Desde el mismo momento en que se cruza la puerta de Delirio, el visitante ya sabe que no es una simple librería. Carteles con actividades, ilustraciones enmarcadas, figuras de personajes del comic y mil objetos más que Alejandro Barzano Such (retratado aquí), el dueño, conocido por todos como “Such” o “Suchi”, ha colocado con cariño y ha permitido que otros lo hagan para convertir el espacio en algo hecho por todos.

   La librería nació hace ya casi 4 años en un centro comercial de Móstoles, en un local de un amigo de Such, que pasado un tiempo se desligó. Entonces, Alejandro decidió instalar Delirio en la zona en la que él vivía y donde se había criado, en “una de las más antiguas y deprimidas de la localidad”, de hecho se encuentra al lado de un comedor social, justo enfrente del Teatro del Bosque, uno de esos edificios que, como cuenta Such, se construyeron en época de vacas gordas, con un jardín de Mariscal, que cuesta mantener más que todo el teatro. Muchos amigos y colegas le dicen constantemente que debería trasladarse a Madrid, pero él es de los que piensa que donde hace falta una librería como Delirio es en Móstoles, para hacer lectores, y más en comic, que tiene tiradas tan pequeñas. También porque quiere devolver al barrio lo que hizo por él ya que, cuenta, se educó en la calle bajo la vigilancia del panadero, del mecánico del taller de la esquina, de todos esos vecinos que ahora le han acogido con tanto entusiasmo.

   Una de las características de Delirio es haber conseguido convertirse en una especie de centro social con actividades, que Alejandro programa constantemente y que funcionan como un imán tanto para los niños del barrio (los cuales, además de haber pintado la fachada (en la ilustración), hacen allí sus deberes, que, como él dice, de mayores serán lo que ellos quieran ser porque tienen el apoyo de los que les rodean, y cuenta orgulloso que uno de ellos con sólo 9 años ya es guionista y director de un corto, que han hecho entre todos -Such también ha colaborado- para pedir ayuda e impedir que cierren un centro social próximo); como para todos esos amigos de Delirio, que le prepararon a Suchi un homenaje sorpresa para el que llamaron a muchos ilustradores, que no dudaron en acompañarle en la fiesta.

   Alejandro se siente más que pagado con el cariño de los vecinos y los clientes porque como negocio la librería es ruinosa. Se mantiene gracias a 2 buenas amigas y socias -Ana, que es paleontóloga y vive en Lyon, y Blanca, socióloga, que vive en Barcelona-, y a las ilustraciones y caricaturas, que hace de vez en cuando. También da algunas charlas e imparte talleres de comic –gratuitos en la librería los sábados por la mañana si no hay firma de libros-. Los mejores ilustradores del panorama nacional han pasado por Delirio -a la inauguración de la sede actual acudieron Carlos Jiménez, Forges, Alfonso Azpiri y Juan Díaz Canales-, y Alejandro afirma que esos son los libros que mejor se venden porque no hay nada comparable al contacto entre el autor y su público. Le encanta que repitan -son ya muchos los que piden expresamente ir a firmar allí-, pero lo que más le gusta es presentar a gente nueva y darles el mismo trato que a los grandes: siempre les regala el cartel de anuncio de la convocatoria y una figura de alguno de sus personajes.

   Pero el hecho de que la cultura tenga un precio, dice Alejandro, limita su desarrollo así que lo que, de verdad, le gusta es organizar campañas para regalar los comics que consigue con aportaciones propias, de editores y de ilustradores. Durante las Navidades, con “Ningún niño sin comic”, regala uno si el padre presenta la tarjeta del paro, aunque a la hora de la verdad se olvida de pedirla. El año pasado regaló 900, este han sido 1.500. Y el préstamo. De sus propios tebeos -empezó leyendo “Mortadelo”, “Superhéroes” y “Fuera Borda”, y recuerda que el primer comic, que compró con su propia paga, fue el nº1 de “Akira”- pero también de libros que le ceden clientes y simpatizantes. Porque, resume, “hacer todo esto a mí me sienta superbien”.

                                             (De Amelia Alas, el 08 de abril de 2015)

Referencias útiles:
LiBRERíA DELiRiO
Calle de Sevilla, 25
28931 Móstoles
916 131 991
M Pradillo
C Móstoles

Horario: de Lunes a Sábado, de 10h30 a 14h y de 17h30 a 20h30.

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