Hermanos de padre hongkonés y madre madrileña, Melisa y Steven Cheung (de 38 y 33 años), retratados aquí, son amantes de los animales. Enfermera veterinaria ella, con un máster en etología (estudio del comportamiento de los animales), especializada en gatos; y cocinero él, apasionado de la hostelería y el trato con el cliente, dedican su tiempo libre como voluntarios en protectoras de animales, y cuando descubrieron los neko cafés japoneses, donde los clientes conviven con una colonia de gatos residente, vieron sus dos pasiones unidas en un posible negocio. Así nació el pasado 5 de septiembre de 2017 Polineko, un centro de ocio e incluso terapia para personas y una manera de crear familias mediante la adopción de estos animales, basándose en el contacto y el feeling con calma.

   La frustración de los dos hermanos de nunca haber tenido mascota en casa era tal que, de niña, Melisa escondía mariquitas en cajas bajo su cama. Para colmo, de adolescente, descubrió que era alérgica al pelo de los animales, pero lo tenía tan claro que decidió hacer terapia de choque y a base de mucho contacto y algún que otro síntoma, con 16 años empezó a colaborar en protectoras de animales domésticos y a visitar toda granja que encontraba en su camino... pero, de todos los animales que iba conociendo, los gatos siempre le han atraído más que ninguna otra especie. Según Melisa, no hay dos felinos iguales y su complicada psicología hizo que fueran su elección.

   Entonces, cuando descubrió los neko cafés nipones, decidió adaptar el concepto a la realidad española. En efecto, si en Japón estos negocios surgieron para cubrir la necesidad de todos los que no pueden tener animales domésticos por las reducidas dimensiones de sus casas, acogiendo siempre a los mismos gatos, en Madrid su local sería un escaparate íntimo y humano para la adopción. Pero, ¡ojo, en Polineko, situado en el barrio de La Latina, no se adopta a ojo como suele ocurrir en una protectora, sino que, al estar en un ambiente más relajado, hay tiempo para conocer a su posible compañero de viaje o para que, asegura Melisa, el gato elija al suyo...

   Los hermanos recuerdan como su mejor momento la visita de una señora, que había visto a una gata llamada Griseta en la sección La Gatera de la web de Polineko (donde cuelgan fotos e la historia de los gatos que tiene en ese momento), y que se llevó también a Desaster, una gatita que habían atropellado y había perdido una pata y que, en cuanto entró en Polineko, encontró su sitio detrás de un cojín, escondida, de modo que nunca nadie se había fijado en ella hasta que, aquel día, la pequeña salió de su escondite y se subió en el regazo de esta mujer que rompió a llorar. Hoy, viven felices con ella Griseta y Disaster.

   Para dar la bienvenida a todo minino nuevo, Melisa se lleva como anfitriones a sus 3 gatos: Hato, Hachiko y el último en incorporarse, Naku, que Melisa recuperó de un atropello. Con una media de 15 animales en el local, los tres felinos les ayudan en el proceso de adaptación después de que Melisa haya comprobado que han pasado la cuarentena y vienen bien vacunados para evitar cualquier problema. Este es el motivo por el que no está permitido la entrada a Polineko de otros gatos que no sean los suyos, para mantener estas normas de higiene y salud y porque los gatos son animales de costumbres y sacarlos de su entorno sería un gran estrés. Y, adelantándose a lo que sabían les iba a pasar, los hermanos Cheung habilitaron la planta de abajo del local para poder dejar a algún gatito en cuarentena, porque ya se han encontrado a más de un minino abandonado en su puerta.

   En estos tres meses de vida, Melisa y Steven han superado sus expectativas. Ya han salido unos 25 gatos en adopción. ¿Cómo? Cuando se produce el flechazo, Melisa pone a los adoptadores en contacto con la protectora para que se haga la entrega. Polineko no recibe nada a cambio. Sus ingresos llegan por la entrada de 4 euros por estar media hora y 6 euros por una hora, en ambos casos con bebida incluida (café, té, refresco o cerveza japonesa), y si alguien tiene hambre puede sumar por 2 euros cereales y dorayakis (pasteles japoneses). También tienen una pequeña zona de tienda donde venden fuentes, rascadores, collares y productos hechos a mano cuya recaudación va íntegra a las protectoras.

   Los mejores días son los fines de semana donde suelen llenar con parejas, grupos de señoras y familias con niños, aunque Melisa no recomienda la entrada a menores de 12 años porque no se puede gritar, ni correr tras los gatos, ni estresarlos.

   Y mientras siguen conociendo a nuevos gatitos y futuros adoptadores, Melisa y Steven sueñan con vivir de un cat café que suma sus pasiones, y sobre todo, con fomentar la química gatuna.

                                           (De Lidia Martín, el 14 de diciembre de 2017)

Referencias útiles:
POLiNEKO (en la ilustración)
Carrera de San Francisco, 11
28005 Madrid
680 858 389
M Latina

Horario:
- De Domingo a Jueves: de 11h a 22h;
- Los Viernes y Sábados: de 11h a 23h.

Para seguir los pasos (re)creativos de POLiNEKO, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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