Érase un ojo a una Leica pegado. Henri Cartier-Bresson (1908-2004), cronista universal, insaciable mirón, ladrón de instantes, viajero dotado del intuitivo don de coincidir en espacio y tiempo con los acontecimientos de su época, tuvo una retina sin fondo donde siempre cabían un par de imágenes más. Gracias a su talento innato y a su grandísima capacidad de trabajo, todos tenemos más pasado aunque hayamos perdido la memoria.

   Su amigo Robert Capa, otro de los grandes del oficio y cofundador de la agencia Magnum Photo,  le aconsejo disimular su conexión con el surrealismo si quería seguir viviendo de la fotografía. “La etiqueta ha de ser “fotoperiodista”, le recomendó. Pero resulta que Cartier-Bresson se consideraba un periodista pésimo, razón por la que hizo de la cámara su cuaderno de notas, acumulando así como legado una de las colecciones más impresionantes de fotografía, mayoritariamente en blanco y negro, del siglo pasado. Solo utilizó el color como pura concesión al servicio de los encargos.   

   El padre del fotoperiodismo tuvo una clarísima pasión de niño: “Pintaba los jueves y domingos. El resto de los días soñaba con ello”, confesó en una ocasión. Hijo de una familia muy bien situada, pasó su adolescencia estudiando dibujo en la escuela de André Lhote, donde comenzó a codearse con los artistas surrealistas del momento y a practicar con Marx Ernst las técnicas de los collages que enmarcaba o pegaba sobre cuadernos, muy influido por su adorado Cézanne. Fue cuando descubrió que le gustaba tanto la fotografía como el comunismo y se puso al servicio de los desfavorecidos. 

   Retrató al mismo tiempo a los mendigos rodeados de pobreza, como el sintecho madrileño de 1933, que a los hombres que soñaban despiertos, con los ojos cerrados. Recreó el Frente Popular Español en 1936, fotografió a Giacometti andando por la calle, a un joven Truman Capote, a los Curie, y a Matisse en su casa rodeado de pájaros. Inolvidable es su serie dedicada al placer del tiempo libre, cuando llegaron a Francia las vacaciones pagadas, o esa crónica de la coronación del Rey Jorge VI para el diario comunista Le Soir, donde no hay rastro de los fastos reales sino todos los gestos imaginables de los ciudadanos que acudieron a ver la comitiva. Héroes anónimos por encima de celebridades. En su autorretrato, sin embargo, solo se le ve la mitad de su pie derecho.

   ¿Cuántos sellos acumuló en su pasaporte? Qué sepamos, los que le permitieron ser testigo de acontecimientos tan relevantes para el siglo XX, como “Los funerales de Gandhi” (1947), al que conoció pocas horas antes de ser asesinado, “El fin del Kuomintang” (1948), “Cuba tras la Crisis de los Misiles” (1963), con ese maravilloso retrato de muchacha frente a un escaparate en Camagüey, o Rusia tras la muerte de Stalin (1954). Fue el primer periodista occidental al que se le permitió la entrada en el país tras la muerte del dictador, y su fotografía “Dos mujeres jóvenes esperando el tranvía” fue portada de 3 revistas, Life, Der Stern, y Zondagsvriend.

   Cabeza, ojo y corazón. Los 3 ejes que han de alinearse antes de cada disparo. 

   Aunque su inseparable Leica nunca descansó del todo, en los últimos tiempos no solo abandonó la agencia Magnum (que había cofundado en 1945), sino que dedicó la mayoría de su tiempo a la pintura.

   Ahora que se cumplen 10 años de su muerte, la Fundación Mapfre presenta la mayor retrospectiva dedicada al gran artista. En coproducción con la Fundación Henri Cartier-Bresson y el Centro Pompidou, se han reunido más de 500 fotografías, además de cuadros y algunas películas como “Victoria de la Vida” (1937), la Guerra Civil Española vista desde el lado republicano, y algunas secuencias de los trabajos que realizó como ayudante de dirección de Jean Renoir.

   Su espinita de celuloide fue precisamente que Buñuel, el hombre que le enseñó a mirar incluso a través de los párpados, no quisiera contratarle nunca.

                                                              (De Sol Alonso, el 22 de julio de 2014)

Referencias útiles:
HENRi CARTiER-BRESSON

¿CUÁNDO? Los Lunes, de 14h a 20h; de Martes a Sábado, de 10h a 20h; y los Domingos y Festivos, de 11h a 19h, hasta el 07 de septiembre de 2014.

¿DÓNDE? En la Fundación Mapfre
Paseo de Recoletos, 23
28004 Madrid
915 816 100
M Colón / Banco de España

¿CUÁNTO? Entrada gratuita pero es necesario reservar aquí. 

Para saber más sobre la expo, conéctate a la web de la FUNDACiÓN MAPFRE (también en Facebook y Twitter); y al fantástico minisite que se ha creado para la ocasión.

[Volver a Mi Petit Pinacoteca, Callejero o Blogosfera]