SLOW LiFE - Mi Petit Madrid * - BARBiJAPUTAEL DEMONiO ES UNA RUBiA

BARBiJAPUTA
EL DEMONiO ES UNA RUBiA

Esta mujer que alguien imaginó como una Satanasa rubia de bote, con tridente, rabo y cuernos colorados, podría llamarse Lula Libé (así firma su poemario infantil El Planeta Lilaverdía) si no fuera porque, como ella misma confiesa: “miento más que hablo”.

¿Cuándo, cómo y por qué aterriza Barbijaputa en este mundo? Tiene mucho que ver con los aviones, el aislamiento, las largas distancias y otras soledades dignas de Malcolm Lowry. Ella también nació y vivió Bajo el Volcán, en este caso el Teide. Tierras con fuego en el cuerpo y semillas diabólicas: “Me destinaron en el trabajo (era auxiliar de vuelo) a Tenerife. No conocía a nadie, así que abrí un blog para desahogarme escribiendo. Mi plan era hacer algo temporal, pero se me fue de las manos”. Eso sí, desde el momento en que dejó de volar, comenzó a ganarse mucho mejor la vida. A menos sueldo, más libertad para hacer lo que de verdad le gusta. Escribir.

Asegura que las redes ya están cambiando el mundo, aunque “saber en qué derivará ya es otra cosa”. No se desvela si nota que no la toman en serio. Gajes de la vida misma. Tampoco afila más la lengua blogueando, publicando en su Facebook o atesorando caracteres para Twitter.

Barbijaputa prefiere no visualizar a sus acólitos; tampoco a sus antagonistas. Con más de 200.000 seguidores, sigue escribiendo igual que cuando no alcanzaba los 300. Tanto si la ponderan como cuando recibe hasta amenazas de muerte. Una conocida librería del centro de Madrid decidió suspender el chat digital que había creado para la presentación de su libro de poemas después de que la ultraderecha tachara a la autora de “tuitera antisemita que incita al odio ideológico, racial y religioso”: “No personalizo los halagos ni los insultos. Los personajes se idealizan mucho para bien y para mal. Soy muy autocrítica, pero respondo de lo que digo, no de lo que los demás entienden”.

Nunca dejó de jugar con muñecas por la simple razón de que jamás las tuvo. Ni ella, ni sus mejores amigas. “Nunca le vimos el sentido. Será que me junté con el grupo de las marimachos, porque a todas nos molaba más el fútbol”. Entre nombres, fotos, avatares y otros simulacros, nos intriga la verdadera imagen que proyecta ante quienes solo la conocen por sus obras. ¿Con qué cuerpo la han vestido para su estupefacción?: “La imagen más extravagante que me han adjudicado, ha sido la de la Reina Letizia. ¡Hubo quién pensó que Barbijaputa era ella!”.

Enriquecedor y desquiciante. Así es su mundo. Decapitando títeres machirulos, criticando el manspreading, que ya se puede traducir por “despatarre masculino”, y retando a la tristeza con versos como éstos:

          Nunca has estado,
          nunca lo viste
          pero ahí está, eso seguro,
          ¡Azulimón existe!

          Farolas celestes, bombillas de plata,
          mascotas rebeldes con nata en las patas,
          barquitos merengues siempre en la playa,
          ciudades endebles con forma de tarta.
          (“El País Azulimón”, un poema de El Planeta Lilaverdía, Editorial Origami).

PD: Para saber quién NO es Barbijaputa, conéctate aquí.

(De Sol Alonso, el 20 de enero de 2016)

Referencias útiles:
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          Nunca has estado,
          nunca lo viste
          pero ahí está, eso seguro,
          ¡Azulimón existe!

PD: Para saber quién NO es Barbijaputa, conéctate aquí.

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