Apodado el niño prodigio del rock americano, el artista independiente no soportó el estrecho corsé impuesto por su discográfica y explotó para pasar sin despeinarse del country alternativo al folk rock, el garaje o el hardcore. Así es Ryan Adams, un cantante, compositor y productor estadounidense tan polifacético e impredecible que despista a su público, y tan excéntrico, creativo y prolífico que es realmente complicado elaborar su discografía oficial. Con 16 álbumes a sus espaldas (a una media de disco por año), este productor de artistas -como el dinosauro del country Willie Nelson-, que ha colaborado con nombres tan variopintos como Counting Crows, Weezer o Norah Jones, y se ha atrevido a hacer versiones de Oasis o Taylor Swift, sigue siendo, a pesar de sus detractores, el autor de algunos de los mejores discos del nuevo milenio. A él acudieron grandes como Joan Baez y el mismísimo Elton John le agradeció devolverle las ganas de escribir. Ahora vuelve a sorprendernos con un disco alejado de su turbulento pasado para redimir el dolor de su divorcio en “Prisoner” (2017), que presentará el próximo Viernes 7 de julio de 2017 dentro del Mad Cool Fest. (Petit) homenaje a un gran artista independiente.

   David Ryan Adams nació el 05 de noviembre de 1974 como el mediano de 3 hermanos en Jacksonville, Carolina del Norte. Cuando el pequeño tenía 5 años, su padre abandonó el hogar y la familia tuvo que mudarse a casa de los abuelos maternos, un cambio que marcó la vida del pequeño Adams, pues fue allí, en el regazo de su abuela, una secretaria que escribía en su máquina sin parar -que dicen aún utiliza Ryan para sus canciones-, donde el niño creció y se crió de verdad.

   En aquel ambiente, con un pueblo demasiado pequeño y sin muchos amigos, Ryan se centró en una pasión por la lectura que heredó de su abuela, con escritores nada habituales para un aún adolescente, como Henry Miller, Edgar Allan Poe, Charles Bukowski, Allen Ginsberg o Jack Kerouac, que le marcaron una forma de ver y contar la vida. Para hacerlo eligió la escritura, a la que ya le daba desde los 8 años, y la música, la mejor forma que encontró de canalizar su tiempo libre. Y así, con su primera guitarra eléctrica llegó su primera banda adolescente, Black Label, de la que también salió el compañero de piso con el que a la edad de 16 años, Ryan dejó su casa y los estudios.

   Llegó entonces otro grupo, The Patty Duke Syndrome, una carga de punk que poco después abandonó por el country alternativo de la formación Whiskeytown, con los que alcanzó cierta fama y publicó varios discos hasta que sus problemas con la discográfica le llevaron a apostar por su carrera en solitario.

   Ryan tenía 26 años cuando lanzó “Heartbreaker” (2000), un debut a caballo entre el country y el folk rock americano con el que tuvo éxito de crítica pero no de ventas. Al año siguiente, llegó su segundo trabajo en solitario, titulado “Gold” (2001), que fue bien recibido a pesar de las reticencias de Adams frente a la promoción convencional que le mandaba su sello discográfico, en lugar del contacto directo con su público a base de conciertos.

   Su siguiente trabajo, “Demolition” (2002), fue para muchos el arranque de su periodo de autodestrucción. Un recopilatorio de descartes que hizo por su cuenta la discográfica, pues el cantante había preparado otro disco que el sello rechazó por considerarlo demasiado triste. Lo mismo le pasó con su siguiente álbum, y aunque al principio Ryan obedeció y regresó al estudio, cuando entregó el nuevo material exigió publicar ambos trabajos o ninguno. Así, en 2003, vieron la luz a la vez el disco al gusto de la discográfica “Rock n Roll” y “Love is Hell”, que salió en forma de EP y que Ryan soñaba como su obra maestra. Para gozo del cantante, “Rock n Roll” fue bastante criticado, mientras que “Love is Hell” se hizo un hueco y mereció salir por fin como único álbum un año después.

   Tras una rotura de muñeca que le hizo parar y tomar aire, Adams regresó arropado por The Cardinals, una banda de acompañamiento que estaría con él en sus siguientes 4 trabajos. Arrancó así su gran año y, para muchos, otro punto de inflexión, pues en 2005, además de girar sin parar, Adams sacó 3 discos, para colmo uno de ellos doble: el aceptable “Cold Roses”, el sublime “Jacksonville City Nights” (2005) y otro en solitario ”29”, según muchos prescindible. Y por si esto no dejaba claro su exceso de creatividad, en este mismo año Adams también tuvo tiempo de producir el último trabajo de Willie Nelson.

   Para muchos críticos tal exuberancia le pasó factura y dicen que Ryan cayó y no volvió a ser el mismo hasta 2011, año en el que regresó con “Ashes & Fire”. Durante este tiempo Adams frenó un poco su ritmo de vida para resolver sus problemas con el alcohol y las drogas, abandonó a The Cardinals en 2009 y creó su propio sello PAX AM para dar rienda suelta a todo lo que antes había sido rechazado, desde heavy metal, black metal o hard rock bajo seudónimos, o de nuevo el punk de sus orígenes con su nueva banda Pornography de 2013.

   “Prisoner” (2017), su último trabajo y el primero con material nuevo desde 2014, ha sido, según ha contado el propio Adams, la mejor manera que encontró para curarse de su divorcio de la ex cantante y actriz Mandy Moore. Tal fue su dolor que a Ryan le salieron del tirón 80 canciones de ruptura, de las que se quedó con 12 cortes en los que -dice- descubre la verdadera naturaleza del deseo. Hoy, mientras sigue al día con temas como “Fuck you Donald Trump”, dedicada a su nuevo presidente, Ryan Adams sigue siendo uno de los pocos artistas que quedan con personalidad, y aunque no esté en boca de todos, está de sobra demostrado que su talento sigue siendo único.

PD (nº1) aclaratoria: Por favor, que nadie le confunda con Bryan Adams, el también cantante, eso sí, mucho más pop, pues se dice que ya la tuvo con un asistente a uno de sus conciertos al que echó sin miramientos cuando le pidió de broma el súper éxito de Bryan Adams “Summer of 69”.

PD (nº2) escénica: Ryan fue diagnosticado hace años de una enfermedad de los oídos que le produce vértigos y pérdida del equilibrio, por lo que no es de extrañar que si alguna vez tienes una entrada de primera fila para uno de sus conciertos, recibas el aviso que prohíbe terminantemente hacerle fotos con flash, pues al parecer, afecta aún más a los vértigos del cantante.

PD (nº3) musical: Si has llegado hasta aquí, (vuelve a) escucha(r) mi petit selección de temas originales o versionados: "New York, New York", "Come Pick Me Up", "The Rescue Blue", "Answering Bell" y "To Be Without You".

                                            (De Lidia Martín, el 02 de marzo de 2017)

Referencias útiles:
RYAN ADAMS EN MADRiD

¿CUÁNDO? El Viernes 07 de julio de 2017.

¿QUÉ? Concierto de Ryan Adams, que presentará su disco “Prisoner” dentro de la programación del Mad Cool Festival.

¿DÓNDE? En la Caja Mágica (ver la ilustración)
Camino de Perales, 23
28041 Madrid
917 220 400
M San Fermín - Orcasur

¿CUÁNTO? De 69 a 150 euros aquí.

Para seguir los pasos musicales de RYAN ADAMS, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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