No hay humano que no haya tarareado “Hey ho let’s go” o comentado sus escuálidas figuras coronadas por imposibles flequillos. El pasado sábado 12 de julio murió, a los 65 años, Tommy Ramone, el último miembro fundador y baterista original, que quedaba con vida, de los Ramones, la pionera banda de Queens (Nueva York), que escribió la letra y parte de la historia del punk americano de los 70. Mientras esta pérdida hace crecer tanto el mito como el número de escuchas de sus canciones que, en menos de un semana, ha aumentado más de un 300%, muchos ya ven en este trágico final la guinda que faltaba para proclamar al legendario grupo como “maldito”. Si la mala suerte se ha llevado, demasiado pronto, a todos sus fundadores, los que seguimos aquí, sentimos su legado más vivo que nunca.

   Puede que no todo el mundo entienda el secreto de su éxito, pero sus melodías básicas, sus estribillos cortos y unas letras tan fáciles que hasta un público pez en inglés podía cantarlas felizmente, son sin duda algunos de sus puntos a favor. Junto a sus ritmos pegadizos, su pose -imposible olvidar a Johnny Ramone espatarrado en el escenario-, y su look, han hecho historia y mucho más. Prueba de ello es que casi 2 décadas después de su separación, su música sigue sonando en cuartos de adolescentes y sus pintas son imitadas en la calle y en las pasarelas. Ahí quedan su uniforme de vaquero roto, chupa de cuero y zapatillas Converse, que imitaba el estilo rockero de los 50; las camisetas con su logo -su mayor fuente de ingresos-; y ese pelo de corte cazón que, dicen, lucían para llevar la contraria en una época en la que todo eran melenas engominadas para atrás.

   Los Ramones se formaron en 1974 en Nueva York con el germen de la banda de garaje Tangerine Puppets, de unos jovencísimos Johnny Ramone (John Cummings, guitarra) y su vecino y amigo, húngaro de nacimiento, Tommy Ramone (Thomas Erdelyi, primero mánager y luego batería). Pero, enseguida se apuntaron al bombardeo y con un apellido ficticio copiado del seudónimo “Paul Ramone” -que el Beatle McCartney utilizaba para registrarse en los hoteles-, Dee Dee Ramone (Douglas Colvin) al bajo y Joey Ramone (Jefrey Hyman) al micro y, por poco tiempo, a la batería, de la que heredaría Tommy al ser Joey incapaz de seguir el ritmo in crescendo de la banda.  

   Con la formación calentita, sus composiciones y su actitud, el cuarteto melenudo buscó recuperar el sentimiento que, según ellos, había perdido la música rock. Tenían algo nuevo y diferente que contar y, rápidamente, se convirtieron en el motor de la “primera ola punk neoyorkina”, junto a otros grandes como Blondie, Talking Heads o Patti Smith, con los que compartieron cartel en la mítica sala CBGB (el Country, BlueGrass and Blues, en referencia a los estilos que se solían tocar), el templo del Punk rock y la New wave del Lower East Side de Manhattan. Gracias a sus conciertos semanales y citas para minorías, en poco tiempo los “nuevos héroes del underground” -con lo bueno y malo que esto conlleva- salieron del anonimato y pasaron a ser ídolos de masas. 

   Público y crítica coinciden en que sus mejores álbumes fueron los 4 primeros (“Ramones”, “Leave Home”, “Rocket to Russia” y “Road to Ruin”), aunque siguieron dando guerra décadas después. Su sonido arrasaba, pero su relación no era tan exitosa como su carrera. En una entrevista concedida por Johnny Ramone, poco antes de morir, a la revista Rolling Stone, el guitarrista confesó que tocaba sin disfrutar. En realidad, su relación con Joey, de izquierdas y mucho más liberal que él -punky de ideas políticas conservadoras-, dejaba mucho que desear. Dicen incluso que llegaron a odiarse cuando Johnny le robó la novia a Joey para acabar convirtiéndola en su querida esposa.

    En 1984, con la banda de capa caída, Tommy, que había abandonado el grupo al cuarto álbum (1978), volvió a trabajar con ellos, pero esta vez como productor del disco “Too tough to Die”, el último álbum digno de mencionar de la banda. Finalmente, tras muchos coletazos, su último trabajo “¡Adiós amigos!” (1995) no dejó lugar a dudas sobre el fin de un grupo. Tras el Tour Lollapalooza, los Ramones se disolvieron en 1996.

   Sin los Ramones, no hubiese existido ni el punk británico ni The Clash ni los Sex Pistols y, hoy en día, grupos americanos como Offspring o Greenday no serían lo que son. El punk ha muerto. ¡Viva el punk!

PD nº1: Joey Ramone (también en Facebook) murió de un linfoma con sólo 49 años, en 2001. Unos meses después, en 2002, Dee Dee Ramone falleció de una sobredosis con 50 años. Y, en 2004, un cáncer se llevó Johnny Ramone de 55 años.

PD nº2: Algunas curiosidades de la banda:
- Cuando se formó el grupo, el único componente con trabajo era Douglas Colvin. ¿Adivinan qué era? Peluquero, ¡sí señor!

- En su 5º trabajo, “End of Century”, la tensión entre el grupo y su productor Phill Spector (The Beatles o Tina Turner) llegó al límite cuando Spector amenazó con una pistola a Dee Dee para que repitiera de nuevo un riff.

- En los años 90, Dee Dee Ramone abandonó la banda para comenzar una fallida e inexplicable carrera como ¡¿rapero?! 

- En 2011, recibieron un premio Grammy en reconocimiento a toda su carrera.

PD nº3: El próximo 24 de agosto de 2014, a las 17h30, en el Hollywood Forever Cemetery de Santa Mónica (Los Ángeles) habrá un homenaje a Johnny Ramone (también en Twitter) por el décimo aniversario de su muerte. Precio: entre 20 y 75 dólares.

PD nº4: Y ahora, ¿cuál de estas canciones no has tarareado? “I wanna be sedated”, “Judy is a Punk”, “Beat on the Brat”, “Blitzkrieg Bop” o “Sheena is a punk rocker”….

                                                               (De Lidia Martín, el 17 de julio de 2014)

Referencias útiles:
Para saberlo todo sobre los RAMONES, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter. Y, en Madrid, los Viernes y Sábados, de 22h hasta las 3h30 de la madrugada, ¡pásate por el Fan Club de los Ramones, en el bar Nueva Visión (Calle Velarde, 5)!

Discografía de los Ramones:
- “Ramones” (1976)
- “Leave Home” (1977)
- “Rocket to Russia” (1977)
- “Road to Ruin” (1978)
- “End of the Century” (1980)
- “Pleasant Dreams” (1981)
- “Subterranean Jungle” (1983)
- “Too Tough to Die” (1984)
- “Animal Boy” (1986)
- “Halfway to Sanity” (1987)
- “Brain Drain” (1989)
- “Mondo Bizarro” (1992)
- “Acid Eaters” (1993)
- “¡Adiós Amigos!” (1995)

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