Con raíces que se hunden en el góspel y blues sureño, y un lamento familiar que se remonta al más profundo y duro Mississippi, Erin Corine, de 30 años, es músico por tradición y convicción. Nacida en Chicago, su vida es una mezcla de acentos y sonidos que le llevaron a enamorarse de España al escuchar, con solo 5 años, cómo hablaban sus vecinos latinos. Tanto que en cuanto pudo, puso rumbo a nuestro país y ya no hubo marcha atrás. Hoy, regenta El Salón del Artista, un peculiar hogar musical en pleno barrio de Malasaña, donde creadores de todas las disciplinas buscan, mediante su arte, otras vías de imaginar un futuro mejor.

   Erin (retratada aquí) se crió entre una iglesia cargada de cantos y un hogar con un padre percusionista y una madre que solía sentarse ante el piano para cantar con ella. Con este curriculum vitae, la pequeña supo desde los 12 años que lo suyo iba a ser la música. Estudió flauta, y cuando quiso perfeccionar su formación, recordó la musicalidad de aquel idioma que tanto le había llamado la atención, y lo tuvo claro. Eligió la Escuela de Música Berklee de Valencia para realizar un máster en interpretación de música contemporánea, y se rindió ante un país al que ya había sucumbido años atrás.

   Su inquietud ya le había traído unas vacaciones por aquí, cuando en 2011 aterrizó en el Madrid más castizo, en un taller de flamenco en el que conoció a la cantaora Sandra Carrasco, su primera amiga española. Aquel canto que sumaba bossa nova y jazz se parecía mucho a su concepto musical, en el que lo importante era escarbar en el pasado sonoro, ya fuera latino, caribeño, andaluz o lo que se pusiera por delante.

   Con esta fusión en la cabeza y el máster finalizado, Erin se vino a Madrid, trabajó como auxiliar de conversación en aulas de escuelas bilingües y fue corista de Concha Buika, antes de decidir, por fin, poner en marcha su propio proyecto para dar clases de canto, coaching de voz, editar letras para cantautores bilingües y, sobre todo, conocer a artistas y crear sinergias con ellos.

   Acabó de casualidad en un local de la calle de la Palma, un pequeño espacio abierto a la calle por varios escaparates, que hizo caer en la cuenta a Erin de que todos los cambios importantes de su vida se habían gestado en espacios acogedores, íntimos, rodeada de amigos… y pensó en crear su propio hogar en aquel local. Así nació el 27 de octubre de 2017, el día de su cumpleaños, El Salón del Artista.

   En este centro de arte y coworking, Erin ha creado un colectivo de artistas interdisciplinares, que contribuyen con conciertos, talleres, presentaciones, club de lectura o charlas a mantener el espacio y, sobre todo, a engendrar colaboraciones entre ellos y colectivas para el propio Salón. En apenas unos meses, son ya 20 colaboradores oficiales de unas 15 disciplinas diferentes, por lo que es habitual pasar por delante y encontrar sus sofás repletos de gente disfrutando de su arte. Aunque aún son muchos los que miran y no se atreven a entrar, dudosos de si aquel acogedor espacio es un local o una casa.

   Sus puertas, dice Erin, siempre están abiertas, y confiesa que “nunca sabes quién va a entrar y lo que va a suceder”. A los que se atreven se les invita a contribuir con al menos 5 euros y para el futuro, reservar a través del correo o los enlaces de eventos que crea Erin en Facebook. Una forma, sin duda diferente, de llevar el arte a la comunidad y recibir su apoyo para seguir creando.

                                               (De Lidia Martín, el 14 de marzo de 2018)

Referencias útiles:
EL SALÓN DEL ARTiSTA (en la ilustración)
Calle de la Palma, 50
28015 Madrid
695 585 245
M Noviciado/ Plaza de España / Tribunal

Horario:
- De Lunes a Viernes: de 11h a 14h y de 16h a 20h;
- Los Sábados y Domingos: depende de los eventos programados.

Para seguir los pasos (re)creativos de EL SALÓN DEL ARTiSTA, conéctate a su Facebook, y para conocer mejor a ERiN CORiNE, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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