Vecino del Cuartel del Conde Duque, por un lado, y de la hoy desaparecida “Casa del Duende” de la marquesa de Hornazas, por el otro, en el antiguamente llamado “Barrio de los Afligidos”, cuando se inauguró el Palacio de Liria en 1786, se convirtió al minuto en el “hermano menor del Palacio Real”, según los expertos. Más ancho que alto, el edificio de sangre azul que, contra todo pronóstico, no fue construido por los duques de Alba sino por los duques de Berwick, renació de sus cenizas, un 13 de junio de 1956, gracias a su reconstrucción orquestada por la Duquesa Cayetana -que ha fallecido de madrugada, hoy, Jueves 20 de noviembre de 2014-. Detrás de su fachada, el Palacio de Liria sigue despertando, hoy en día, la curiosidad de sus vecinos no tanto por los cotilleos que alimentan a menudo los titulares de la prensa sensacionalista sino por los tesoros que encierran, desde hace siglos, los salones de la casa-pinacoteca de Alba.

   Todo empezó con un beso... entre el rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia (1633-1701) y, su amante, Arabella Churchill (hija de Sir Winston, ancestro del famoso primer ministro… es que el mundo es un pañuelo…), que congeniaron, alegremente y varias veces, ya que tuvieron 4 hijos juntos. Fruto de ese amor sincero pero ilegítimo ante la ley de Dios y de los hombres, el joven bastardo, perdón, vástago James Fitz-James (“Fitz” viene del francés “fils” (hijo) de James, es decir, Jacobo, en español) recibió, para “regularizar” su situación de cara al futuro, el título nobiliario de Duque de Berwick (-upon-Tweed, en su versión larga), especialmente creado para él, en 1687. Pero, cuando el I Duque de Berwick llegó a Francia, con 20 años, a la saga de su padre en exilio, en 1690, la ley sádica, perdón, sálica francesa pasaría a regir su título: no podría heredarlo una mujer... 

   Tanto en Inglaterra y en Hungría como en Luxemburgo, Francia y España, el hijo mayor del ex rey afrancesado, demostró tener agallas en varios campos de batalla europeos. Como muestra de agradecimiento y recompensa por su triunfo bélico, en la batalla de Almansa contra Felipe de Anjou, en 1707, el hidalgo James, caballero de la Orden del toisón de Oro, desde 1704, recibió de las reales manos del primer rey Borbón de España, Felipe V, el ducado de Liria y Jérica (en la Comunidad de Valencia)… sellando así el destino de la familia Fitz-James con España. 

   A diferencia de su padre, el I Duque de Berwick y también de Liria no tuvo hijos fuera del matrimonio sino que se casó con las dos amantes de su vida: con Honora de Burgh, con la que tuvo 1 hijo; y con, después de quedarse viudo, Ana Bulkeley, de cuya unión nacieron 6 herederos potenciales y 4 hijas destinadas a hacerse monja o ama de casa. Mientras tanto, la Casa de Alba, perteneciente a la familia de los Álvarez de Toledo, que vio la luz con los señoríos de Orepesa y Valdecorneja, concedidos por el rey Enrique II de Castilla (o de Trastámara, 1333-1379), y que se convirtió en Ducado de Alba de Tormes, en 1472, gracias a Enrique IV de Castilla, se quedó sin hereder@, en 1802, a la muerte de la famosa XIII Duquesa de Alba, “maja” y musa de Goya y primera Cayetana de la familia. Una vez más, el destino llamó a la puerta de los duques de Berwick-Liria: Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Silva (cuyo ta-tatarabuelo, definitivamente, había nacido en el momento adecuado, en el sitio adecuado) heredó del título nobiliario así como de los derechos (¿o privilegios?) y obligaciones que conllevaba, simplemente por ser el primo se-gun-do de la difunta.

   Después de que el III Duque de Liria, afincado en París, impulsara la construcción, a partir de 1734, del Palacio epónimo (que debe su nombre a la villa real valenciana donde nació su único hijo), de que dicho hijo, el IV del linaje, lo inaugurara en 1786 y de que el V lo disfrutara de pasada, Carlos Miguel Fitz, el VII de Liria y futuro XIV de Alba, heredó de la joya arquitectónica -no de la corona sino de Liria-, con tan solo 8 años de edad, al morir su hermano mayor, en 1795. Pero, el Palacio seguiría vacío (de gente pero no de arte) ya que su familia se llevó al joven heredero a vivir a Francia durante la Guerra de Independencia Española. Al acabar la primera era y ola napoleónica en Europa, Carlos Miguel, ya mayor de edad y de Alba, empezó a viajar por todo el Viejo Continente donde desarrolló su vena artística como mecenas, coleccionista y anfitrión de fiestas fastuosas. Si no se gastó toda la fortuna de la familia, lo siguiente... pero eso sí, consiguió reunir más de 200 pinturas y esculturas italianas, francesas y españolas, de un valor inestimable, en su gran Palacio madrileño. Por fortuna o, mejor dicho, gracias a felices enlaces matrimoniales y, por ende, patrimoniales, los siguientes duques de Liria no solo no tuvieron que vender su impresionante colección de arte para sobrevivir a las crisis económicas que azotaron la Casa, durante el siglo XIX y a principios del XX, sino que consiguieron ampliarla.

   Siguiendo la tradición familiar, el duque XVII de Alba, popularmente llamado Jimmy Alba, se casó con María del Rosario de Silva, hija de los duques de Aliaga y, por consiguiente, heredera del inmenso patrimonio de la Casa de Híjar (cuyo linaje también se inició con otro hijo ilegítimo, pero esta vez, de Jaime I de Aragón, en 1268), en la Embajada de España, en Londres, en 1920. De esa unión, nació su única hija, nuestra Cayetana de Alba, en 1926. Poco antes de empezar la Guerra (in)Civil Española, Jimmy -el también X Duque de Liria y Jérica-, se adelantó a los acontecimientos y mandó trasladar las obras maestras y los muebles de su residencia (segundaria) oficial, hasta las cajas fuertes del Banco de España y de la Embajada Británica de Madrid -entre otros edificios-, sin saber que, al poco tiempo, su Palacio se quedaría destruido por completo por dentro (solo las fachadas se quedarían erguidas), tras ser bombardeado, por error, por la Legión Cóndor, durante la toma de Madrid, en 1936. Antes de morir, en 1953, el Duque le hizo prometer a su hija que reconstruiría el Palacio de Liria. Como ya se sabe, Cayetana (que, según el Libro Guiness de los récords, “posee más títulos que ningún otro noble en el mundo”) cumplió con su palabra después de “convalidar” su título inglés de duquesa de Berwick para poder heredarlo, en España, y de contraer matrimonio con Luis Martínez de Irujo y Artázcoz -hijo de los duques de Sotomayor y marqueses de la Casa Irujo, como su nombre lo indica-, en 1947.

   Al volver de su luna de miel, al año siguiente, la primera mujer de Berwick-Liria y ahora también duquesa de Híjar supervisó las obras de reconstrucción de su Palacio, invirtiendo tiempo y mucho dinero, de 1948 a 1956, para rendir homenaje a su padre y cumplir con su deber de conservación del patrimonio familiar. Si se restauraron las simétricas fachadas neoclásicas a lo Versalles, según los planos originales del arquitecto francés Louis Guilbert, al principio, y de Ventura Rodríguez, después del despido por malversación del primero; en cambio, se reinventó por completo el interior del Palacio. Siguiendo los planos que el famoso arquitecto británico, Edwin Lutyens, había elaborado antes de morir, en 1944, se crearon una impresionante escalera principal, nuevos salones temáticos y una capilla con materiales nobles (como no) pero se intentó mantener la decoración inicial gracias a numerosos testimonios pictóricos de la época y, sobre todo, a la buena conservación de los muebles y tapices, salvados del último “naufragio” bélico. Y, el 13 de junio de 1956, Cayetana, su marido y su dos primeros hijos, Carlos y Alfonso, inauguraron, a la vez, el “nuevo” Palacio de Liria y su residencia oficial. 

   Declarado Bien de interés Cultural, en 1974, el Palacio de Cayetana es también la sede de la Fundación de la Casa de Alba, creada en 1975, para conservar y difundir el patrimonio histórico-artístico de la Casa de Alba, “compuesto por más de tres siglos de amor al arte”.

PD (nº1) cultural: Todos los viernes, entre el segundo viernes de octubre y mediados de diciembre, siguiendo con la tradición instaurada por la difunta Cayetana Fitz-James Stuart, la XVIII duquesa de Alba, XI de Liria (Berwick), XVIII de Híjar, y de un largo etc. de títulos más, se abren las puertas de su peculiar domicilio particular al público. Si estás interesad@ en visitar el Palacio de Liria, envía tu solicitud ¡ya! [por mail, por fax al 915 410 377, por carta manuscrita, o rellenando el siguiente formulario] para poder aparecer en la lista de espera de más dos años, según los últimos datos publicados en la prensa... Si tienes suerte, es decir, buenos contactos, podrás visitarlo, en 2015, pero lo más seguro es que te toque en 2017.

PD (nº2) festiva: Desde 2011, AD-Group se ocupa de alquilar los salones del Palacio de Liria a quien quiera organizar eventos muy muy especiales… a -dicen- 50.000 euros al día.

Referencias útiles:
PALACiO DE LiRiA y FUNDACiÓN CASA DE ALBA
Calle de la Princesa, 20-22
28008 Madrid
915 475 302
M Plaza de España

Horario de visitas entre el segundo viernes de octubre y mediados de diciembre: los Viernes, a las 10h, 11h y 12h. Cada turno estará formado por un máximo de 15 personas.

Precio: Entrada gratuita. Lista de espera: 2 años y pico.

Para saberlo todo sobre la FUNDACiÓN CASA DE ALBA, conéctate a su web y su Facebook.

Fuentes:
- “Nosotros, los Alba”, El Mundo, Revista nº117, 11.I.1998.
- “El día que los comunistas salvaron el tesoro de los Alba”, de José María Rondón, El Mundo, 02.XI.2009.
- “Las dos vidas del Palacio de Liria”, de M. José Díaz de Tuesta, El País, 30.V.2011.
- “La duquesa de Alba... y Llíria”, de Susana Golf, de Levante-emv.com, 27.IX.2011.
- "¿Por qué el Palacio de Liria está dónde está?", de Manu García del Moral, del Blog Secretos de Madrid, 07.XI.2012.
- El Palacio de Liria, de VV.AA., Editorial Atalanta, 2012.
- “¿Visitar el Palacio de Liria? Sí, después de aguantar dos años en lista de espera”, de Karina Sainz Borgo, Voz Pópuli, 21.II.2013.
- “Palacio de Liria. Historia de un Edificio”, de Mario S. Arsenal, Culturamas, 05.IV.2013.

PD: Con "Detrás de la Fachada", Mi Petit Madrid pretender explorar los secretos mejor o peor guardados de los edificios emblemáticos o no de la capital. Si quieres compartir algunos con nosotras, aquí estamos y también aquí.

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