En toda su historia, el Museo del Prado nunca había dedicado una exposición monográfica a una mujer. Las pintoras, que siempre lo tuvieron difícil para realizar su obra en un mundo predominantemente masculino, también eran maltratadas por comisarios, críticos e historiadores. La exposición “El arte de Clara Peeters” ha puesto fin a esta injusticia.

   Para saber más de la pintora del siglo XVII, que fue una pionera en su época y asentó las bases de uno de los géneros más importantes de la pintura moderna, el bodegón, ¡no te pierdas (Mi Petit) Diccionario, que arroja algo de luz sobre su vida, su obra y la realidad que le tocó vivir.

AMBERES La ciudad belga de Amberes fue el lugar de nacimiento de Clara Peeters. Aunque no se tiene conocimiento del día exacto del acontecimiento, se estima que debió ser en una fecha cercana al 15 de mayo de 1594, día de su bautismo en la iglesia de Santa Walpurgis.

BODEGÓN Charles Sterling, el historiador de arte francés (como su nombre no lo indica), famoso por haber dedicado TODA su vida al estudio de la Historia del bodegón, a través de los siglos y de los estilos, nos aporta LA definición fundamental de esta disciplina: “Un auténtico bodegón nace el día en que el pintor toma la decisión fundamental de elegir como tema un grupo de objetos y de organizarlo en una entidad plástica; y, en función del momento y del lugar donde trabaja, lo carga de todo tipo de alusiones espirituales sin cambiar su intención artística original: imponernos su emoción poética ante la belleza que ha entrevisto en estos objetos y en su combinación” (El Bodegón de la Antigüedad a nuestros días, 1952). Si, en el caso de Clara Peeters, nadie duda de la calidad de sus bodegones y naturalezas muertas, también sabemos que no le quedaba otra... En efecto, las mujeres del siglo XVII tenían prohibido asistir a clases de anatomía y pintura al natural. Los modelos que posaban eran principalmente hombres y no estaba bien visto que las mujeres participasen en esas sesiones y se fijasen demasiado, aunque fuera con fines artísticos.

CUARESMA El catolicismo prohíbe comer carne durante las 6 semanas que dura la Cuaresma. También prohíbe comer carne los viernes, por haber sido el día de la crucifixión. En algunas épocas, durante el sábado tampoco estaba permitido. Los cuadros de Clara Peeters muestran esta costumbre a través de la presencia habitual de pescados. Mientras que en zonas de interior como Castilla la carne se sustituía con verduras y legumbres, en Flandes y otras zonas de los Países Bajos, se sustituía con peces.

DESAYUNOS A través de los bodegones de Clara Peeters, se pueden conocer muchos detalles de la vida cotidiana de su época. Los objetos representados, que no están elegidos al azar, no solo demuestran el talento pictórico del autor, sino que retratan la forma de vida de las clases adineradas como, por ejemplo, sus imponentes desayunos. Para Peeters, la primera comida del día era optimista, adornada con flores, con alimentos dulces y con unos cubiertos más delicados que los empleados para cortar o trinchar la carne. También empieza con D Dulce, que es como se denominan los bodegones en los que aparecen productos de confitería, higos, pasas, almendras y galletas, como en el primer cuadro, que pintó Peeters, titulado “Bodegón de galletas” (que se encuentra actualmente en la galería Hoogsteder de La Haya).

ESCASEZ La obra de Clara Peeters es muy escasa. En todo el mundo solo hay catalogados 40 cuadros, que están desperdigados por museos y colecciones privadas de todo el mundo. 4 de ellos se encuentran en los fondos del Museo del Prado. Esto convierte al museo español en la institución con más óleos de Peeters del mundo. En la exposición, que la pinacoteca acoge hasta el próximo Domingo 19 de febrero, se muestran 15 de ellos, que, en opinión de los expertos, son los mejores de su producción.

FELiPE IV El monarca Felipe IV y la reina Isabel de Farnesio son los responsables de que el Museo del Prado posea en la actualidad 4 de las obras de Clara Peeters. Ellos y el Marqués de Leganés, claro, ya que fue uno de los coleccionistas más importante de la Europa del XVII y quien se las regaló a la Casa Real.

GATOS El gato es uno de los pocos animales vivos que aparecen en los bodegones de Clara Peeters. La pintora acostumbraba a representarlos en aquellos óleos en los que hay pescado y su actitud suele ser expectante y alerta, para poder hacerse con un pedazo de comida. En el Museo del Prado, se conservan dos de estos óleos: “Pescados y un gato tras la mesa” y “Mesa con pescados, ostras y un gato”. Algunos críticos han analizado la figura del gato desde el punto de vista simbólico y afirman que es un “memento mori”, es decir, un detalle que invita al espectador a reflexionar sobre la muerte y lo efímero de la vida. Según ellos, la existencia se podría esfumar tan rápido como desaparece un trozo de pescado en manos de un gato.

HALCONES Los halcones, gavilanes y otras aves de presa suelen aparecer con frecuencia en los cuadros de Clara Peeters. A diferencia de lo que sucede con faisanes, perdices o pequeños pájaros, las aves de cetrería se representan vivas y en posición de superioridad, orgullosas de la pieza que han atrapado. Por otra parte, la altivez de las aves de cetrería también transmite un dato sociológico: en esa época, la ley establecía que solo los nobles podían ser propietarios de ese tipo de aves.

iDEALiSMO La pintura renacentista era una pintura idealista. Sus temas solían ser alegorías, leyendas o temas mitológicos. Clara Peeters fue de las primeras que comenzó a desarrollar temáticas realistas a través de sus bodegones y a construir con ello uno de los temas pictóricos de la modernidad. En ellos no había lugar para cupidos, héroes griegos, santos, dioses o vírgenes, sino que se recreaba la realidad más cruda, nunca mejor dicho, al menos en el caso de los pescados.

JUVENTUD Clara Peeters comenzó a pintar muy joven. Siempre se creyó que su primer cuadro, “Bodegón con galletas”, fue pintado a la edad de 13 ó 14 años. Sin embargo, la técnica desplegada en él ha hecho que los historiadores afirmen que, en realidad, debía tener entre 16 y 17 años. Aunque esta explicación resolvía un problema sobre la formación y habilidad de la pintora, provocaba otro no menos importante: su fecha de nacimiento debía establecerse 2 ó 3 años antes de lo estimado. La discusión sobre ambos temas, como muchas cosas relacionadas con esta pintora, continúa en la actualidad.

KONiNKLiJK Koninklijk Museum voor Schone Kunsten Antwerpen es el nombre Museo Real de Bellas Artes de Amberes. Este centro ha colaborado con el Museo del Prado en la organización de la muestra “El arte de Clara Peeters”, que se vio primero en esa institución antes de llegar a Madrid. A pesar de haber participado en la organización de la exposición, el KMSKA no cuenta entre sus fondos con ninguna pieza de esta pintora.

LEGANÉS Entre los cuadros que adquirió el Marqués (y coleccionista) de Leganés, se encontraban dos obras de Clara Peeters, a los que sumaría posteriormente dos más, que regalaría a Felipe IV. Partiendo de este dato, los historiadores han afirmado que, lejos de ser una pintora maldita, Clara Peeters era una artista reconocida y valorada, que estaba dentro del mercado del arte de la época.

MONO Además de los gatos, Clara Peeters representó en sus cuadros algunos monos. De nuevo, este detalle aparentemente anecdótico aporta una gran información sobre la sociedad del siglo XVII. Los nobles de los Países Bajos y España valoraban el poseer mascotas exóticas. En ese sentido, los monos eran una buena solución. Mucho mejor que los leopardos, leones u otras fieras porque, si bien los monos pueden ser muy cansinos, no te arrancan un brazo si te lo muerden... ¿A título anecdótico?, se conservan cartas de nobles españoles que afirman que un mono se comió uno de los órganos del Palacio de El Escorial.

NOBLEZA En la conferencia impartida con motivo de la inauguración de la exposición de Clara Peeters, el Jefe de Conservación de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte del Museo del Prado, Alejandro Vergara, afirmaba que los cuadros de la pintora estaban destinados a un público que abarcaba desde los nobles hasta aquellos que, sin serlo, querían aparentarlo. Esta conclusión se deriva de la diferente calidad de algunas de sus piezas. Mientras que unos cuadros tienen un grado de detalle altísimo, otros son bastante toscos. El mejor ejemplo de ello son las aves de presa. Los cuadros en los que estos pájaros están muy bien acabados habrían sido adquiridos por nobles, personas que no habrían aceptado un óleo con un ave mal acabada. Sin embargo, aquellos que deseaban mostrar un nivel de vida superior al que tenían compraban los cuadros más sencillos, no solo porque eran más baratos, sino porque no eran capaces de discernir los fallos de unas aves que raras veces habrían visto.

ORiGiNALiDAD En el siglo XVII, la originalidad no era un elemento clave en la pintura. La mayoría de los talleres producían cuadros para satisfacer la demanda y no para pasar a la historia del arte. Por esta razón se reutilizaban bocetos, figuras y motivos ornamentales que permitían acelerar los procesos de creación. Clara Peeters utilizaba algunos de esos trucos del oficio para, por ejemplo, pintar los ornamentos de jarras, vasos o platos. Sea como fuere, sus cuadros seguían siendo de tal calidad que se han descubierto bodegones firmados por otros artistas que copian composiciones o elementos de cuadros de Peeters.

PiONERA Clara Peeters fue una pionera en el mundo de la pintura. Fue la primera mujer en la historia que pintó un bodegón en el que el pescado era el protagonista principal. Además, en su época, los bodegones no eran un género tan popular o frecuente como lo es en la actualidad. Antes de Peeters, tan solo Caravaggio había explorado este tipo de pintura. Después de ella, incluso pintores como Velázquez comenzaron a experimentar con el bodegón.

QUESO Otros de los productos que acostumbra a aparecer en los bodegones de Peeters es el queso. Este producto típico de los Países Bajos era uno de los alimentos básicos de la dieta de los habitantes de la zona. Sin embargo, de nuevo los cuadros de esta pintora aportan datos sociológicos muy interesantes. Si bien el queso era un alimento cotidiano, propio de clases poco adineradas, la abundancia y variedad de quesos en una casa era signo de riqueza. En algunos óleos de Clara Peeters se pueden llegar a contar hasta 4 tipos de queso diferentes.

RETRATOS En varias de sus obras, Clara Peeters aparece autorretratada. Su imagen suele estar reflejada repetidas veces en jarras de metal o en vasos. Para los críticos, esta actitud era una forma de canalizar su deseo de mostrarse y trascender, pero sin vulnerar las normas que imponían recato y anonimato a las mujeres. Además, este detalle sería un velado homenaje de Peeters a Jan Van Eyck (1390-1441), que se retrató de la misma forma en su Madonna.

SOFONiSBA Sofonisba Anguissola (hacia 1535-1625) fue una pintora italiana, especializada en retratos y autorretratos. Se estableció en España en la corte de Felipe II, convirtiéndose así en la primera pintora de éxito del Renacimiento. A diferencia de Peeters, Anguissola no era pintora profesional, sino una cortesana que pintaba. Ella no recibía pagos por sus cuadros, sino regalos y atenciones de los reyes. El Museo del Prado es la pinacoteca que más cuadros posee en el mundo de Sofonisba Anguissola. Por esta razón, algunos expertos han pedido que la próxima exposición que se organice en el museo de una mujer sea de ella.

TALLER Las informaciones sobre Clara Peeters son pocas y confusas. Algunos historiadores han afirmado que trabajaba de manera profesional y con intención de vender sus obras, razón por la cual tenía marchantes en las principales ciudades europeas, como Róterdam, Ámsterdam y Madrid. Esta situación habría provocado que la pintora no trabajase de forma individual, sino con la ayuda de un taller que participaría en la realización de algunas partes de sus obras. Así se explicaría por qué algunos cuadros de su producción son tan irregulares en cuanto a calidad en comparación con otros.

ÚLTiMA El grueso de la obra de Clara Peeters se realizó entre 1611 y 1612. No se sabe si continuó pintando más allá de 1621. Posiblemente, al contraer matrimonio, un dato que tampoco está comprobado, habría abandonado la pintura como profesional. Algunos autores sostienen que su última obra estaría fechada en 1657, pero tampoco hay datos fehacientes al respecto, porque dicha obra se encuentra hoy perdida. La confusión sobre la pintora es tan grande que, para algunos investigadores, 1657 es la fecha de su muerte, no la de su última obra. Otros, sin embargo, afirman que habría muerto en 1659 o 1676.

ViDRiO En los bodegones de Clara Peeters aparecen diversos objetos de vidrio soplado. Aunque esta técnica se conocía desde el siglo I a.C., solo los miembros de las clases pudientes disfrutaban de este tipo de piezas, algunas de las cuales eran únicamente objetos ornamentales sin un uso funcional. De nuevo, los cuadros de esta pintora flamenca se revelan como una enciclopedia sobre la sociedad y la vida cotidiana de la Europa del XVII.

WANLi El emperador Wanli gobernó en China de 1573 a 1620. Durante ese periodo se desarrolló un tipo de cerámica conocido como kraak. Las piezas solían estar pintadas con azul cobalto y esmalte blanco. Los motivos representados acostumbraban a ser florales, como peonías o crisantemos. La cerámica kraak se producía para su exportación, lo que hizo que se extendiera por las cortes europeas y se incluyera en los cuadros de la época. Clara Peeters tiene varios bodegones en los que aparecen ejemplos de este tipo de cerámica china.

XiLOPROTECTOR Muchas de las obras de Clara Peeters están realizadas sobre soportes de madera. Para ello, la artista recurría a renombrados artesanos que elaboraban soportes de muy alta calidad, expresamente indicados para pintura. A pesar de ello, a lo largo de todo el tiempo transcurrido, ha sido necesario aplicar xiloprotectores para preservar el material y evitar que se rompa o que se lo coman los xilófagos, que son los organismos que se alimentan de madera.

YOUTUBE El Museo del Prado ha subido a la plataforma de vídeos online YouTube la rueda de prensa y varias conferencias relacionadas con la exposición “El arte de Clara Peeters”. En ellas se explican detalles sobre su vida, se analizan algunos de sus cuadros y se compara su obra con la de sus contemporáneos. Unos materiales muy interesantes tanto si se ha visto ya la exposición como si se desea visitar.

ZURiCH En 2012, la Galería Koller de Zúrich subastó dos obras de Clara Peeters: un bodegón dulce en el que aparecían unas copas de licor, una vela y unas galletas sobre una bandeja plateada, y un bodegón repleto de frutas con una ardilla. El precio de venta del primero rondó los 234.000 euros. El segundo se remató en más de 275.000 euros. Teniendo en cuenta que solo hay 40 óleos de esta artista, es incluso barato.

                                         (De Eduardo Bravo, el 16 de febrero de 2017)

Referencias útiles:
EL ARTE DE CLARA PEETERS

¿CUÁNDO? De Lunes a Sábado, de 10h a 20h; y los Domingos y Festivos, de 10h a 19h; hasta el Domingo 19 de febrero de 2017.

¿QUÉ? ¡Últimos días de la exposición “El arte de Clara Peeters!

¿DÓNDE? En el Museo Nacional del Prado (ver la ilustración)
Paseo del Prado, s/n
28014 Madrid
913 302 800
M Banco de España / Atocha

¿CUÁNTO?
- Entrada general: 15 euros;
- Entrada 2 Visitas en un año: 22 euros;
- Entrada + “La Guía del Prado”: 24 euros
- Entrada reducida: 7,50 euros;
- Entrada Abono Paseo del Arte: 28 euros.
PD: Entrada gratuita, de Lunes a Sábado, de 18h a 21h, y los Domingos y Festivos, de 17h a 19h.

Para saberlo todo de la muestra, conéctate a la web del MUSEO DEL PRADO (también en Facebook y Twitter).

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