Una galería donde no se cuelgan cuadros es la apuesta del treintañero Juan Gómez Alemán, curtido en las artes escénicas, y el videoartista Alex de la Croix (retratados aquí de izquierda a derecha), que con apenas 23 años ya es de sobra conocido en los barrios de Lavapiés y La Latina donde, para sorpresa de los vecinos, hace apenas 5 meses, los dos amigos montaron en un antiguo almacén de ropa, lo que definen como un Centro de Arte Casi Museo. La idea les vino a la cabeza viviendo en una granja en el norte de África. ¿Por qué no crear algo diferente, un lugar con sus propias reglas independientes del mercado para tener total libertad creativa? Con un nombre que rinde homenaje a uno de los socios, y de paso, a la calle Juanelo que la acoge, y un apellido por aquello de observar y ser observado, nació La Juan Gallery sin fin comercial, sino por el amor al arte, pero de verdad.

   Su razón de ser es la performance, un arte inmaterial que se centra en el sujeto y no en el objeto, aunque ellos prefieren definir hablar de “acción” o “arte vivo”, es decir, un arte efímero que no se vende, una experiencia diferente para olvidarse del artista, del galerista y del coleccionista. Todos somos únicos y -como dice Juan- “auténticas obras de arte, porque si observas a tu vecina haciendo la compra, no es una obra de arte, pero si te la encuentras enmarcada y expuesta en el Prado, la miras de otra manera”. Así son sus “Señoras intervenidas”, un ciclo intermitente que juega con la delgada línea que separa lo que es arte de lo que no. Y para Juan y Alex, esta línea la marca el espectador, el contexto y la experiencia de cada uno porque el arte no existe sin público, y el conflicto es el principio de todo. Igual que ahora muchos les cuestionan, ellos piensan que al gótico y al Renacimiento, en su momento, también los cuestionaron.

   Como artistas, este espacio es perfecto para seguir investigando y creando. No viven de ello, pero sí para ello, y para financiar los gastos, se reinventan cada semana abriéndose a novedosas propuestas que normalmente están fuera del circuito de museos, galerías o teatros. Pero, ¡ojo!, lo suyo no es arte alternativo, pues es un adjetivo que suele asociarse a ciertos tópicos que no comparten, La Juan Gallery es un lugar -como ellos dicen- “a caballo entre un punto y otro”.

   De ahí lo de hacerse llamar Casi Museo, toda una declaración de intenciones para llevar por fin y definitivamente la performance a estos espacios. Porque entrar ha entrado, pero con mucha confusión como recuerda Juan: “Si exponen una instalación con restos de una fiesta no es noticia, pero por error si una señora de la limpieza limpia esa pieza, se convierte en viral como le pasó a Cecilia y el Ecce Homo”.

   Es un valor que va más allá de un precio, y de hecho una de sus obras, una pieza de Camila Cañeque, en la que una chica tumbada en un sillón miraba el televisor aburrida, removió a muchos espectadores al darles de bruces con su realidad. Aquella obra, para Juan, tiene un precio incalculable, y es lo que más les interesa. Porque a estos creadores les divierte mucho más la reacción de la gente del barrio que la del mundo del arte. Sus vecinos son vírgenes ante sus propuestas, y aunque no siempre las entiendan, “como poco, para tema de conversación, les da”.

   De hecho en la pescadería del barrio, les aplauden al entrar, y cada día las señoras pegan curiosas sus narices a los escaparates. Son el público que siempre soñaron, el resultado de intentar democratizar el arte como cuando el padre de Juan, “un hombre chapado a la antigua” (en palabras de su propio hijo), se convirtió durante la inauguración de la “Galería” en un artista de performance inconsciente. El hombre, dejándose llevar por el amor paternal, se puso a repartir entre los presentes pimientos cultivados con sus manos. Para los invitados, fue una pieza de arte vivo; para Juan, una señal inequívoca de que era posible. Algún día La Juan Gallery pasará de “casi museo” a “museo total”.

PD: Esta semana en La Juan Gallery, ¡no te pierdas “La Piel de Agua”, una de las propuestas celebres de la compañía Teatro en el Aire, dirigida exclusivamente para mujeres invitadas a celebrar una recreación de la ceremonia del baño a la usanza del Hammam. ¡Una experiencia sensorial de arte vivo! Precio: 17 euros aquí.

                                               (De Lidia Martín, el 08 de marzo de 2016)

Referencias útiles
LA JUAN GALLERY (en la ilustración)
Calle de Juanelo, 21
28012 Madrid
622 057 301
M La Latina / Tirso de Molina

Horario: Consulta la Programación del mes de marzo.

Para seguir los pasos (re)creativos de LA JUAN GALLERY, conéctate a su web y su Facebook.

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