Su logotipo, dedicado a la edición y venta de literatura anarquista, es un doble homenaje: por un lado, al que se considera último gran teórico del anarquismo moderno, Errico Malatesta (1853-1932), retratado aquí, y por otro, a uno de los movimientos socioculturales más furibundos e influyentes del pasado siglo, el punk. El resultado es la cabeza del citado agitador italiano coronada por un libro abierto cuyas páginas conforman el vistoso penacho. 

   La Malatesta ha cumplido los 12 años de existencia y resistencia, sorteando el zarandeo sufrido durante los periodos de parlamentos democráticos, de uno u otro signo. “Los gobiernos socialistas sumieron en el ostracismo a los movimientos anarquistas, las asociaciones de barrio o la lucha sindical. Las artes gráficas, en concreto, ha sido un sector muy castigado por la fuerte destrucción de puestos de trabajo”, explican los portavoces de LaMalatesta, dispuestos a seguir sacando fuerzas de la precariedad, como en el auténtico espíritu de guerrilla. 

   La cooperativa abandonó su primer domicilio en Malasaña para instalarse en el corazón de Lavapiés, desterrados por la transformación del barrio en esas calles de moda que  encarecieron la zona hasta hacer inasequibles muchos de sus locales: “Esperamos que aquí no pase lo mismo aunque la razón sea tan triste como el predominio de las infraviviendas en un absoluto estado de precariedad”. 

   En los muros de la planta baja y principal de la librería, hay una enorme bandera pirata estratégicamente colocada para disimular un desconchón en la pared, tierno desaliño estético que combina con el aire de pequeña barricada que allí puede respirarse. Justo enfrente, hay un grabado con el rostro de Eliseo Reclus, geógrafo anarquista francés, con una de sus más célebres frases: “La anarquía es al más alta expresión del orden”.

   “El espíritu filibustero siempre ha sido igualitario”, aseguran en La Malatesta donde sus estanterías reconocen y reflejan el auge actual de la lucha feminista: “Tenemos un catálogo de más de 3.000 títulos, además de revistas y fanzines, especialmente activos en los últimos tiempos”, como Agente Provocador, dedicado a la contracultura cuyo lema predica “ideas salvajes para tiempos salvajes”; Raíces, publicación ecológica y antidesarrollista, Tierra y libertad, que sigue editándose desde su nacimiento como periódico en 1888; Fábrica de ideas, un proyecto asambleario del Grupo Anarquista Apoyo Mutuo, o Pikara Magazine, hiperactiva y feminista…

   Entre las portadas literarias, tanto en la tienda física como en la virtual, llama la atención el rostro sonriente de Lucía Sánchez Saornil, en la antología de textos seleccionados por Antonia Fontanillas Borràs y Pau Martínez Muñoz. Sánchez Saornil fue periodista, poeta, militante anarquista, telefonista, afiliada a la CNT desde 1931 y cofundadora de la organización Mujeres Libres, primero revista y luego movimiento, del que sería Secretaria Nacional. También destacan La ley del número de Ricardo Mella, Historia de Irene, de Erri de Luca, el delicioso ensayo Una temporada en Tinker Creek, de Annie Dillard, Premio Pulitzer 1975, o los textos de Francisco Ascaso, militante anarquista y anarcosindicalista, excelente pensador eclipsado por la fama de su compañero Buenaventura Durruti.

   Entre el trajín de su agenda, apuntad que en La Malatesta, además de presentaciones y debates, se graba “Barrio Canino”, el programa semanal que se emite en la emisora libre, autogestionada y asamblearia, con origen en el 15M madrileño, Radio Ágora Sol. 

   Y recuerda: “A los anarquistas les compete la especial misión de ser custodios celosos de la libertad, contra los aspirantes al poder y contra la posible tiranía de las mayorías”. (Errico Malatesta)

                                                   (De Sol Alonso, el 06 de marzo de 2017)

Referencias útiles:
LA MALATESTA (en la ilustración)
Calle de Jesús y María, 24
28012 Madrid
915 391 007
M Tirso de Molina / Lavapiés

Horario: de Lunes a Viernes, de 10h30 a 14h y de 17h a 21h.

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