Casi 30 años después de su estreno, “Dirty Dancing” (1987), dirigida por Emile Ardolino, sigue arrasando. Varios reestrenos, un remake, una banda sonora de récord y algunas de las escenas más imitadas de todos los tiempos, la han convertido en una de las películas musicales románticas más emblemáticas. Todos recordamos la historia de amor entre la niña bien Baby (Jennifer Grey) y el profesor de baile “barriobajero” y empleado de hotel Johnny (Patrick Swayze): dos mundos opuestos que rompieron prejuicios con un “baile sucio”.

   Con motivo del estreno del musical “Dirty Dancing” el próximo Jueves 01 de diciembre de 2016, en el Teatro Nuevo Alcalá el musical, y de su versión karaoke by Sing-Along el próximo sábado 10 de diciembre, en el Cine Capitol, he aquí (Mi Petit) Diccionario “más sucio” del año, que volverá a despertar en ti las ganas de bailar como si no hubiera mañana...

ABORTO Más allá del baile y el romance, “Dirty Dancing” puso en el punto de mira temas por entonces un tanto tabú para los adolescentes, que devoraban entusiasmados la cinta. Uno de ellos fue el aborto de Penny, compañera de baile del fornido Patrick Swayze. El mensaje era claro: la sexualidad sin protección tenia consecuencias, y recurrir a un aborto clandestino podía ser aún peor.

BROOKLYN Aparentemente, la vida de la guionista, Eleanor Bergstein, que había crecido en Brooklyn en una época en el que, lejos de estar de moda, era difícil y conflictivo, inspiró el argumento de la película. Según cuenta la ¿leyenda?, sus vecinos y novios eran unos tipos duros que, cuando no estaban con sus huesitos en la cárcel, se marcaban increíbles bailes latinos con “dirty steps” (“pasos sucios”), que impactaron tanto a la buena y modosita hija de médico que era Bergstein que llegó incluso a ejercer como profesora de baile para ganarse la vida. La productora Linda Gottlieb supo ver en aquellos recuerdos y en aquel “dirty dancing” el punto de partida para construir una gran historia, y juntas obraron el milagro.

CALOR Con mucho ojo, la película, cuya acción se situaba en pleno verano, se estrenó en agosto de 1987 en Estados Unidos, y en junio de 1988 en España. Entre la temática, el baile y los calores veraniegos, más de uno salía del cine empapadito en sudor, por mucho aire acondicionado que hubiera...

DiEGO LUNA En 2004 el actor mexicano Diego Luna protagonizó el hasta ahora único remake, titulado “Dirty Dancing: Havana Nights”. El intento no le llegó ni a la suela de los zapatos a la original. Fue lo comido por lo servido, pues obtuvo en taquilla unos 27 millones de dólares que a duras penas cubrieron los 25 que había costado, convirtiendo el experimento en todo un fracaso.

ÉXiTO Las cifras hablan por sí solas. La cinta original costó 6 millones de dólares y, al principio, los productores quedaron tan decepcionados por la reacción de la crítica y del público durante el preestreno que estudiaron la posibilidad de estrenarla directamente en vídeo. Menos mal que no lo hicieron. Tan solo en el primer fin de semana, “Dirty Dancing“ se coló en el 4º puesto de lo más visto en Estados Unidos, recaudando en 5 meses en cartel casi 64 millones de dólares. Una nimiedad si lo comparamos con los 160 millones de euros que se embolsó en todo el mundo, convirtiendo a sus productores en unos de los seres más afortunados del planeta.

FRíO Casi nadie es consciente del frió que pasaron los protagonistas rodando una de las escenas míticas de la película, concretamente, en la que ensayaban su gran salto final, metidos en las aparentemente dulces y cálidas aguas de un lago. Pues bien, nada más lejos de la realidad. La película, aunque situada en pleno descanso estival, fue rodada en otoño y, más allá de tener que pintar con aerosoles todas las hojas de verde para disimular su dorado, los actores tuvieron que sufrir los 4ºC de temperatura de unas aguas en las que repitieron la escena una y otra vez, dejando azules sus labios e impidiendo así grabar ni un solo primer plano por la tiritona y el tono tan desmejorado que lucían. Hoy, aquel lago, el Mountain Lake de Virginia, se ha secado por completo...

GREY, JENNiFER La película convirtió a Jennifer Grey (retratada aquí) en una de las actrices más famosas del momento, pero también la encasilló para siempre. En efecto, Grey sería rechazada una y otra vez en los castings por ser demasiado reconocible. Sin embargo, por mucho que interpretara a una joven patosa, que se convierte en cisne del baile mientras se enamora, Grey llevaba la danza en la sangre, pues su padre fue Joel Grey, actor y bailarín consagrado y ganador del Oscar por su interpretación junto a Liza Minnelli en la película musical “Cabaret”.

HORMONAS No sabemos qué fue antes, si el despertar sexual o el baile y música incitadores, pero lo cierto es que “Dirty Dancing” se convirtió en toda una revolución hormonal y sexual. La atracción, traducida en hormonas danzantes, consiguió integrar como en pocas películas, el guión con el espectáculo. Además, algunas de sus escenas, o más bien bailes, son tan explícitos, que la cinta tuvo que pasar por varias cribas de clasificación hasta rebajar, no sin dudas y reticencias, su calificación para mayores de 18 años, a mayores de 13.

iCONO OCHENTERO Que levante la mano la mujer de entre 40 y 50 años, que despidiendo la década de los 80 en España, no quedó marcada de alguna manera por esta película. Convertida en todo un icono, hoy hay cientos de estudios, artículos y hasta tesis doctorales basadas en este film, que, por curioso que parezca, no hablan de amor ni baile, sino de diferencias sociales, ruptura de prejuicios o estrategias únicas. Sin darnos cuenta, “Dirty Dancing” arrasó porque muchos espectadores se sintieron identificados. Por fin, la protagonista femenina era una chica real y creíble, y por una vez, la presión de la estética recaía en el hombre.

JOHNNY CASTLE Interpretado por Patrick Swayze (retratado aquí), aquel profesor de baile de quitar el hipo, un tanto engominado y marcapaquete -tal y como mandaban los cánones de unos revolucionados años 60-, dejó a la altura del betún a todos los que en la vida real se consideraban unos ligones. Swayze lo bordó, y cuesta imaginar que, además del suyo, sonaron otros nombres para el papel, entre ellos, el de Val Kilmer o Billy Zane, y más aún que a puntito estuvo de rechazar el papel por miedo a que le encasillaran en películas de baile.

KENNY ORTEGA Fue el coreógrafo de la cinta, el mismo que en 2009 dirigió a Michael Jackson en “This is it” -antes de su repentina muerte- o que triunfó al frente de “High School Musical” en 2006. En “Dirty Dancing”, el también productor y director estadounidense, que fue pupilo del mismísimo Gene Kelly, supo sacar el máximo partido a sus actores.

LAKE Aunque la intención era aparentar las lujosas montañas de Catskill de Nueva York, el rodaje tuvo lugar bastante lejos, en Virginia, en el Hotel Mountain Lake, aún en activo y sacando partido de la película con recorridos y paquetes temáticos.

MÚSiCA La banda sonora de “Dirty Dancing” es sin duda una de las más grandes del cine. Cuentan que, en los ensayo,s se usaron las casetes personales de la guionista Bergstein y, llegado el momento de rodar y viendo los buenos resultados, prefirieron tirar de ellas y obtener permisos en lugar de componer algo nuevo. El problema llegó con la escena final, para la que el coreógrafo se volvió loco buceando entre las cintas hasta que dio con “(I’ve had) The Time of my Live”. Junto a ella, destacan “Hungry Eyes”, de Eric Carmen, “Do you love me”, de The Contours, “She’s like the wind”, coescrita e interpretada por el mismísimo Patrick Swayze, o “These arms are mine”, de Otis Redding. Tal fue el éxito de esta B.S.O. que superó el millón de copias en el primer mes, y ha superado los 43 millones de discos vendidos hasta la fecha.

NARiZ Con una característica nariz fuera de lo que marcaba la ya exigente meca del cine, Jennifer Grey levantó cierta esperanza entre la normalidad de sus espectadores. Sin embargo, a principios de los 90 Grey decidió cambiar y someterse a una rinoplastia, que según muchos arruinó su carrera. Los hay que defienden que fue un acto meramente estético, y otros que dicen que intentaba huir de la chica de “Dirty Dancing”. Sea como fuere, lo cierto es que, después de la operación, la actriz se quedó en el paro. Ella misma confesó que “entré en quirófano siendo una celebridad y salí en el más absoluto anonimato”... tanto que llegó a barajar también el cambio de nombre artístico a Wanda West. Pero ni por esas. Tras alguna serie, algo de Broadway, e incluso rememorar su época de baile al proclamarse vencedora en la edición del 2010 del programa de tv estadounidense “Dancing with the stars” (el “¡Mira quién baila!” americano), a sus 55 años presume de marido -el también actor Clark Gregg (el Agente Phil Coulson de “Agents of S.H.I.E.L.D.” y prota de las de Marvel “Iron Man” o “The Avengers”)- y, pese a quien le pese, de estar más guapa que nunca.

ODiO Se dice, se comenta, se rumorea que Patrick Swayze luchó hasta la extenuación para intentar eliminar la frase que más odiaba de la película, que precisamente sería una de las que hoy serían fenómeno viral. A pesar de que “Nobody puts baby in a corner” (“Nadie arrincona a Baby”) le quitaba hasta el sueño al pobre Swayze, la guionista no cedió, y el tiempo la convirtió incluso en una broma a la que, según cuentan sus allegados, llegó a recurrir Swayze para referirse al cáncer que se lo llevó.

PATRiCK SWAYZE Metido en la piel de Johnny Castle, Patrick Swayze (1952-2009) volvió a arrasar entre las jovencitas, demostrando una vez más que, además de tener un cuerpo de escándalo y una cara bonita, sabía bailar. El chico Coppola de “Rebeldes” (1983) se labró una carrera de fondo, con títulos tan míticos como “Norte y Sur” (1985), “Ghost” (1990) o “Le llamaban Bodhi” (1991), año en el que la revista People le nombró el hombre más sexy vivo. En 2009, murió de un cáncer de páncreas con solo 57 años.

QUíMiCA Fue la química impredecible entre Jennifer Grey y Patrick Swayze la que llevó a los productores a elegir finalmente a Swayze, a pesar de que no daba el perfil de italo americano y se pasaba de edad. Es más, tanta fue esa atracción que el por entonces novio de Jennifer Grey, el también actor Matthew Broderick, se pasó más tiempo del debido en el set de rodaje echando el ojo al irresistible Swayze. Casualidades de la vida, 10 años después, Broderick se casaría con Sarah Jessica Parker, otra actriz que sonó como candidata para el papel que se llevó Grey...

REMAKE Aunque paralizado por el momento, parece que Kenny Ortega, el coreógrafo de la película original, sigue empeñado en lograr un remake. Tanto se habla del asunto que hasta Jennifer Grey confesó en una reciente entrevista quiénes serían para ella los actores perfectos: nada más y nada menos que Natalie Portman y Ryan Gosling.

SALTO El salto final de “Dirty Dancing” sigue siendo el más imitado de todos los tiempos. Sin embargo, el salto completo y en pleno esplendor -como lo vemos al final de la película- solo ocurrió una vez. No hubo ensayos ni repeticiones, pues a Grey le parecía una auténtica temeridad y se la jugaron a una, en el rodaje. Y años después, cuando participó en el programa de tv “Dancing with the Stars”, por más que le llovieron ofertas, se negó rotundamente a volver a hacerlo, confesando no entender la osadía de los que les imitan. Y son unos cuantos, tanto en el cine, como Ryan Gosling y Emma Stone en “Crazy Stupid Love” (2011), como en la vida real, con una lista interminable de novios que se dan el “sí quiero” con el salto de “Dirty Dancing”, algunos tan currados y perfectos que han supero el millón y medio de visualizaciones en YouTube. 

TEATRO Como no podía ser de otra manera, este clásico del cine traspasó la pantalla y se transformó en musical en 2004 en Australia, y después de recorrer Nueva Zelanda, Países Bajos, Hong Kong, México, Suecia, Singapur, Alemania, agotar tres temporadas en París y Viena, arrasar en Estados Unidos y convertirse en uno de los espectáculos más vistos del West End londinense, ahora, con más de 6 millones de espectadores como garantía, llega a Madrid al Teatro Nuevo Alcalá.

UNA Y OTRA VEZ Porque “Dirty Dancing” es de esas películas que nunca cansan. Tuvo 3 exitosos reestrenos, y es de las pocas cintas que la gente confiesa ver con cierta frecuencia en el calor de su hogar y, sobre todo, como legado de generación en generación.

VERGÜENZA La que sienten todos los que ocultan que está película les gustó, y que solo lo confiesan con unas cuantas copas de más. Seas chica o chico, todos hemos querido ser alguna vez Baby o Jonnhy. Y quien diga lo contrario, ¡miente!

WARNES, JENNiFER Mención aparte merece la canción de la película interpretada por Jennifer Warnes. “(I’ve had) The Time of my Live” se llevó el Oscar a la Mejor Canción Original en 1987 y un año después el Globo de Oro e incluso el Grammy a la Mejor Actuación pop vocal de dúo. Junto a Warnes, que ya nos había dejado tiritando con “Up where we belong” de “Oficial y Caballero” (1982), estaba Bill Medley, el mismo de “Unchained Melody”. ¡Menuda bomba!

X (GENERACiÓN) “Dirty Dancing” marcó a una generación, a la que llamaron X. Ya fuera en el cine las más aventajadas o alquilando la cinta en un videoclub, las chicas de EGB de finales de los 80 fliparon con el macho alfa de Swayze, más aún con que cayera rendido ante una chica como nosotras, y todavía más con tener en pantalla lo más parecido al sexo que habían visto nuestros ojitos. Fuimos testigos de un amor de verano, uno de los muchos secretos del éxito de esta producción americana, a la que evocábamos en un intento de virar las tediosas vacaciones familiares como lo hizo Frances “Baby”, que pasó de aburrirse como una mona a montárselo a lo grande con los más guapos, malotes y sexys del lugar.

ZASCA ¿Quién no recuerda el enfrentamiento de la dulce Baby con su padre, el Dr. Jake Houseman, cuando se entera del embarazo de Penny, compañera de baile de Johnny? Por supuesto que los prejuicios del doctorcito le llevaron a pensar que el responsable era el bailarín. Pero Baby le puso en su sitio: “Me dijiste que todos éramos iguales y merecíamos la misma oportunidad, pero hablabas de los que son como tú”. Una vez más “Dirty Dancing” cuestionó la discriminación social con un zasca de órdago.

                                     (De Lidia Martín, el 29 de noviembre de 2016)

Referencias útiles:
DiRTY DANCiNG en Madrid

(1) Dirty Dancing, el musical:
¿CUÁNDO? Del Jueves 01 de diciembre de 2016 al Domingo 06 de febrero de 2017, de Miércoles a Domingo, a las 18h, a las 20h30 y/o a las 22h.

¿QUÉ? Tras dos temporadas con llenos totales en el West End de Londres y dos exitosas giras por todo el Reino Unido, la clásica historia de Baby y Johnny se presenta en España por primera vez en …

¿DÓNDE? ... Nuevo Teatro Alcalá (ver la ilustración)
Calle Jorge Juan, 62 (esquina con la calle de Alcalá)
28009 Madrid
914 353 403
M Príncipe de Vergara

¿CUÁNTO? De 24,90 a 64, 90 euros aquí.

Más info en la web del musical DiRTY DANCiNG (también en Facebook y Twitter).

(2) Dirty Dancing by Sing-Along:
¿CUÁNDO? El Sábado 10 de diciembre de 2016, a las 22h30.

¿QUÉ? Las sesiones de Sing-Along consisten en el visionado de películas musicales en las que las canciones están subtituladas ¡como si fuera un karaoke! Además, varios animadores enseñarán al público las coreografías y las letras, y cantarán los temas antes del largometraje. Por tanto, el espectador podrá, además de ver “Dirty Dancing”, disfrutar de la experiencia de cantar los temas de la película con sus acompañantes. 

¿DÓNDE? En Cine Capitol (en la ilustración)
Calle Gran Vía, 41
28013 Madrid
915 222 229
M Callao /Gran Vía

¿CUÁNTO? De 8 a 15 euros aquí.

Más info en la web de SiNG-ALONG (también en Facebook y Twitter).

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