Desde pequeña, Inés Santamaría supo que tenía una sensibilidad especial. Para ella observar algo tan cotidiano como el aire rozando el trigo de los campos de Castilla se convertía en pura emoción. Tras varios intentos fallidos de compartir sus experiencias y bastante incomprensión, aquella niña aprendió a callar y a dar rienda suelta a su mundo solo a través del dibujo. Su alivio llegó al empezar el bachillerato artístico y la salvación al entrar en Bellas Artes donde por fin se dio cuenta de que sí, había más gente como ella. Hoy, esta artista plástica burgalesa de 35 años inunda de chillones flotadores, edificios, fachadas, habitaciones e incluso pasarelas, en un lenguaje sin duda llamativo, pero también con gran carga emocional.

   En su familia, no había nadie cercano a la expresión artística, excepto su padre, obrero, quien compartía su singular visión de lo que le rodeaba, y juntos inventaban cosas y construían sus propios juguetes, como una huevera donde Inés crió pollitos, hecha con una máquina de depilar. Sin darse cuenta, Inés (retratada aquí) se estaba acercando a la escultura, y cuando llegaron las siguientes Navidades, lejos de pedir muñecas, su elección fue clara: quería herramientas para construir y esculpir.

   Sin embargo, a Inés aún le llevaría tiempo encontrar su lenguaje. Al terminar la carrera, pasó un año entero dándole vueltas a su vida y absorbiendo con calma todos los conocimientos, que había adquirido. Fue un año duro, con la creciente presión del tiempo y el dinero, que se transformó en tristeza, y por fin, en su primera obra. Probando, Inés encontró en el plástico su material más versátil, y se enganchó a él sin remedio. En realidad, quería rodearse de materiales cotidianos, de fácil acceso para todos y reconocibles de un solo vistazo. Tenían que ser atractivos, por la textura y el color, y así, delante de decenas de hules, empezó a cortar tiras con las que cubrió esculturas, dándoles un acabado nada habitual. Inés bautizó aquel estreno artístico como “Fábula” al que aplicó su propia moraleja: el arte era una necesidad y la escultura su arma.

   Así desarrolló un fascinante mundo creativo (su paraíso son las tiendas de chinos, ¡cuánto más grandes, mejor!), a caballo entre la escultura y la pintura, pues mezcla conceptos pictóricos como el peso y el color, con escultóricos como el volumen, el espacio o las luces y sombras. Y así, haciendo equilibrios en una tierra de nadie, sin ser reconocida por ninguna de las dos artes, Inés sigue creando para gritar a los cuatro vientos su mensaje.

   Porque Inés lucha para que su espectador no se quede solo en la fachada. Su objetivo es que el que lo observe sienta, aunque no lo entienda. Le basta escuchar adjetivos como “impresionante” o “espectacular”, pero sobre todo le fascina ver a los espectadores invadidos por una emoción tal que hasta el más formal siente la irrefrenable necesidad de tocar lo que tiene delante.

   Así llegaron sus primeras exposiciones, por España en incluso Bélgica o Lisboa, pero sobre todo colaboraciones tan sonadas como “Mímesis” en 2014, una intervención gigantesca de más de 4.000 flotadores para el Centro de Arte Contemporáneo CAB de Burgos en colaboración con el MUSAC; o su aportación KuKi No Nami II en 2017, que inundó de fantasía y color el “catwalk” de Agatha Ruiz de la Prada para la última edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid.

   A pesar de todo, Inés aún no sabe si logrará vivir de su arte. Las suyas no son obras comerciales y sus instalaciones tienen difícil cabida en una casa de coleccionista. Pero lo que sí es seguro, es que si dejara de hacerlo, todo perdería su sentido.

                                         (De Lidia Martín, el 16 de noviembre de 2017)

Referencias útiles:
HiNCHABLES. LA GALERíA

¿CUÁNDO? El Jueves 16 de noviembre de 2017, a las 19h30 (hasta el , de Martes a Sábado, de 11h a 20h, y los Domingos y festivos, de 11h a 14h).

¿QUÉ? Inauguración de la exposición “Hinchables. La Galería”, que propone un repaso a los últimos 20 años de trabajo artístico con plásticos e hinchables en disciplinas como la arquitectura, el arte o el diseño español, con artistas como Albert Gusí, los colectivos Taller de Casquería y Luz Interruptus y, por supuesto, Inés Santamaría, entre muchos otros.

¿DÓNDE? En la Sala La Arquería de Nuevos Ministerios (en la ilustración)
Paseo de la Castellana, 67
28046 Madrid
915 975 132
M Nuevos Ministerios

¿CUÁNTO? Entrada libre.

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