“Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano”, “Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos” o “No me preocupa el no ser conocido. De lo que trato es de hacerme digno de ser conocido” son algunos de los aforismos de Confucio (551-479 a.C.), el pensador más influyente en la ética y moral china, que resumen sus enseñanzas, regidas por la rectitud moral, la bondad y el buen hacer como norma de conducta y recogidas en sus llamadas Analectas. Más que de una corriente filosófica o de una religión, el confucionismo es una ética que consiguió revolucionar la sociedad China con unos principios inspirados en la antigüedad china más conservadora. No es de extrañar que la organización encargada de promover la lengua y cultura china por todo el planeta lleve el nombre de su filósofo más ilustre. El Instituto Confucio se creó en 2004 con sede en Beijín, y en la actualidad, ya cuenta con más de 500 centros por todo el mundo.

   Kung Fu-Tse, nombre oriental del filósofo (la latinización de su nombre se debe al jesuita Matteo Ricci quien introdujo su pensamiento en Europa ya en el siglo XVI) vivió una época en la que el clima de desorden y luchas entre los distintos señores feudales habían instaurado las malas artes, las traiciones, las injusticias y el caos. En aquella época, Confucio trabajaba como funcionario del pequeño estado de Lu (hoy provincia de Shandong), pero su mala relación con el príncipe le obligó a dimitir, y decidió centrar su vida en difundir sus propias enseñanzas.

   Poco a poco Confucio (retratado aquí) comenzó a tener seguidores y a hacerse famoso por toda China como hombre sabio y venerado, que predicaba un nuevo orden moral basado en los valores más tradicionales para la formación de un buen gobierno. Basado en el respeto, la honestidad, la educación, la bondad, el ejemplo y los fuertes lazos familiares, su nuevo orden pretendía reforzar la sumisión de los hijos a los padres, y la obediencia de las mujeres a los hombres y de los súbditos a sus soberanos, que usarían siempre la razón y nunca la fuerza. Sólo consiguiendo un buen gobierno, regido por buenos funcionarios, se conseguiría una sociedad pacífica y feliz. Así de sencillo y así de complicado, sobretodo, porque los dirigentes de la época no las aceptaban, acostumbrados como estaban, a las prácticas sucias y tiránicas.

   Si sus enseñanzas se fueron extendiendo como dogma entre el pueblo llano, se persiguieron infructuosamente a los confucionistas durante la dinastía Qin (221-206 a.C.) hasta la llegada de la siguiente dinastía, la Han (206 a.C. - 220 d.C.), en la que pasó a ser la filosofía oficial del Estado. Desde entonces, el estudio del pensamiento de Confucio constituye uno de los pilares en la formación del hombre culto, y ha estado presente como código ético y moral en China hasta hoy en día, extendiéndose su influencia hasta los vecinos de Corea, Japón y Vietnam

   El Instituto Confucio llegó a Madrid en 2005, aunque no inauguró su sede hasta septiembre de 2007, gracias a un acuerdo entre Hanban (Oficina del Consejo Internacional de la Lengua China dependiente directo del Ministerio de Educación China), la Universidad Autónoma y Casa Asia, al que  se unió en 2012 la Universidad de Estudios Internacionales de Shanghái. Además de impartir clases de chino para niños y adultos y preparar para los exámenes oficiales, el Instituto Confucio organiza talleres de turismo, caligrafía, pintura y artes marciales; formación para profesores; becas de corta y larga duración para estudiantes en China; y el desarrollo de distintas actividades académicas y concursos relacionados con la lengua y la cultura del gigante asiático. El interés por esta rica cultura milenaria está más de moda que nunca. Aprender la lengua china hoy en día no se ve como una inclinación exótica, sino como una forma de abrirse puertas en el mundo laboral. Actualmente, más de 40.000 personas están aprendiendo la lengua de Confucio en España.

   Además, esta semana, el Instituto Confucio de Madrid se suma a los actos de celebración del Año Nuevo Chino para dar la bienvenida al Año del Mono, ofreciendo un Ciclo de Cine de Humor Chino siguiendo la tradición china. En efecto, en esta época del año, los cines de China se llenan de comedias ligeras y de acción, algo que ha llegado hasta incluso a tener su propio género cinematográfico: Hesuipian o cine de Año Nuevo. Es una de las temporadas más altas para el cine en el que las películas pugnan por conseguir el mayor éxito en taquilla. El Instituto Confucio importa o exporta -según como se mire- esta costumbre cinematográfica con 4 títulos para comenzar el año de la mejor manera posible: riendo.

PD: El Ciclo de Cine de Humor Chino, organizado el Instituto Confucio de Madrid, tendrá lugar desde el Lunes 15 hasta el Jueves 18 de febrero de 2016, a las 18h30. Para perderte nada, consulta la Programación. Entrada libre.

                                                (De María Glück, el 15 de febrero de 2016)

Referencias útiles:
iNSTiTUTO CONFUCiO DE MADRiD (en la ilustración)
En el Instituto Beatriz Gallindo
Calle de Goya, 10
28010 Madrid
911 442 190
M Serrano

Horario: de Lunes a Viernes, de 9h a 15h y de 17h a 21h.

Cursos: Consulta los cursos de chino para niños y adultos aquí.

Para seguir los pasos (re)creativos del iNSTiTUTO CONFUCiO DE MADRiD, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter. Y para consultar la revista bilingüe (chino-español) del Instituto Confucio, conéctate a la web del CONFUCiO MAG (también en Facebook y Twitter).

[Volver a Mi Petit Filmoteca, Callejero o Blogosfera]