En la década de los 60, durante las ansiadas vacaciones de verano -¿que pasan como un suspiro para los que las disfrutan o que se convierten en un suplicio para los que no las tienen?-, nació una expresión -por supuesto, 100% Made in Spain-, fruto de la ecuación explosiva entre el calor del estío y el boom del turismo extranjero en la España franquista: “estar de Rodríguez”. Lejos del supuesto sufrimiento que suponía quedarse solo, solito, solo, el estado pasajero de “soltería” veraniega se convirtió, ¿más en el imaginario colectivo que en la práctica?, en la mejor oportunidad para hacerlo todo, todito, todo, en ausencia de la parienta. Pero, hoy en día, ¿qué queda del macho ibérico sesentero, que se enfrentó, por vez primera y con la misma ilusión, tanto al polvo que tenía que limpiar como al que tal vez llegaría a echar? Crónica sentimental del “Rodríguez”, desde sus orígenes hasta ¿su desaparición?

   Al parecer, todo viene del uso que hacían del ahora famoso apellido, los caballeros (casados) cuando acudían a casas de citas o requerían el servicio de profesionales y que, por razones obvias, querían mantener oculta su identidad. Al ser uno de los más comunes en España, “Rodríguez” pasó a ser el seudónimo perfecto para echar una cana al aire conservando el anonimato. Si está claro que este acto de cobardía, quiero decir, de picardía, es tan antiguo como el hombre; la década de los 60 marcó un antes y un después para los españolitos infieles, que vieron en las míticas suecas una nueva válvula de escape, por decirlo de alguna manera. Y, de hecho, se dice, se comenta, se rumorea que también fue cuando los Rodríguez alcanzaron su cénit sexual y mediático.

   Como testimonio, quedan grabadas en nuestra memoria y en la historia del cine español, todas aquellas películas picantonas (del pre-destape), que hacían sonreír al español de clase media, el que después de mirarlas con su esposa (sin -s final a pesar de tener supuestamente la misma función psicológica que los grilletes), esperaba con ansias la llegada del verano para quedarse trabajando mientras su amada familia partía hacia una lejana playa. De hecho, sin saber qué fue antes, si el huevo o la gallina, algunos atribuyen el nacimiento de la expresión “estar o quedarse de Rodríguez” a este tipo de comedias y, más concretamente, a la protagonizada por José Luis López Vázquez en 1965, titulada (como no) “El cálido verano del Sr. Rodríguez”, del director Pedro Lazaga, a pesar de que, al final (de acuerdo con la censura de la época), aquel oficinista, que sufría y gozaba por igual de la soledad de su estío, pasara de todas las nórdicas y cayera rendido y arrepentido aún sin haber pecado, en los brazos de su añorada mujer.

   Una década después, el concepto y el argumento eran ya unos clásicos. Y, aún en 1975, cuando el mismo director, ya experto en la materia, repitió tan ilustre apellido erótico-festivo en el título de otra de sus cintas (acertando de lleno con el reparto), su “españolada” “Tres suecas para tres Rodríguez”, con Tony Leblanc, Rafael Alonso y Antonio Ozores como compañeros de desmadre, fue un auténtico taquillazo. Porque -para qué engañarnos- tener o no tener sexo fuera del lecho conyugal siempre ha sido (y será) la cuestión, y la expresión “quedarse de Rodríguez” se propagó como la polvo-ra y pasó a ser un dicho copular, ay perdón, popular, de lo más extendido.

   ¿Y en los tiempos que corren (nunca mejor dicho)? A todos se nos ocurren mil maneras de disfrutar de esa condición temporal (fiestas, despiporre, colegotes, relax en las tareas del hogar, en los horarios, en la vestimenta, liberación de las imposiciones o “sugerencias” de su pareja, etc.), menos a nuestra querida (y machista) Real Academia de la Lengua, que sigue afirmando que se trata de “un hombre casado que se queda trabajando mientras su familia está fuera”. Pues no, rotundamente no. ¡Señoras y señores, el “Rodríguez” del siglo XXI puede ser hombre o mujer...

   ¡Feliz devaneo, perdón, veraneo de Rodríguez a tod@s!

                                                   (De Lidia Martín, el 01 de agosto de 2014)

PD festiva (nº1): Y, si estás de Rodríguez este fin de semana, no te pierdas la tercera edición de Rockdríguez:

¿CUÁNDO? El Sábado 02 de agosto de 2014, a partir de las 21h30.

¿QUÉ? "Un año más llegan los calores a los madriles y es el momento de celebrar la III Rockdriguez Party, una "Noche de Rock and Roll para los supervivientes del verano en Madrid", con un combate ceslestial-musical entre Help Me Devil VS Reverendo & The New Preacher Boys, seguido por una vertiginosa pinchada hasta el amanecer con Las Vegas Dj's aka Telly Savalas y El Puma; y Los del Tiki Dj's aka Cheech y Chong.

¿DÓNDE? En la Sala Siroco
Calle de San Dimas, 3
28015 Madrid
915 933 070
M San Bernardo / Noviciado

¿CUÁNTO? 7 euros.
Más info en la web de la SALA SiROCO (también en Facebook y Twitter).

PD histórica (nº2): Por cierto, León es la provincia con más Rodríguez de nuestro país, al menos en lo que a apellidos se refiere. Este nombre de familia patronímico tiene su origen en el antiguo reino de León y se remonta a la época de la Edad Media. Significa hijo de Rodrigo y su terminación -ez, podría venir del idioma vasco a través del antiguo reino de Navarra.

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