Combinar el placer con los negocios no es ningún disparate, y Dr. Steam es la muestra que sirve de botón, aunque se trate de la clásica excepción que confirma la regla. Emilio Pérez y Eva García (en la ilustración) siempre tuvieron claro que el mismo proyecto con el que fueran a ganarse la vida, se la tenía que agradar al mismo tiempo. Hoy, un año y medio después de hacerse con el local clasificado como café-cine, sus planes fueron los correctos.

   Emilio, cinéfilo empedernido y amante del ese inconfundible olor a palomitas que precede y acompaña a tantas proyecciones, se curtió en el séptimo arte trabajando precisamente tras la barra de unos multicines instalados en un centro comercial del cinturón de Madrid. En sus ratos libres, lejos de amainar esa devoción cinéfila, la abastecía con rastreos a blogs y revistas especializadas, visitas al videoclub y escapadas a las salas oscuras, pero al convertirse en padre, como es habitual, las salidas se fueron distanciando hasta que comprobó cuánta verdad esconde el dicho de que los niños vienen con un pan bajo el brazo.

   El nacimiento de su primogénito, Hugo, coincidió con una herencia familiar que les cambiaría la vida para siempre a Eva, que era interiorista, y a Emilio, al que le fascinaban los cines y los bares, y que siempre había soñado con ser su propio jefe. Después de descubrir en el barrio de Lavapiés un espacio que, además de una barra y mesas, tenía una sala de proyecciones con 10 butacas, no lo dudaron: “Sin duda todo formó parte de un plan previo, cuyo legado estamos enriqueciendo”, como explica Emilio en referencia a Café Kino, hoy convertido en un cine ambulante.

    En la actualidad, Dr. Steam forma parte de la “humilde, pero estupenda oferta de ocio de la calle Olivar, donde somos vecinos nada menos que del Travelling Bar y el mítico Candela”. Mientras Emilio, en su incesante trajín dentro y fuera de la barra, se ocupa, además de la programación, de servir su muy solicitada tarta de chocolate con cerveza negra, sus perritos calientes aptos también para veganos, su hummus y sus nachos, junto a una variedad de cervezas artesanas, algunas de etiqueta muy cinéfila; Eva, siempre con ganas de ampliar la carta, escuchando sugerencias y discurriendo propósitos, se encarga de la decoración con carteles de cine y de la organización de exposiciones de periodicidad mensual.

   Mientras tanto, en la sala de cine transcurre una vida, si no paralela a la del bar, si complementaria. Sentir esa pantalla como propia, solo para tus ojos y los de tus amigos es una de sus más excitantes posibilidades. Mateo Gil, el cineasta tantas veces guionista de Alejandro Amenábar, la utilizó para una primera proyección de su largometraje de ciencia ficción “Proyecto Lázaro”; y Javier Fesser también estrenó allí alguno de sus cortos publicitarios, pero no hace falta ser famoso para acceder a tu momento de película. Escenas dignas de ser proyectadas han saltado de la pantalla a la butaca, como aquel galán que le pidió  matrimonio a su enamorada, amparándose en la romántica oscuridad de Dr. Steam*...

    Entre sus propuestas, a Emilio le gusta referirse a la Sesión Teta, porque conoce de sobra los respiros que precisa una crianza: “Las primeras sesiones de tarde entre semana son para padres y madres que quieran venir con los bebés menores de dos años”. Y una vez al mes, ¡tachán!, llega la Proyección secreta. Una cita a ciegas con el séptimo arte. Es el momento más cinéfilo, el tiempo de permitirse el capricho de proyectar una película especial “por su banda sonora, su rareza o porque son títulos difíciles de localizar” como, por ejemplo, clásicos de ciencia ficción sin un solo efecto especial.

   Todo con la bendición de un gran maestro, que vigila desde la pared central, resumiendo las intenciones de Dr. Steam. Se trata de un cartel con una frase escrita junto a la caricatura del director de, entre otras, “Eye Wide Shut”: “We trust in Kubrick”.

PD: El nombre de Steam está inspirado, por un lado, en el protagonista de la película japonesa “Steamboy”, y por el otro, en el subgénero literario del steampunk. En cuanto a Dr. hace referencia al camarero como figura terapéutica, escuchando las penas de la clientela. En definitiva, Dr. Steam suena a personaje de ficción. 

                                         (De Sol Alonso, el 18 de septiembre de 2016)

Referencias útiles:
DR. STEAM (ver la ilustración)
Calle del Olivar, 17
28012 Madrid
911 736 273
M Tirso de Molina / Antón Martín / Lavapiés

Horario:
- De Martes a Jueves: de 18h hasta medianoche;
- Los Viernes y Sábados: de 18h hasta las 2h de la madrugada;
- Los Domingos: de 14h a 23h.

Para seguir los pasos cinéfilos de DR. STEAM, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

* La cortejada aceptó.

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