Nació en Londres en 1978 por el hastío ante un rock demasiado psicodélico y glamuroso. Era la New Wave de los 70 que recuperaba el beat británico y el punk más primitivo para lograr una música sin artificios y mucho más cercana al público, gracias a una chica andrógina, pero femenina, impetuosa con su peculiar voz y su inseparable Fender Telecaster, feliz al margen de la industria discográfica, y con el tiempo, luchadora incansable, activista social y política, ecologista, vegetariana convencida y con cierta fama de dura y antipática. Ahora, 4 décadas después, con 15 álbumes editados y una efímera carrera en solitario, Chrissie Hynde vuelve al escenario para presentar su último trabajo “Alone” (2016) en el Teatro Real. (Petit) Homenaje a The Pretenders.

   Chrissie Hynde nació el 07 de septiembre de 1951 en una familia bien de Akron (Ohio). Como ella misma confesó, fue una niña consentida que, tras deambular sin ganas por escuelas de Canadá y México, acabó estudiando Bellas Artes en la Universidad de Kent, donde fue testigo de una protesta contra la guerra de Vietnam que acabó con 4 estudiantes muertos. Aquel hecho inspiró a Neil Young su canción “Ohio” (1970) y sin duda marcó a Hynde. Era la época de la contracultura plagada de revoluciones protagonizadas por jóvenes rebeldes ante un Estado represivo y llenos de curiosidad por experimentar los efectos de todas las drogas. Y allí estaba Hynde, impactada, emocionada y soñando con la música como medio de lucha, por lo que acabó convenciendo a su compañero de clase Mark Mothersbaugh -luego cantante de Devo- para formar una banda.

   Sin mucho éxito en la formación, en 1973 Hynde (retratada aquí) se mudó a Londres con un único objetivo en su cabeza: lograr una verdadera banda de rock. Se ganó la vida como pudo atendiendo en la tienda que Vivienne Westwood y Malcolm McLaren -luego manager de los Sex Pistols- tenían en Kings Road, hasta que una noche de fiesta, Hynde conoció a Nick Kent, el periodista musical por excelencia del momento, que le propuso colaborar en un semanario llamado New Musical Express, un trabajo que -según cuentan las malas lenguas- consiguió después de haberse acostado con él.

   En su tiempo libre Hynde seguía intentando triunfar como fuera en la música, y se unió a formaciones como Masters of Backside o The Moors Murderers, hizo migas con Joe Strummer -líder de The Clash-, enseñó a tocar la guitarra a Rotten de Sex Pistols, e incluso dicen, propuso matrimonio a Vicious para obtener la residencia, hasta que en 1974, una entrevista a Brian Eno y su lamentable intento de ligar con ella, le hicieron abandonar para siempre el periodismo y marcharse a París para seguir probando suerte.

   Tras una corta estancia en la capital francesa, Hynde regresó y volvió a intentarlo con Mick Jones -con el tiempo guitarrista de The Clash-, hasta que ya cerca de la treintena, en una edad más propia de ser manager que cantante, Hyden convenció a Phil Taylor de Motörhead para grabar algunas demos que llegaron a oídos de Dave Hill de Anchor Records, que convencido del potencial de aquella chica le aconsejó rodearse mejor y le facilitó los medios necesarios para grabar otra pista con más calidad.

   Fue entonces cuando Hynde juntó a su por entonces novio Peter Farndon al bajo y a un amigo de éste, Jimmy Honeyman-Scott a la guitarra. A ellos se unió un vecino y profesor de autoescuela, Martin Chambers, como batería, y en 1978 grabaron cinco temas en Regents Park Studio bajo el nombre de The Pretenders, que rendía homenaje a la canción “The Great Pretender” (1956) de The Platters, pero que popularizó Sam Cooke, y que según cuentan era de las favoritas de Hynde.

   Uno de aquellos temas, “The Phone Call” (1980), llamó la atención de Real Records, que los fichó y lanzó con ellos varios singles y versiones que rápidamente se hicieron hueco logrando con “Brass in pocket” (1980) el nº1 en Reino Unido y el puesto 14 en la lista Billboard Hot 100 de los Estados Unidos. Y así, con un increíble pistoletazo de salida, lanzaron su primer álbum, “Pretenders” (1980) que arrasó en Reino Unido y USA, y que con el tiempo fue considerado como uno de los mejores discos de la historia. Fue un debut enérgico y agresivo como mandaban los cánones de unos orgullosos herederos del punk que confiaron la producción a Chris Thomas, responsable del sonido del “Never Mind The Bollocks” (1977) de Sex Pistols. 

   Un año después llegó su segundo trabajo, “Pretenders II” (1981), por entonces despreciado pero reivindicado con el tiempo. El éxito había llegado de inmediato pero su turbulenta vida escondía un gran problema, la adicción a la heroína de Farndon, ya ex pareja de Hynde, embarazada de su primer hijo, Natalie, con su nueva pareja Ray Davies de The Kinks. Hynde decidió expulsar a Farndon del grupo, y dos días después, el 16 de junio de 1982, Honeyman-Scott murió de una sobredosis de cocaína, y pocos meses después lo hizo Farndon ahogado en su bañera tras perder el conocimiento por un exceso de heroína.

   Todos pensaron que había llegado el final de Pretenders, pero tan solo dos semanas después Hynde presentó una nueva formación y un nuevo single “Back on The Chain Gang” (1984), que claro está, tenía a la muerte sobrevolando en cada nota y se convirtió en su mayor éxito en EEUU permaneciendo durante tres semanas consecutivas en el nº5 de las canciones más escuchadas. Mientras, Hynde seguía adelante con su vida y tras escapar de una tormentosa relación con Davies, con palizas incluidas, comenzó una relación con Jim Kerr, líder de Simple Minds y tan solo unas semanas después de dejar el hogar, se casó con él y se quedó embarazada de la que sería su segunda hija, Yasmin.

   Su tercer trabajo “Learning to Crawl” fue lanzado en 1984 pero no fue hasta que llegó “Get Close” (1986) y tras varios cambios en la formación, que Hynde logró el super éxito “Don’t Get Me Wrong”. Pretenders había dejado de ser una banda a ser una formación con Chrissie Hynde a la cabeza y músicos intermitentes como acompañantes. De hecho, en su disco “Packed!” (1990), que pasó sin pena ni gloria, solo apareció ella como imagen. Hynde se vengó con “Last of the independents” (1994), disco de oro en Estados Unidos gracias sobre todo a la balada “I’ll stand by you” que se coló en todas las listas top de música del momento, pero de la que, junto a “Don’t get me wrong” Hynde renegó a pesar de haberla hecho inmensamente rica.

   Hasta “Break up the concrete” (2009), Pretenders no logró volver a situarse en los primeros puestos de las listas de Estados Unidos. Fue gracias a un doble cd que incluía lo mejor de Pretenders y que parecía anunciar el final definitivo de la banda. De hecho, Hynde regresó con “Stockholm” (2014), pero lo hizo en solitario, y dos años después, mientras preparaba “Alone” -el que iba a ser su segundo trabajo en solitario-, Hynde se dio cuenta de que aquello sonaba a Pretenders y anunció el regreso de la banda, un milagro que logró Dan Auerbach de The Black Keys como productor y hombre orquesta junto a Hynde. Ahora con 66 imponentes años, Hynde asegura que se trata de su mejor álbum, un disco con el que -dice- no puede parar de reír, la mejor señal de que lo que escucha es auténtico rock and roll.

                                                      (De Lidia Martín, el 27 de marzo de 2017)

Referencias útiles:
THE PRETENDERS en MADRiD

¿CUÁNDO? El Lunes 24 de julio de 2017, a las 21h30.

¿QUÉ? Concierto de The Pretenders dentro de la segunda edición de Universal Music Festival y las celebraciones del bicentenario del Teatro Real.

¿DÓNDE? En la Sala principal del Teatro Real (en la ilustración)
Plaza de Isabel II, s/n
28013 Madrid
915 160 660
M Ópera

¿CUÁNTO? Desde 36 a 136 euros aquí.

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