de intelectuales rusos. En su juventud, a consecuencia de una tuberculosis, tuvo que ser internada en un sanatorio suizo, donde conoció la poeta francés Paul Éluard con el que se casó poco después. En 1929, el matrimonio viajó a Cadaqués invitado por Dalí, que quedó prendado de la personalidad, belleza y libertad sexual de Gala. Inmediatamente comenzó una relación sentimental entre Gala y Dalí que terminó provocando la separación de Éluard. A partir de entonces, Gala se convirtió en la compañera, pareja e incluso marchante de Dalí. Se casaron en 1934 por lo civil, en 1958 por la Iglesia, y estuvieron juntos hasta la muerte de Gala, momento en el que Dalí entró en una profunda depresión.

HiTCHCOCK En 1945, el realizador británico Alfred Hitchcock (1899-1980) recurrió a Dalí para diseñar la secuencia del sueño de su película “Recuerda” (en inglés “Spellbound”). El director, que conocía el interés del pintor por el subconsciente, los sueños y las teorías de Freud, le pidió a Dalí unos escenarios oníricos, que el pintor resolvió creando escenografías en las que abundaban los ojos, los planos inclinados y los objetos deformados. El trabajo de Dalí y Hitchcock produjo más de 20 minutos de metraje de los cuales apenas fueron utilizados un par en el montaje final de la película.

iSOLDA Según el entorno del pintor, que no siempre se caracterizó por su honestidad y veracidad, Salvador Dalí falleció el 23 de enero de 1989 a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria mientras escuchaba la ópera “Tristan e Isolda”, de Richard Wagner. Las obras del compositor alemán eran unas de las favoritas de los jóvenes de la Residencia de Estudiantes. De hecho, fragmentos de “Tristán e Isolda” aparecen también en algunas películas de Luis Buñuel, compañero y amigo de Dalí en dicha institución educativa.

JOYAS Una de las facetas de Dalí como artista fue el diseño de joyas. Partiendo de su imaginario surrealista, el pintor creó piezas que reproducían unos labios de rubíes con dientes de perlas, ojos cuyas pupilas eran relojes, elefantes de largas patas, relojes blandos, pendientes teléfono (que llegaron a alcanzar los 200.000 dólares cuando fueron subastados en Sotheby’s), un colgante con el lema “Avida Dollars” o un corazón que palpita gracias a un mecanismo interior. Si no se lo creen, pueden verlo aquí.

KURDO BAKSi El periodista y escritor Kurdo Baksi fue amigo íntimo de Stieg Larsson, el autor de Millennium, que falleció antes de acabar el cuarto volumen de la saga. Según Baksi, es posible que, partiendo de las notas del autor sueco, se pueda reconstruir ese cuarto volumen pues, en su opinión, “si alguien puede seguir un cuadro de Salvador Dalí que no está listo, también puede acabar el libro de Stieg Larsson”. Teniendo en cuenta la cantidad de falsificaciones y obras de baja calidad realizadas o atribuidas a Dalí, tal vez no sea el mejor ejemplo.

LANViN Dalí era un experto en el arte de la autopromoción y de la promoción. Por eso, no fueron pocas las marcas que confiaron en él para vender sus productos. Entre los más conocidos, están los chocolates Lanvin, para los que Dalí rodó un anuncio de televisión en el que el pintor exclamaba con su particular acento y modulación: “Je suis fou pour le chocolat Lanvin!”, como se puede ver en YouTube pinchando aquí.

MÉTODO Salvador Dalí creó su propio método de creación artística. Lo llamó el “Método paranoicocrítico” y se basaba en la idea de que la paranoia era la habilidad que permitía que el cerebro conectase elementos que, en un principio, no tienen relación entre sí. A través de este método, Dalí realizó pinturas, objetos e incluso películas como “Un perro andaluz” (1929), escrita junto a Luis Buñuel y cuyo guion se creó rechazando todas aquellas escenas e imágenes que pudieran ser explicadas de manera racional, psicológica o cultural.

NOTARiO El padre de Salvador Dalí era notario en Figueras. A diferencia de su hijo, Salvador Dalí i Cusí era una persona severa, autoritaria y poco amigo de las bromas o las salidas de tono. Esto hizo que la relación entre ambos no fuera sencilla, al menos durante la juventud del pintor. Tanto es así que, cuando la paciencia del progenitor se colmó (que tampoco era mucha, todo hay que decirlo), decidió echar al joven Salvador de casa. El pintor tuvo que buscar cobijo junto a Lidia de Cadaqués, una mujer que vivía en una casa de pescadores y que lo alojó durante una temporada. Lidia de Cadaqués sirvió de inspiración a Eugeni D’Ors para la novela La bien plantada y años después, Dalí compraría la casa de Lidia en la que se refugió así como las adyacentes para unirlas en una gran propiedad que, hoy en día, es la Casa Museo Salvador Dalí de Port Lligat.

ORO En 1930, Luis Buñuel rodó “La edad de oro”, su segunda película después de “Un perro andaluz”. Como sucedió en su primera experiencia cinematográfica, el guion fue escrito en colaboración con Salvador Dalí, aunque ya por esa época los dos amigos comenzaron a distanciarse. Entre las razones que se barajan para esta enemistad, estaba la relación de Dalí con Gala y el narcisismo del pintor, que se sintió excluido del proyecto por Buñuel. Posteriormente, Dalí se desquitó, afirmando que el realizador era comunista, una información que se produjo justo cuando Buñuel estaba trabajando en Hollywood y que provocó que el aragonés tuviera que abandonar Estados Unidos.

PiCASSO Salvador Dalí era consciente del talento artístico de Picasso y de que era uno de los pocos pintores que podían hacerle sombra. Por eso, siempre mantuvo con él una relación que discurría entre la admiración y la envidia. Una de sus frases más conocidas es aquella que dice “Picasso es español; yo, también. Picasso es un genio; yo, también. Picasso es comunista; yo, tampoco”. Durante años, Dalí aprovechó esa circunstancia ideológica para promocionarse en Estados Unidos donde los coleccionistas, a la hora de invertir, preferían hacerlo en él que en el malagueño únicamente por cuestiones políticas. Ahora puede parecer increíble, pero los efectos sociales y económicos de la Guerra Fría no fueron ninguna tontería.

QUiNTA AVENiDA En los años 40, Dalí aceptó el encargo de los almacenes Bonwit-Tellerle, situados en la Quinta Avenida de Nueva York para decorar sus escaparates. Entre los objetos que colocó en ellos, estaba un maniquí con peluca roja en una bañera forrada de astracán y otro maniquí tumbado en una cama y apoyado en una almohada en la que ardían carbones encendidos. Como la instalación debió resultar muy rupturista, los responsables de los grandes almacenes decidieron hacer modificaciones sin consultar a Dalí. Cuando el pintor vio que habían cambiado su creación, decidió romper el escaparate arrojando contra el vidrio la bañera. El pintor fue detenido y juzgado, pero solo se le condenó a pagar los desperfectos porque el tribunal entendió que estaba defendiendo legítimamente su obra.

RELOJES Uno de los cuadros más conocidos de Dalí es “La persistencia de la memoria”, fechado en 1931. Tal vez muchos no consigan hacerse una idea de cuál es únicamente por el título, sin embargo, si se menciona que es aquél que tiene varios relojes blandos que parecen derretirse, todo el mundo sabe cuál es. Los relojes blandos de Dalí, que hacen referencia a la relatividad del tiempo, han sido reproducidos en esculturas, juegos de cama, camisetas, cuadernos, corbatas y un sinfín de objetos que han proporcionado pingües beneficios a la Fundación Gala Salvador Dalí y al Estado Español, heredero universal de los bienes del pintor según su voluntad testamentaria.

SALVADOR DALí En 1901, los padres de Salvador Dalí tuvieron un hijo al que llamaron Salvador y que falleció prematuramente con apenas dos años de edad. La pérdida del bebé hizo que quisieran tener otro hijo al que, cuando nació, también llamaron Salvador. Este niño, que acabaría convirtiéndose en el gran pintor que conocemos, pasó buena parte de su infancia traumatizado por esa tétrica coincidencia, hasta el punto de creer que era la reencarnación del hermano muerto. De adulto, sin embargo, utilizaría esa situación para algunas de sus obras de arte en las que se comparaba con Cástor y Pólux, los dioscuros, dos héroes griegos uno de los cuales pasaba la mitad del año en el mundo de los muertos mientras que el otro la pasaba en el de los vivos. Transcurrido ese tiempo, se intercambiaban los lugares: el que estaba muerto volvía a la vida y el vivo pasaba seis meses en el Hades.

TELÉFONO Además de cuadros, Dalí diseñó joyas, creó esculturas, fundó el periódico Dalí News y fabricó objetos surrealistas, como el maniquí con un sombrero hecho de pan, el automóvil en el que llueve en su interior o el teléfono langosta, una pieza de 1936 en la que el auricular del teléfono es sustituido por este jugoso crustáceo.

URBiNO (RAFAEL DE) Salvador Dalí fue expulsado de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando por culpa de Rafael Sanzio (1483-1520). Bueno, en realidad el pintor del Renacimiento nacido en Urbino no tuvo que ver directamente, sino la actitud que mostró el catalán cuando fue preguntado en un examen oral sobre el artista italiano. Salvador Dalí se encaró con el tribunal examinador y les espetó que ellos no tenían el nivel suficiente como para valorar sus conocimientos sobre Rafael que, todo sea dicho, eran muchos. Ante semejante chulería, los profesores no se anduvieron con tonterías y expulsaron al muchacho de la Academia, algo que no hizo ninguna gracia a su padre, el notario de Figueras.

VELÁZQUEZ / VERMEER Dalí era un apasionado de las obras de Vermeer y de Velázquez. Sobre el pintor español, su originalidad y su valor artístico, llegaría a afirmar: “Desde el impresionismo, toda la historia del arte moderno gira alrededor de un único objetivo: la realidad. Algo que puede llevar a preguntarse: ¿Qué hay de nuevo? Velázquez”. Durante una visita a Madrid, Jean Cocteau acudió al Museo del Prado en compañía de Salvador Dalí. A la salida, los periodistas preguntaron al francés qué salvaría en caso de que hubiera un incendio en el museo. Cocteau afirmó que “el fuego”. Dalí, sin embargo, respondió que “el aire, y específicamente el aire contenido en “Las Meninas” de Velázquez, que es el aire de mejor calidad que existe”. Cuando a lo largo de su vida recordaba la anécdota, el catalán añadía: “Cocteau reconoció que le había ganado con mi respuesta”.

WALT DiSNEY / WARHOL El padre del ratón Mickey (aunque solo sea a efectos legales, pues la paternidad creativa está muy discutida) pasó unas vacaciones con Dalí en su casa de Cadaqués. El magnate estadounidense le propuso al pintor hacer juntos una película de dibujos animados semejante a “Fantasía” pero con elementos surrealistas. El resultado fue “Destino”, comenzada en 1946 pero abandonada por problemas presupuestarios y técnicos poco después de iniciarse. En 2003, los estudios Disney retomaron el proyecto y, basándose en los bocetos y el guión, la concluyeron. En cuanto a Warhol, fue un digno alumno de Dalí y, como el catalán, supo sacar provecho a los medios de comunicación en su propio beneficio. Warhol y Dalí coincidieron en varias ocasiones e incluso se conserva un Screen Test (un rollo de 3 minutos en 16 mm con un primer plano de una persona del entorno de Warhol), que el artista pop rodó de Dalí durante una fiesta en la Factory.

XX Salvador Dalí es un icono del siglo XX. Independiente de la calidad o no de su obra pictórica, escultórica y literaria, sus bigotes, su bastón, sus ropas estrafalarias, su defensa del ADN, de los cuernos de rinoceronte, de la monarquía y su desbordante personalidad son ya parte de la cultura popular del siglo pasado.

YEYÉ Salvador Dalí siempre estuvo atento a los movimientos culturales y juveniles que surgían en la sociedad. Fue amigo de rockeros como Alice Cooper, Pau Riba y de una de las figuras más importantes del ye-yé francés: Françoise Hardy. La intérprete de “Tous Les Garcons Et Les Filles” coincidió con Dalí en diversos eventos como, por ejemplo, el estreno en París de “Los cuatrocientos golpes”, de Truffaut, en 1959, e incluso fue a visitarlo a su casa de Port Lligat en 1970.

ZODiACO En 1967, Salvador Dalí produjo una serie de serigrafías sobre el zodiaco. La colección cuenta con ilustraciones individuales para cada uno de los signos y una genérica en la que aparecen todos dispuestos en círculo. El tiraje fue de 250 unidades y, en la actualidad, cada una de las piezas individuales tiene un precio que ronda los 3.000 dólares. En 1969, se hizo una nueva tirada de alta calidad, pero sin la firma de Dalí que, incluyendo las 13 imágenes y la carpeta, apenas alcanza los 2.000 dólares.

                                          (De Eduardo Bravo, el 26 de julio de 2018)

Referencias útiles:
REVOLUCiONARiOS (ARTíSTiCOS) DEL SiGLO XX

¿CUÁNDO? De Domingo a Jueves, de 10h a 20h, y los Viernes y Sábados, de 10h a 21h, hasta el Domingo 29 de julio de 2018.

¿QUÉ? Madrid acoge una gran retrospectiva, que reúne a Duchamp, Magritte, Dalí, Ernst, Tanguy, Man Ray, Picabia, Calder, Schwitters, Höch, Blumenfeld, Janco y muchos otros para contar un periodo de creatividad genial y extraordinaria. Su afán de revolucionar el arte, de romper con el pasado e inventar un mundo nuevo, se cuenta con gran riqueza narrativa en la exposición a través de cinco secciones temáticas: Yuxtaposiciones maravillosas, Deseo: musa y abuso, El automatismo y su evolución, Biomorfismo y Metamorfosis e Ilusión y paisaje onírico.

¿DÓNDE? En el Palacio de Gravina (en la ilustración)
Calle de Arenal, 9
28013 Madrid
M Sol

¿CUÁNDO? Adultos: 13 euros; Niños (de 5 a 11 años): 5 euros, online o en taquilla.

Para saber más de la muestra, conéctate a la web de REVOLUCiONARiOS (también en Facebook y Twitter).

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