Existe en la Villa un lugar muy especial, por el que (casi) cuatro generaciones de madrileños han pasado alguna vez. Desde hace 90 años, la calle (hoy peatonal) de Claudio Moyano acoge la Feria (permanente) del Libro Viejo, una de las más antiguas de la ciudad, conocida popularmente por La Cuesta Moyano (ver la ilustración). Hoy en día, en sus 30 casetas adosadas azules, instaladas a espaldas del Real Jardín Botánico y que miran de reojo la puerta del Ángel Caído del Retiro, los amantes de la literatura pueden encontrar, los siete días de la semana, no solo auténticas joyas, rescatadas de bibliotecas de particulares y otros lugares secretos, sino también las últimas novedades del mercado editorial a precios muy interesantes.

   Con motivo de la celebración de la X Edición de la Noche de los Libros, mañana, Jueves 23 de abril de 2015, Mi Petit Madrid quiere rendir homenaje a La Cuesta Moyano con una (primera) Ruta por su historia y 5 de sus casetas.

1ª PARADA: Un poco de Historia…
   La Feria del Libro Viejo, que hoy conocemos, encuentra su origen en un bazar, que se instaló sin permiso delante del Jardín Botánico (en el Paseo del Prado), a partir de 1900; y en el que, “entre los puestos de frutas, que se agolpaban a las cajas de avellanas tostadas y acerolas, los sacos de torrados y nueces, y las tiendas de juguetes baratos, que colgaban sus muñecas de cartón, formando dobles filas en los altos de los barracones junto a miles y miles de cachivaches” (1), había un único tenderete donde se vendían libros viejos al peso (a 15 céntimos el kilo). Pero, a partir de 1919, los libreros, que llevaban celebrando dos ferias anuales desde el siglo XV en Atocha, decidieron cambiar de ubicación para montar su denominada “Feria de Madrid” temporal, también delante del Jardín Botánico (lo que llevó Ramón Gómez de la Serna a rebautizarla “Feria del Boquerón”).

   Lo que había empezado como un mercadillo efímero se estaba convirtiendo en un verdadero mercado de barrio al aire libre, que ocupaba cada vez más metros alrededor del real parque. Entonces, en 1924, el entonces director del Jardín Botánico decidió poner un poquito de orden, y mandó una carta al Ayuntamiento para denunciar la ubicación “improcedente y perjudicial para la salud” del bazar. Las autoridades municipales del momento no tardaron en reaccionar, y pocos meses después, desalojaron todos los puestos de bienes comestibles. En cuanto a los libreros, gracias a una petición de intelectuales de la época y escritores de la Generación del 98 como, entre otros, Pío Baroja (cuya estatua preside hoy en día la Cuesta Moyano), el Consistorio les concedió un espacio fijo, en el Paseo de Trajineros (actual calle de Moyano), después de habilitar la zona. En 1925, a cambio de 40 pesetas mensuales, los libreros tomaron posesión de las 30 casetas de madera de 15 metros cuadrados, sin luz ni calefacción, diseñadas por el arquitecto, Luis Bellido; y la Feria del Libro Viejo se volvió permanente. Solo cerró en una ocasión: durante 15 días seguidos cuando estalló la Guerra (in)civil.

   En 1985, el primer alcalde de la democracia, Enrique Tierno Galván, mandó derribar la instalación original, para construir una réplica (casi exacta) pero esta vez con luz eléctrica, aseos, teléfono y calefacción. Durante las obras, la Feria se trasladó temporalmente a su emplazamiento primitivo, sin saber nadie que, en el verano de 2004, tras el incendio de una central eléctrica, en la vecina calle del Almadén, los libreros tendrían que volver al Paseo del Prado durante los casi tres años que duraron la profunda remodelación, con peatonalización incluida, de la zona. Finalmente, el 19 de abril de 2007, se reabrió la emblemática Cuesta de los libreros al público.

(1) Caseta nº27: La Librería de Francisco Gomis (ver la ilustración)
   A punto de jubilarse, Paco, “Gomis” para todos, nació en la caseta 27, entonces regentada por sus padres. Recuerda cómo jugaba a la pelota en una calle atestada tanto de coches como de transeúntes. Según cuenta este librero vocacional, la Cuesta Moyano era una alternativa, que permitía conseguir un libro de segunda mano a un precio barato. En aquella época, la sociedad era más pobre, y los aficionados a la lectura pasaban horas rebuscando entre sus estanterías. En los años 70, empezaron a llegar libros nuevos, con un 20 o un 30% de descuento con respecto a las librerías tradicionales, pero a medida que la sociedad se fue enriqueciendo, cuenta Paco, fueron desapareciendo los lectores.

   Hoy, en la Cuesta Moyano, puedes encontrar auténticos tesoros, como la Historia de Cuba del siglo XIX, que Gomis vendió hace una semana por 200 euros. Sin embargo, la única manera de sobrevivir es combinar la venta directa con la venta por Internet ya que, como admite Paco con tristeza: “Pocos jóvenes quedan que estén enganchados al libro. Aquí, ¡cliente muerto, cliente perdido!”.

(2) Caseta nº29: La Librería de Armando Castrillo (ver la ilustración)
   Armando aprendió a leer a la edad de 5 años delante del TBO, un título que dio origen a todos los tebeos españoles. Cuenta este adicto a la literatura que su madre se dio cuenta de que sabía leer cuando pasó de escuchar el contenido de las viñetas a contárselas el mismo. Su padre se hizo con una caseta en la Cuesta Moyano en los años 60, y a él, ferviente lector, no le quedó otro remedio que heredarla. Hoy, tiene una librería mixta, en la que conviven los señoriales libros viejos con nuevos de tapas impolutas. En su caseta, se puede encontrar todo tipo de libros sobre el mundo del esoterismo, aunque asegura que el autor más solicitado es Arturo Pérez Reverte.

   En su almacén, Armando conserva auténticas joyas, ejemplares que heredó de su padre hace 40 años. Reconoce que, en alguna ocasión, ha estado a punto de vender un libro, y en el único momento, se ha echado atrás “por puro romanticismo”, por puro amor a los libros.

(3) Caseta nº28: La Librería de Javier Fernández (ver la ilustración)
   Se define a sí mismo como un coleccionista de libros. Explica que, al coleccionar los libros, “conoces mejor los precios de mercado, lo que te permite venderlos para financiar tu afición”. Nada más entrar en su caseta, apetece bucear durante horas entre miles de ejemplares. Mientras tanto, él, se parapeta detrás de su ordenador para consultar su web, que acumula más de 30.000 títulos.

   Javier Fernández surte su caseta de libros viejos, que compra a particulares. En ocasiones, acuden a él los herederos de una biblioteca, que no saben qué hacer con ella; en otras, es una familia, que se muda y que no quiere llevarse consigo la pila de libros que ha almacenado durante años; y últimamente, es la necesidad económica la que aprieta y obliga a verdaderos amantes de los libros a deshacerse de ellos. En todos los casos, si al menos un 30% de la biblioteca despierta su interés, hace una oferta global.

   Para Javier, el placer de perderse en una biblioteca sólo es comparable a la satisfacción, que sientes, cuando ya tienes el libro en tu poder. Aún así, admite que se cabrea un poquito cada vez que se deshace de un ejemplar. Solo quien vive entre libros puede entenderlo.

(4) Caseta nº12: La Librería J. Tormos 
   Aún siendo trabajador de la caseta nº12, Álvaro Prieto (en la ilustración) se siente parte importante de la Cuesta Moyano. Este treintañero disfruta con la lectura y con los libros como el que más. La caseta de la Librería Tormos, está especializada en libros de heráldica, y quien se acerque a ella podrá averiguar la historia de su apellido, conseguir un árbol genealógico de su familia o diseñar un escudo. Cuenta Álvaro, que trabaja en la Cuesta casi todos los días de la semana, que existen dos tipos de público, que se acerca a esta feria permanente del libro viejo: un público ocasional, que hace turismo y va de camino a un museo o al parque del Retiro; y un público diario, auténticos yonquis de los libro, que pueden encontrar en su caseta una primera edición de un libro de Ramón y Cajal, un lote de libros de la Primera Guerra Mundial o una Enciclopedia Álvarez original, que Álvaro ha vendido esta misma mañana por 30 euros.
PD: Aquellos que sientan pasión por los libros y no tengan el tiempo suficiente para acercarse a la Cuesta Moyano, siempre pueden entrar en la web Frikibooks, de Álvaro.

(5) Caseta nº18: La Librería Argileto, de Ángela Barrio (ver la ilustración)
   Ángela Barrios, quien ya de pequeñita, recorría de la mano de su padre la Cuesta Moyano y  a la que siempre le ha apasionado el mundo del libro viejo o de segunda mano, ha sido la última en llegar. Aterrizó en la Cuesta Moyano, hace 16 años, con su hija, otra gran amante de la literatura. Cuando salió la caseta a subasta, intentó con todas sus fuerzas que se la concediesen. Y como cumplía todos los requisitos (cinco años de experiencia como librera y subir la puja del Ayuntamiento, que eran 100.000 pesetas al mes), hizo realidad su sueño.

   Ángela y su hija acuden a Ferias de toda España a vender y a comprar ejemplares, aunque la mayor parte de su “botín” la consigue en bibliotecas de particulares, siempre y cuando tengan más de 1.000 libros. Aún recuerda cómo, una vez, rebuscando entre ejemplares amorosamente encuadernados, encontró auténticas joyas, varios libros antiguos de los siglos XVII y XVIII.

   En cuanto al precio, no lo determina sólo la antigüedad del libro. También son importantes el tema tratado, el autor, su estado de conservación, su encuadernación, etc.  Y aunque en la actualidad el librero no pueda prescindir de Internet, Ángela está convencida de que, por mucha tablet que haya, el libro viejo siempre existirá.

PD: Con motivo de la celebración de la Noche de los Libros, mañana, Jueves 23 de abril de 2015, de 17h30 a 20h30, la Sociedad de Collage de Madrid (también en Facebook) impartirá talleres (gratuitos) de Collage Literario, en la Cuesta de Moyano. No es necesaria inscripciçon previa.

                                               (De Carla Pulín, el 22 de abril de 2015)

Referencias útiles:
CUESTA DE MOYANO
Calle de Claudio Moyano, s/n
28014 Madrid
M Atocha

Horario:
- De Lunes a Viernes: de 9h a 14h y de 16h30 a 20h;
- Los Sábados y Domingos: de 9h a 15h.

Fuentes:
- “Un poco de historia de la Cuesta Moyano”, de El Bibliófilo Enmascarado, 15.VI.2010;
- “La Feria de Libros Viejos de la Cuesta de Moyano”, de Eduardo Valero para el blog Historia Urbana de Madrid, 16.IX.2010 (1);
- “Cuesta de Moyano”, de José María Carnerero para el blog Flaneando por Madrid, 17.VII.2014.

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