A los 15 años, decidió cambiar su apellido en honor a su madre y usar su guitarra como su mejor forma de expresión. Payo de nacimiento, pero gitano de corazón, Paco de Lucía (1947-2014) se transformaba, cuando se escapaba a México, en Francisco Sánchez, un hombre entregado a su familia, que olvidaba giras y conciertos para reivindicar su condición de ser humano. Pero, hace un año, un 25 de enero, esta mortal condición se lo llevó, y silenció sus manos para siempre, en aquel entorno natural y salvaje de Playa del Carmen, que tantas veces le había salvado. Petit homenaje universal a uno de los mejores y más internacionales guitarristas de flamenco.

   De casta le venía al galgo. Su padre, Antonio Sánchez Pecino (1908-1994), fue un guitarrista y letrista de Algeciras, que se enamoró de una portuguesa llamada Lucía Gómez, y cambió los juguetes de sus 5 hijos por acordes y punteos. Su único afán era darles un porvenir y dignificar el arte del flamenco, y sin duda lo consiguió. Su educación y dedicación, compaginando las noches de tablaos con los días de venta ambulante de frutas y telas, permitieron a 3 de los herederos dejar volar su arte. El hijo mayor, Ramón de Algeciras (1938-2009), se decantó por la guitarra, y en los 70, acompañó a Camarón de la Isla; el mediano, Pepe de Lucía (1945) -padre de la cantante Malú- tiró por el cante, acompañando a Paco en su mejor momento y escribiendo temas para Camarón, Remedios Amaya o Alejandro Sanz; y por último, el pequeño, nacido en 1947, un niño espigado llamado Francisco, hizo de las cuerdas su idioma, y arrasó en el mundo con su inseparable guitarra. 

   En su casa, se respiraba un ambiente flamenco, que marcó su destino con frecuentes visitas de grandes de la disciplina, como el cantaor gitano Antonio “El Chaqueta”, Rafael “El tuerto” o Antonio Jarrita. Con sólo 6 años, el niño Francisco comenzó a recibir clases de guitarra de su padre y de su hermano mayor, y en poco tiempo, su arte sorprendió a alguno de los habituales como el maestro de la guitarra española, Niño Ricardo (1904-1972), o el impulsor del salto internacional del flamenco, Agustín Castellón “Sabicas” (1912-1990), dos influencias fundamentales para el futuro Paco de Lucía.

   En 1959, con apenas 12 años, aquel discípulo aventajado se estrenó en el cine-terraza de Algeciras junto a su hermano Pepe. Fue el detonante de su primer grupo, la banda familiar “Los chiquitos de Algeciras”, con la que no solo grabó 3 discos sino que también ganó, en 1962, el Concurso Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera, que tuvo que crear un premio especial para él debido a su corta edad. Con el dinero ganado, la familia decidió apostar por su talento. Se trasladaron a Madrid para que Paco y Pepe pudieran dejarse ver en tablaos flamencos, y en 1963, el coreógrafo italiano, José Greco, les fichó para una gira de 9 meses por Sudamérica, sin saber nadie que marcaría un antes y un después en la vida del joven Francisco.

   Ya no hubo marcha atrás, aquel viaje le había despertado una curiosidad, que ya nunca le abandonaría. Con 20 años, publicó su primer disco en solitario bajo el explícito título “La fabulosa guitarra de Paco de Lucía”, y gracias a él, conoció a un hombre que andaba dándole vueltas a las mismas notas flamencas, el cantaor Camarón de la Isla. El joven guitarrista “bastardo”, que se atrevía a traicionar el sonido purista, encontró en el isleño al perfecto compañero con el que arriesgar. Pop, jazz, salsa o bossa nova hicieron su aparición en 10 discos (de 1968 a 1977) mestizos, revolucionarios y criticados, que cambiaron el flamenco.

   En 1973, con tan solo 26 años, de Lucía sacó un disco que haría historia. “Fuente y caudal” contenía la rumba “Entre dos aguas”, uno de los temas flamencos más sonados y una de las melodías de guitarra más imitadas y estudiadas. Fue su ventana al mundo, y a partir de ese momento, todo se aceleró. En 1975, el joven músico llevó su flamenco al Teatro Real, poco después compartiría escenario con el guitarrista rockero mexicano, Carlos Santana, o el jazzero americano, Al Di Meola. De Lucía había logrado el sueño, que una vez arrancó su maestro “Sabicas”. Con él, la guitarra dejó de ser un mero instrumento de acompañamiento para convertirse en protagonista absoluto. Experimentó, arriesgó, rompió con la tradición y sufrió el rechazo de los más puristas, pero logró llevar más lejos que nadie el flamenco, y sumar otros sonidos ahora imprescindibles como el del cajón, originario de Perú.

   El guitarrista fue un hombre inquieto, culto y amigo de sus amigos. Premio Príncipe de Asturias de las Artes, Doctor Honoris Causa en la Universidad de Cádiz, Medalla de Oro al Mérito en las artes, amante del cine de Willy Wilder y de la escritura de Oscar Wilde, Paco de Lucía supo transmitir el duende como pocos y disfrutar hasta el último momento. ¡Muchas gracias, maestro!

                                                (De Lidia Martín, el 25 de febrero de 2015)

Referencias útiles:
(Mi PETiT) HOMENAJE A PACO DE LUCíA

(1) Hoy, Miércoles 25 de febrero de 2015, a medianoche, La 2 recordará a Paco de Lucía en el primer aniversario de su muerte con la emisión del documental “Francisco Sánchez. Paco de Lucía” (2002), de Jesús de Diego y Daniel Hernández.

(2) El pasado 08 de febrero de 2015, “Paco de Lucía: la Búsqueda”, de Curro Sánchez Varela, ganó el Premio Goya a la Mejor Película Documental.

(3) Hoy, Miércoles 25 de febrero de 2015, a las 20h30, en Sevilla, gran Homenaje a Paco de Lucía “Un años sin Paco”, en el Teatro de la Maestranza, con un cartel de lujo encabezado por los guitarristas Antonio Sánchez, Dani de Morón, José María Bandera y Gerardo Núñez, entre otros.

(4) Próximamente, Metro de Madrid inaugurará la nueva estación Paco de Lucía, fruto de la colaboración entre 3 artistas urbanos, Rosh333, Okuda y Antonyo Marest, gracias al proyecto Línea Zero.

Finalmente, para seguir los pasos (re)creativos póstumos de PACO DE LUCíA, conéctate a su web y su Facebook.

PD: Ilustración by Tutticonfetti (también en Facebook y Twitter).

[Volver a Mi Petit Discoteca, Callejero o Blogosfera]