Hoy, viernes 19 de abril de 2013, es el 70 aniversario del denominado “Día de la Bicicleta”... que, contra todo pronóstico, no celebra el uso del conocido medio de transporte sostenible sino que hace referencia al psicodélico viaje sobre 2 ruedas que realizó el químico suizo, Albert Hofmann, para volver a su casa, después de ingerir una pequeña dosis del medicamento que acababa de sintetizar y de inventar: el Lyserg Säure Diethylamid, es decir, en su versión más común o popular, el LSD. Si bien es verdad que tanto los Beatles como los Rolling Stones o Bob Dylan, le deben al científico “Lucy in the Sky with Diamonds”, “(I Can’t Get No) Satisfaction” y “Mr Tambourine Man”, no se trata aquí de hacer una apología de las drogas alucinógenas sino de saber cómo y cuándo celebrar su medio de transporte (o de trance) favorito. Pequeñas aclaraciones para evitar grandes confusiones.

   Nada más doctorarse, en 1929, Albert Hofmann (1906-2008) entró a trabajar en el laboratorio de la Farmacéutica Sandoz, en Basilea, con la misión de desarrollar un estimulante circulatorio. Convencido de que “la naturaleza es sabia y que contiene todo lo que necesitamos”, decidió estudiarla más de cerca y dejar de lado los habituales productos sintéticos, utilizados en los demás laboratorios. Sin entrar en detalles (sobre todo, porque sería incapaz de hacerlo), nuestro joven químico centró su atención en un hongo parásito, llamado Cornezuelo -que tenía particular predilección por molestar al centeno-, aisló, entre otros compuestos, la denominada “dietilamida del ácido lisérgico” y descubrió sus poderes al inocularla a diferentes cobayas... pero no porque los animales empezaran a alucinar (cosa seguramente muy difícil de comprobar, digo yo) sino porque él mismo entró en un inhabitual estado de agitación con visiones caleidoscópicas incluidas. Al cabo de 2 horas, se sintió mejor y dedujo que se había autoinoculado la sustancia al frotarse los ojos.

   Al día siguiente, el 19 de abril de 1943, convencido de haber encontrado algo excepcional, el doctor Albert decidió probar conscientemente -como su homólogo literario Jekyll, años atrás-, una dosis superior de dicha sustancia con el estricto propósito de anotar todo lo que le iría sucediendo y pasando por la cabeza. Y así fue. En su diario de a bordo, relató su insólito viaje de vuelta a casa... en bici (de ahí, la posible confusión de hoy) y sus visiones e impresiones al descubrir la nueva decoración, muy chillona, de su casa.

   Nada más leer las conclusiones del atrevido científico, los Laboratorios Sandoz abrieron un programa de investigación sobre las posibles aplicaciones del LSD en neurología, lo que permitió descubrir enseguida remedios contra algunas alergias y las migrañas y utilizar el LSD, a partir de 1947, como antidepresivo en contados tratamientos psiquiátricos, en Zúrich. La noticia se extendió como la pólvora por toda Europa hasta Norteamérica donde, por lo visto, los psiquiatras no fueron los únicos en “probar” sus efectos...

   En plena guerra fría y paranoia política -con “Caza de brujas” incluida-, la recién creada CiA decidió explorar el potencial del LSD como “suero de la verdad” y arma química y mental para “dejar fuera de combate” al enemigo (dixit la CiA). ¿Y quién era el enemigo? Aparentemente, Fidel Castro encabezaba una larga lista de nombres de “políticos revolucionarios” y “artistas contestatarios” que salió a la luz, en 1972, cuando el nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia americana de la época la descubrió entre los informes sobre los experimentos (mortales, en algunos casos), llevados a cabo en secreto por dicha Agencia, durante los año 50 y 60. De hecho, John Lennon habría dicho, poco meses antes de morir, en 1980: “Nunca nos olvidemos de dar las gracias a la CiA y al ejército por habernos dado el LSD. Lo inventaron para controlar nuestra mente y solo consiguieron liberarla”.

   Una vez aclaradas las dudas acerca de este “señalado” día, por supuesto que puedes ir en bici como siempre, pero que sepas que, hoy, se celebra el “Día del Tripi” de Mr LSD y no el “Día de la Bici” en la calle.

PD nº1: En Madrid, la “verdadera” Fiesta de la Bicicleta tiene lugar el primer domingo de octubre pero, antes de esta fecha clave, el Festibal con B de Bici volverá muy pronto a alegrarnos el fin de semana…

PD nº2: Ah y si te roban la bici... no te olvides de los Bicibuscadores…

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