Referente de la cultura pop, impulsor de la new wave, el cantautor inglés, vegetariano convencido, coleccionista de guitarras y enemigo declarado del “thatcherismo” que le tocó vivir, Elvis Costello, es el músico al que el mismo McCartney -junto al que escribió su mayor éxito en EE.UU., “Veronica” (1989)-, definió como la última estrella del pop británico. Hoy, a punto de cumplir los 60 años, el compositor, productor, actor y, para muchos, poeta, el mismo que nos enterneció con el tema “She” (2009) de la película “Nothing Hill”, el chico que sólo quería tocar como lo hizo su padre y abuelo, sigue dando guerra con una gira que le traerá a Madrid el próximo 05 de junio.

   Declan Patrick MacManus nació en Londres el 25 de agosto de 1954. Su madre, Lilian Alda, descendiente de irlandeses y encargada de una tienda de discos, alimentó al pequeño con la voz de Sinatra y el piano de Nat King Cole; mientras su padre, Ross MacManus, un músico de jazz que tocaba la trompeta, llevó al tocadiscos familiar a The Beatles y The Kinks, y le hizo estrenarse cantando en uno de los anuncios que grababa para la televisión.

   Para entonces, el germen musical ya había agarrado fuerte en el jovencito Declan que empezó a demostrar algo más que inquietud por tocar o cantar, formando tempraneras bandas con las que se estrenó en el Club Lamplight Folk, ubicado en el sótano de una iglesia, para después, convencido de sus posibilidades, elegir la calle como escenario en busca de una oportunidad o acudir personalmente a las discográficas, guitarra en mano, para hacerse escuchar en vivo y en directo.

   Su ansiado momento llegó gracias a los dueños del sello independiente Stiff Records que adoraban este tipo de extravagancias. Encandilados con el contenido de una cinta casera que el adolescente les había hecho llegar, fueron a por él, y nada más firmar su primer contrato, le sugirieron un cambio de nombre. Declan pensó entonces en el apellido artístico de su padre, que se hacía llamar Day Costello en el escenario, y así, recuperando la estirpe italiana de su bisabuela y sumando el nombre del gran Elvis Presley, nació una mezcla explosiva.

   Su primer single, “Less Than Zero” (1977), fue un auténtico ejercicio de osadía musical para los tiempos que corrían, y pocos meses después, con el calor del verano, llegó su álbum debut “My aim is true”, grabado en los tiempos muertos de su trabajo en Elizabeth Arden, una marca de cosméticos a la que dedicó uno de sus temas, “I’m not angry”: “Paso todo mi tiempo en esta fábrica de vanidades, preguntándome cuando vendrán a llevárselo todo”. Fue su presentación musical al mundo, y lo fue de una manera tan diferente que consiguió llamar la atención aunque las ventas aún no le acompañarían.

   Ajeno a las modas o tal vez simplemente fiel a sí mismo, mientras el punk arrasaba en un Londres setentero, el joven y miope Costello eligió para su primera portada una imagen de gafapasta encorbatado, aferrado a su Fender Jazzmaster en una postura ortopédica. Aquella fotografía no solo consiguió salvar de la quema a una guitarra para la que los fabricantes ya habían firmado el cese de producción, sino que también lanzó a un nuevo músico, amante del jazz, pero también del blues, soul, pop, country, folk y reggae. Todos los estilos cabían en aquel jovencito que siguió dejándose llevar por impulsos en un circuito de pubs londinenses en los que se cuajaba otro rock, que llamaron new wave, mientras él rechazaba etiquetas y se negaba a hacer canciones de más de 3 minutos como dictaban los cánones por entonces. Sus canciones eran otra cosa. El sentido se hacía notar en unas letras para nada esclavas del slogan, sino claras, una narración brillante que le hicieron merecedor del oficio de poeta.

   Sin embargo, Costello siempre rechazó aquel calificativo, igual que se rió de la fama de genio que le otorgaron los medios especialistas, tachándola de ridícula y embarazosa. Pero la realidad es que solo necesitó un álbum -el primero- para ser tomado en serio, y una actuación en un programa de televisión para escandalizar al otro lado del charco. Fue en 1977, durante su primera aparición en el late show “Saturday Night Live”. Costello y su banda acudieron como suplentes de los Sex Pistols, y allí, en pleno directo, Elvis decidió saltarse el guión y hacer caso omiso de las advertencias de los ejecutivos del canal que le habían prohibido tocar su tema “Radio Radio”, que criticaba sin tapujos la comercialización de las ondas. Si aquella canción le costó la expulsión del plató, -cosas de la vida- al cumplir el programa su 25º aniversario en el año 2000, le invitaron para rememorar, esta vez sin censura, aquel mítico momento. 

   A lo largo de su carrera, hubo otras fechas señaladas, no siempre para bien, como durante su primer Tour por Australia en 1978, en el que volvió a acaparar portadas tras negarse a hacer un bis de una escasa actuación de 35 minutos en el Regent Theatre de Sydney, provocando que los asistentes la tomaran con los asientos haciéndolos añicos; o una noche de 1979 en la que con muchas copas de más llamó “negro ciego e ignorante” a Ray Charles, llegando a las manos con los músicos americanos que tenía al lado, provocando el boicot de sus conciertos por parte de manifestantes antirracistas, y alejándole de América por casi 1 año y medio; o también aquella directa advertencia en la portada de su disco “Almost Blue” (1981) que rezaba: “Peligro, este álbum contiene música country y western, y podría ofender a oyentes estrechos de mente”.

   Sin pelos en la lengua y con letras y mensajes bien claros, Costello se negó a resignarse y mucho menos, a repetirse, por lo que en sus casi 40 años de carrera en activo puede presumir de haber sorprendido con cada álbum, probando desde el rock al pop, pasando por lo instrumental, el sonido acústico o la música clásica, en colaboraciones tan sorprendentes como las que hizo con el cuarteto Brodsky, la mezzosoprano lírica Anne-Sofie von Otter o la banda de hip hop The Roots. Pero también ha compuesto para otros artistas, el ballet, películas y series; ha flirteado con el cine como actor, y ha sido entrevistador para el programa de la televisión canadiense, “Spectacle: Elvis Costello with…”, en el que de 2008 a 2010 recibió a lo más granado de la música.

   Hoy, Costello vive a caballo entre Nueva York y Canadá, con su mujer, la cantante de jazz Diana Krall (con la que se casó en 2003). Ajeno al status que muchos le conceden de estrella del rock, a pesar de poder presumir de casi 40 discos publicados y millones de copias vendidas, sigue moviéndose con humildad y con igual soltura y entrega en grandes escenarios y en pequeñas salas, porque como dijo una vez: “Podré quedarme sin voz, pero mientras tenga algo que contar, seguiré escribiendo canciones”...

PD (nº1) curiosa: Lo que no imaginaba Costello al publicar su primer disco es que apenas un mes después moriría el rey del rock, Elvis Presley, dejándole huérfano de nombre y en el centro de todas las conversaciones. El músico consciente de las sensibilidades que podía herir, se fue de Memphis por respeto, y esperó hasta 1984 para volver a tocar allí.

PD (nº2) literaria: Dicen que algunos chavales de los 80 llegaron curiosamente a Elvis Costello gracias al best seller “Less than Zero” (1985) de Bret Easton Ellis, que lleva el mismo título que la canción del músico.

                                                (De Lidia Martín, el 31 de marzo de 2016)

Referencias útiles:
ELViS COSTELLO DETOUR

¿CUÁNDO? El Domingo 05 de junio de 2016, a las 20h30.

¿QUÉ? Concierto intimista de Elvis Costello, en el que el artista se acompañará de su guitarra y piano.

¿DÓNDE? En el Teatro Monumental de Madrid
Calle de Atocha, 65
28012 Madrid
914 291 281
M Antón Martín / Tirso de Molina / Atocha

¿CUÁNTO? De 20 a 85 euros aquí.

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