“El feminismo es una forma de vivir individualmente y de luchar colectivamente” (Simone de Beauvoir)

   Si, según la versión oficial de la Historia -escrita únicamente por hombres hasta no hace tanto-, los EE.UU. de Theodore Roosevelt fueron los primeros en celebrar un Día (nacional) de la Mujer el 28 de febrero de 1909; Rusia (obviamente no la de Putin sino la de Lenin) fue la que fijó en 1921 su fecha definitiva al 23 de febrero en el calendario juliano, es decir, el 8 de marzo en nuestro calendario gregoriano e imaginario femenino que, con el tiempo, sería adoptada por unanimidad (casi) universal. Sin embargo, detrás de este compromiso político-numérico masculino internacional, existen numerosos episodios, protagonizados por mujeres trabajadoras, que echaron las semillas de los primeros movimientos en defensa de los derechos de la mujer.

   En el ring europeo de la Historia del feminismo, se encuentra Francia con su famosa Revolución de 1789, su pomposa “Declaración de los Derechos de la Mujer y la ciudadana” de 1791 y sus embaucadores discursos ilustrados (no solo de Rousseau), pero que no fue capaz de conceder el derecho a voto a sus conciudadanas hasta 1945; luego, están Inglaterra con sus dinámicas activistas sufragistas, lideradas por Emmeline Pankhurst (1858-1928); y después, Alemania y su incansable luchadora, Clara Zetkin (1857-1933), que organizó -con la ayuda, entre otras, de su joven camarada marxista polaca, Rosa Luxemburgo (1871-1919)- la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas (actual Internacional Socialista de Mujeres), en Stuttgart, en 1907y la Segunda en Dinamarca, en agosto de 1910, donde proclamó el 19 de marzo como Día Internacional de la Mujer que se celebraría, por primera vez al nivel mundial, al año siguiente en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza.  

   A estas alturas de la película de la Mujer en la Historia, recordemos que, en 1911, las  mujeres seguían sin poder votar (excepto en Nueva Zelanda desde 1893, Australia desde 1901, y Finlandia desde 1906). En cuando a sus condiciones de trabajo, habla por sí solo el tristemente famoso incendio de la fábrica neoyorkina Triangle Shirtwaist Company, ocurrido el 25 de marzo de 1911, en el que murieron 123 costureras, quemadas o asfixiadas, al no poder salir del edificio cerrado a cal y canto por su dueño como respuesta a la amenaza de parte de sus obreras de hacer huelga. Y si, por fin, las mujeres consiguieron hacerse un hueco en el mercado laboral, a partir de 1914 -en particular en las industrias del armamento y del textil y en el sector de la Sanidad-, no fue precisamente por su cara bonita ni en aras de la igualdad de oportunidades, sino simplemente por las guerras -todas ellas mundiales e inciviles- que azotaron el planeta durante la primera mitad del siglo XX. Pero, eso sí, no habría marcha atrás posible.

   Después de este breve repasito (no exhaustivo) al cuerpo del delito contra los derechos fundamentales de más de la mitad de la Humanidad, seguimos sin saber qué conmemora el día 8 de marzo, que Lenin proclamó día festivo en su país, en 1921. El 8 de marzo de 1917, miles de obreras rusas tomaron las calles de Petrogrado (futura Leningrado y actual San Petersburgo) para pedir el cese de la guerra, pan y paz. El motín femenino marcó el inicio de la Revolución Rusa y la consiguiente caída del Zar. Entonces, cuando, en 1975, las Naciones (hasta cierto punto) Unidas celebraron el Año internacional de la Mujer, la organización mundial omitió mencionar el papel decisivo de las mujeres en los acontecimientos acecidos en la Rusia de 1917 (cuyo innegable origen no solo comunista sino ante todo revolucionario no podía encajar con las mentes del bloque de Oeste, recalentadas por la Caza de Brujas), pero resaltó la importancia de la propuesta de internacionalización del Día de la Mujer, que había formulado la activista alemana, Clara Zetkin, en 1911.

   Finalmente, con los cambios de mayoría -silenciosa o no-, la ONU rectificó el tiro y, el 8 de marzo de 2011, nos invitó a tod@s a celebrar por lo alto el supuesto centenario del Día internacional de la Mujer haciendo un mix entre el año (1911) en que se celebró por vez primera (un 19 de marzo) al nivel mundial (en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza) y que movilizó a más de un millón de mujeres; y el día (08 de marzo) en que las trabajadoras rusas levantaron cabeza y el puño en 1917. Por supuesto, durante las celebraciones, no se soplaron las velas por el derecho a voto de las mujeres ya que solo entró en vigor en 1913 en Noruega; en 1915 en Dinamarca; en 1918 en Alemania, Países Bajos, Polonia, Rusia, Austria y Inglaterra (pero solo para las mujeres de más de 30 años (¡toma castaña!); en 1919 en Bélgica; en 1920 en EE.UU. y Checoslovaquia (actual República Checa y Eslovaquia); en 1921 en Suecia; en 1928 en Inglaterra por fin para las mujeres de más de 21; en 1931 en España; en 1945 en Francia e Italia; en 1952 en Grecia; y en ¡¡1974!! en ¡¡Suiza!!

   Entonces, no olvides nunca que “el feminismo es una revolución no un reordenamiento de consignas de marketing, es una aventura colectiva para las mujeres pero también para los hombres y para todos los demás, una revolución que ya ha empezado, una visión del mundo, una opción. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres y los pequeños derechos adquiridos de los hombres, sino de dinamitarlo todo” (Virginie Despentes). ¡Queda dicho! y ¡feliz Día (a Día) de la Mujer!

Referencias útiles:

HUELGA FEMiNiSTA

¿CUÁNDO? El Jueves 08 de marzo de 2018.

¿DÓNDE? #HuelgaFeminista, convocada para celebrar el Día Internacional de la Mujer, por una sociedad más justa e igualitaria. ¡Descubre el Manifiesto aquí!

¿DÓNDE? Convocada en más de 150 países.

¿CUÁNTO? ¡Cuántas más, mejor!

Para saber más del evento, conéctate a la web de la HACiA LA HUELGA FEMiNiSTA 8M (también en Facebook y Twitter).

PD: Ilustración by Jara Domínguez.

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