Por extraño que parezca, en la confluencia de los barrios de Malasaña, Chueca y Chamberí, permanece medio escondido un impresionante edificio de 20.000 m². Por su situación -entre las angostas calles de Hortaleza, Farmacia y Santa Brígida-, y la mala costumbre del transeúnte de ir corriendo a todas partes sin mirar lo que le rodea, el inmueble pasa totalmente desapercibido. Ante semejante reto, el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid decidió abrirnos los ojos montando, en el generoso espacio, LASEDE, un inequívoco nombre que define el lugar como su casa y la de todos los ciudadanos que quieran disfrutar de su amplia oferta cultural, social, artística y, por supuesto, arquitectónica. Detrás de sus 3 discretas fachadas, se encuentra desde 2012 el centro neurálgico de la Arquitectura madrileña que diseña las ciudades del mañana.  

   En 1793, respaldados por el éxito de las Escuelas Pías de San Fernando, los padres escolapios decidieron abrir otra sucursal en Madrid. El lugar elegido fue el ex Hospital de leprosos de San Antonio Abad o San Antón, levantado a mediados del siglo XVIII y desalojado en 1787, que el arquitecto Francisco de Rivas planeó reformar para la ocasión, sin saber que la obra duraría 38 años; lo que le dio tiempo de sobra para añadir un colegio y un convento y borrar de un plumazo el barroquismo de su afamada iglesia (realizada por Pedro de Ribera en 1740), pero lo que no pudo tocar fue la Fuente de los Delfines de Ventura Rodríguez, una escultura que aún sigue en pie, hoy en día, entre las calles de Hortaleza y Santa Brígida. 

   En el piadoso instituto de enseñanza, entre los niños que corretearon por su patio y hincaron los codos en sus cursos, hubo uno muy especial, un chiquillo de 9 años que se convertiría en uno de los poetas y dramaturgos más importantes de todos los tiempos: el pequeño Víctor Hugo (1802-1885). Debido a los numerosos viajes y cambios de destino de su padre militar, el futuro autor de Los Miserables viajó de París a Madrid para ingresar, junto a su hermano Eugène, como interno en el centro escolapio, de 1811 a 1813, en una época en la que el ocupante francés, celoso de su cultura, había transformado la institución en una especie de “seminario de nobles”. Pero, al final de la Guerra de la Independencia Española, el colegio de San Antón volvió a la normalidad lectiva hasta que otra guerra cambiara tristemente su misión durante un tiempo.

   Nada más estallar la Guerra (in)civil española, el edificio de la institución religiosa de San José de Calasanz, convertido en cárcel, más concretamente, en la Prisión Provincial de Hombres número 2, por el bando republicano, protagonizó uno de los episodios más polémicos de la dramática contienda: las llamadas Matanzas de Paracuellos, que tuvieron lugar durante la Batalla de Madrid. En los meses de noviembre y diciembre de 1936, las conocidas sacas de presos o traslados masivos de prisioneros supuestamente a otras cárceles de la Comunidad acabaron, por el camino, con la vida de más de 2.000 prisioneros del bando nacional.

   Con el fin de la batalla en 1939, los escolapios recuperaron su sede así como su anterior función que lograron mantener a duras penas hasta 1989. Tras una venta fallida al empresario José Osinalde, interesado en revender el edificio a la Comunidad de Madrid después de una necesaria rehabilitación, el edificio se quedó abandonado de la mano de dios -nunca mejor dicho- hasta que, contra todo pronostico, en 1995, un incendio que apenas dejó en pie su fachada principal, le salvó la vida.

   En efecto, el Colegio de Arquitectos de Madrid, que por aquel entonces estaba buscando una nueva sede, llegó por fin a un acuerdo en 2005 con el Ayuntamiento de la Villa (el discreto propietario del complejo histórico), que sellaría para siempre el futuro del emblemático centro: la cesión del espacio durante 75 años a cambio de rehabilitarlo todo y construir 8.000 m² de los 20.000 cedidos para dotaciones municipales. Y, el 28 de febrero de 2012, LASEDE del COAM, obra del arquitecto Gonzalo Moure, abrió su corazón al público y a la naturaleza (250m2 de espacio verde), que atrapa por inusual ante la escasez de jardines que impera en la zona.

   Desde entonces, allí conviven lo privado (la microciudad de los arquitectos)  y lo público (un centro de mayores, un gimnasio -con las mejores vistas de Malasaña-, la única piscina cubierta del distrito Centro y, aún pendientes, de abrir una guardería, una biblioteca y una escuela municipal de música). Guardando el equilibrio de esta difícil mezcla, LASEDE, que fue pensada en los años del boom inmobiliario, se ha tenido que reinventar para sobrevivir adaptando los espacios a las nuevas necesidades: desde su parking -que pasó a ser mitad de rotación y mitad para residentes- a las plantas de entrada y jardín, que iban a albergar el Museo Nacional de Arquitectura y que, ahora, se usan para exponer y realizar eventos de todo tipo: bodas, desfiles, presentaciones de revistas, fiestas, degustaciones de vino, subastas de ideas, exposiciones interactivas, mercados artesanales o las tan de moda pop up store.

   Hoy en día, el espectacular núcleo acristalado de LASEDE sigue picando la curiosidad de los vecinos o, mejor dicho, ciudadanos que los arquitectos pretenden convertir en protagonistas del espacio, invitándoles a atravesar su jardín, a disfrutar de las instalaciones, o a probar su impresionante restaurante Bosco de Lobos, que se ha convertido en la mejor llamada de atención para el viandante. Además, pocos saben que, en las alturas, disponen de una terraza de 380 m²-también dedicada a los eventos-, con un skyline digno de grabar en la retina. Un oasis en medio de Madrid con olor a arquitectura y sabor a ciudadano.

PD (nº1) anecdótica: A los que suban al ático, que busquen en el poyete que sirve de balconada, un hueco tallado en la piedra. Es obra del arquitecto, que dejó este guiño como acomode a su prominente barriga para lograr las mejores vistas desde la calle Hortaleza.

PD (nº2) futbolera: El empresario y presidente del Real Madrid (no, no es incompatible), Florentino Pérez, fue también alumno de los escolapios y seguro que en el recreo algún partidito de fútbol cayó. 

PD (nº3) amorosa: La iglesia de San Antón guarda los restos del esqueleto de San Valentín, -el patrón de los enamorados-, obispo y mártir ejecutado en Roma el 14 de febrero del año 270 por el emperador Claudio II. Una reliquia que al parecer llegó a España a finales del siglo XVIII como regalo del Sumo Pontífice al rey Carlos IV que cedió el presente a los escolapios.

PD (nº4) histórica: En 1995, después del incendio la iglesia y el colegio fueron declarados Bien de Interés Cultural.

                                    (De Lidia Martín, el 05 de octubre de 2015)

Referencias útiles:
LASEDE del COAM
Calle de Hortaleza, 63
28004 Madrid
915 951 500
M Alonso Martínez / Tribunal / Chueca

PD nº5: Coincidiendo con la XII Semana de la Arquitectura (del 01 al 11 de octubre), hoy, Lunes 05 de octubre de 2015, se celebra el Día Mundial de la Arquitectura.

Para saberlo todo sobre el COAM, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter; y a el Facebook de LASEDE.

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