Tulia Casado, de 36 años, se crió en un ambiente donde lo natural era muy preciado. Su madre, Trinidad, le inculcó la importancia de los buenos hábitos y una visión holística en la que cuerpo y mente iban siempre de la mano. Cuando, con 9 años, desarrolló alergia y luego asma, su progenitora removió el mundo hasta lograr curarla a base de tratamientos naturales. Aquello le impactó tanto que, agradecida, emprendió un viaje de aprendizaje que le llevó a estudiar primero psicología, centrándose en los procesos psicosomáticos, para luego abandonarlo por no tener nada que ver con su visión, y optar por la medicina tradicional china, una casi desconocida por entonces. Allí conoció a Eduardo Velasco, un compañero que, con las mismas inquietudes, descubrió en Tailandia su masaje tradicional y supo que era el futuro de Tulia. Con 19 años, la joven puso rumbo a este país para sumergirse en una cultura del masaje, que le sorprendió no solo por la técnica, sino también por la forma de entenderlo. Fue el germen de MThai, la primera Escuela Española de Masaje Tradicional Tailandés de Madrid.

   MThai abrió sus puertas hace 17 años bajo la misma filosofía que Tulia y Eduardo aprendieron en Tailandia. Allí los masajes no son algo que solo recibes cuando estás mal, sino que forman parte de una rutina preventiva. Están integrados en la vida diaria. Puedes encontrarlos en spas u hoteles, pero también en mercados y templos, y son asequibles para todos. Tulia, con 20 años, no solo se atrevía a montar un negocio, su objetivo era difundir una técnica milenaria que -dicen- fundó hace 2.500 años Shivago Komarpaj, el médico del Buda. Su primer local estaba ubicado en el barrio de La Latina, en un piso de alquiler del Palacio de Anglona, y ya desde su arranque, además de los masajes, incluyeron claro está, clases y talleres.

   Sus primeros alumnos eran en su mayoría osteópatas o fisioterapeutas con curiosidad y ganas de aprender nuevas técnicas; y los clientes, que iban a darse masajes, personas con dolencias que querían probar algo nuevo y que hicieron actuar el boca a boca.

   En estos masajes, se logra una puesta a punto general, siguiendo esa visión holística en la que lo físico y lo energético son uno, pues en la salud influye desde la alimentación al estado emocional, el ritmo de vida o el entorno. Son masajes que se hacen con ropa y mediante estiramientos asistidos -como un yoga pasivo, pues provienen también del Ayurverda, la medicina tradicional de la India-, que trabajan el cuerpo entero independientemente de donde tengas la dolencia, mediante presiones que siguen los canales energéticos y los desbloquean, aflojando músculos, liberando tensiones y consiguiendo autorregular el organismo

   Por 25 euros la hora, estos masajes atraen a clientes que van por un precio que sorprende y luego engancha, pero en su mayoría acuden por la calidad y los resultados, y gracias a este asequible coste, fiel a los principios tailandeses, se logra que el masaje deje de ser un producto de lujo y pueda integrarse como un hábito regular y preventivo.

   Tal fue la afluencia de público que Tulia y Eduardo se vieron obligados a cambiar de local. En 2002, se mudaron a Tirso de Molina, y mientras ellos seguían impartiendo clases, ya contaban con varios masajistas contratados para atender a sus clientes. A Malasaña llegaron en 2012. Fue entonces cuando Eduardo se fue a vivir a Portland (al noroeste de Estados Unidos). Tulia (retratada aquí) compró su parte, y se quedó con todo el negocio.

   En plena calle Velarde, arropada por garitos de noche como La Vía Láctea o centros de tatuajes, MThai aparece tras una modesta entrada que no hace sospechar el paraíso de paz y bienestar, que esconde en su interior y que aporta el contrapunto sano a este tramo del barrio de (las) Maravillas. Hasta aquí acuden clientes de lo más variopintos, desde altos ejecutivos a señoras que limpian los locales del barrio y ya son asiduas. Algunos lo hacen por dolencias que, en manos del masajista, a veces son derivados a Tulia, que también ejerce como nutricionista.

   En efecto, después de estudiar medicina tradicional china, Tulia siguió formándose en naturopatía y nutrición para completar esa visión holística de sus pacientes. Un enfoque que, según Tulia, atraviesa un momento de apertura como nunca, pues si antes sonaba raro e incluso esotérico, ahora piensa que se va entendiendo que todo está integrado, que pueden ser terapias complementarias y que lo más importante es la prevención. Aunque, por supuesto, aún quedan reacios, y un porcentaje de pacientes acude a la desesperada, tras probar sin éxito todo lo convencional, e incluso a rastras empujados por amigos o familiares y que finalmente se rinden a las evidencias. Y esta, cuenta Tulia, es su mayor satisfacción.

   De hecho, aún recuerda un caso muy especial, el de un hombre con una lesión medular, ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y sin esperanza alguna de recobrar la movilidad. Tras dos meses recibiendo masajes diarios, su progresión fue increíble, y hoy en día, se ha recuperado casi al 100%. Un caso sin duda excepcional que a Tulia le llena el alma.

                                                 (De Lidia Martín, el 29 de enero de 2018)

Referencias útiles:
MTHAi (en la ilustración)
Escuela Española de Masaje Tradicional Tailandés
Calle de Velarde, 20
28004 Madrid
M Tribunal
914 469 787 y 656 547 663 (Cita previa)

Horario:
- De Lunes a Viernes: de 10h a 21h;
- Los Sábados, Domingos y Festivos: de 11h a 15h y de 17h a 21h.

Precios:
- Masajes: 25 euros la hora;
- Nutrición: Primera visita 70 euros (que incluye dos sesiones, la de valoración y la de resultados y posible tratamiento); Revisiones: 50 euros.

Para seguir los pasos relajantes y curativos de MTHAi, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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