Los gatos son los animales más castizos, pero también, según Irene y Juan (en la ilustración), los creadores de la editorial de libros ilustrados infantiles Lata de Sal, los más literarios. El (a veces) enigmático felino, además de ser el protagonista indiscutible de incontables álbumes ilustrados, es el animal que mejor representa al arquetipo del escritor: un ser solitario, misterioso, muy suyo y que necesita aislarse de vez en cuando. Por todo eso y su debilidad y amor hacia los gatos, Irene y Juan idearon, cuando concibieron su editorial, 2 colecciones: Gatos y Vintage, para reeditar libros ilustrados, con más de 30 años de antigüedad e inéditos en España.

   Toda empezó hace tres años cuando Irene decidió dejar su trabajo en la televisión para dedicarse a su verdadera pasión, el libro ilustrado, con el que había mantenido una relación “fusional” cuando compagina sus estudios de periodismo en la Universidad con su trabajo en la extinta Biblioketa, la mejor librería especializada en libros infantiles que había en Madrid y que se llevó por delante la crisis. Gracias a esa primera experiencia laboral, no solo descubrió por dentro el negocio editorial, yendo a ferias, enamorándose de títulos, notando el pulso de los lectores, etc. sino que conoció a Juan. Se enamoraron, llenaron su casa de todo tipo de libros ilustrados, y pronto, adoptaron a dos gatos, Chasis y Logan, “los verdaderos jefes de Lata de Sal”.  Finalmente, después de cursar un máster en edición y preparar un buen plan de empresa, estaban listos para comenzar a dar vida a su gran creación: “ese ser vivo al que hay que dar de comer unas 200 veces al día”.

   Durante un brainstorming de 3 años (“el más largo de la historia”, admite Irene), llegaron al nombre, Lata de Sal, que corresponde a la acertada unión de sus dos apellidos, Lata y Salgueiro, consiguiendo lo que habían estado buscando: un nombre sencillo pero especial, que aúna el espíritu dispar de todos sus títulos, que tiene un toque infantil sin ser ñoño, y que juega con el surrealismo. Para afianzar el concepto de “lata”, sus libros llevan el lomo metalizado, y en cada uno de ellos se incluye una “lata” en la que dan información sobre el autor: en los libros de la colección Vintage, datos sobre el año en el que fue publicado, y en la de los Gatos, alguna historia real de un gato especial.

   Entusiasta de su trabajo, Irene tiene una mirada viva e inteligente, y esa calidez, que desprenden los verdaderos amantes de los animales. No puede contener la ilusión cuando habla de lo que está haciendo, de sus viajes a Bolonia en busca de títulos, de cada uno de sus libros, de los autores, del día a día en una editorial, que lleva en pareja desde su casa y con mucho arrojo.

   Decidir sacar solo 2 colecciones y tener una especialización tan clara, dentro del ya especializado sector del álbum ilustrado, responde a una intención de diferenciarse frente a las demás editoriales españolas. Apostar por los gatos tenía un motivación esencialmente empresarial ya que ellos mismos saben el fanatismo que despierta todo aquello que rodea a los gatos entre los catlovers. En cuanto a la colección Vintage, la intención de Lata de Sal es que el público español pueda disfrutar de las grandes obras del álbum ilustrado, que alcanzó su época dorada entre los años 40 y 60 en EE.UU., Inglaterra y Francia. En España, el álbum ilustrado fue un género, que apenas tuvo representación mientras que, en otros países, gozaba de muy buena salud. Muchos de aquellos grandes libros jamás se publicaron en España. 

   En noviembre de 2012, vieron la luz sus dos primeros libros Un canguro por Navidad, de James Flora, en la colección Vintage, y Amigos, de Michael Foreman para la colección Gatos. Y desde entonces, se han sumado 4 títulos más a la colección Vintage y 10 a la de Gatos, de los cuales 3, El abecedario de Kate & Cat, El libro de mis Vacaciones y Gatopato, son libros propios. El último título, que han presentado, es el precioso Álbum de Adela, el primer libro que el prolijo y famoso autor francés, Claude Ponti, creó para su hija Adèle el año en que nació, hace ya treinta. Se trata de una oda a la imaginación, en la que no aparece ni una sola palabra, sino personajes y objetos, que se suceden y amontonan entre sus páginas, ofreciendo bellas ventanas a mil lecturas en las que puedes quedarte horas observando.

   Además de libros, en Lata de Sal, también realizan sesiones de cuentacuentos en librerías y centros de arte, donde Irene asume dos personalidades diferentes, dependiendo de la colección elegida: la que cuenta los cuentos de gatos es su alter ego gatuno, llamado Gato Amarillo; y en los cuentos vintage, el personaje se hace llamar Adelaida y Vuelta, una señora estrafalaria, que va siempre acompañada de su tortuga Vuelta y de un teléfono antiguo con el que viajan en el tiempo hasta el año en el que se escribió el libro que están contando. De esta forma, la singular Adelaida aprovecha para hablar a los niños de cómo era aquel año para que valoren y aprecien como se hacían las cosas en el pasado.

   Hoy, Jueves 02 de abril de 2015, en conmemoración a la fecha de nacimiento de Hans Christian Andersen, el IBBY (International Board on Books for Young people) celebra el Día Mundial del Libro infantil, e Irene y Juan están en la Feria de Bolonia, el lugar donde más libros de literatura infantil y juvenil hay por metro cuadrado, buscando más álbumes ilustrados geniales para ofrecer a los ávidos lectores españoles, mientras Chasis y Logan les esperan en Gatosphera, el hotel y residencia gatuna de Agustín de Guadalix, demostrando quienes son de verdad los jefes.

                                               (De María Glück, el 02 de abril de 2015)

Referencias útiles:
Para seguir los pasos (re)creativos de LATA DE SAL, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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