Esclavo en Cuba vendido a un comerciante de Bilbao, conoció la gloria en París, pero murió solo y su recuerdo quedó sepultado en una fosa común de Burdeos en 1917. Entre los diferentes títulos programados por el festival Tu cita con el cine francés, organizado por UniFrance para presentar en primicia las cintas galas que llegarán a nuestras pantallas los próximos meses, "Monsieur Chocolat", de Roschdy Zem y protagonizada por el actor de “Intocable” y “Samba”, Omar Sy, narra la increíble trayectoria de Rafael Padilla. (Petit) Homenaje al primer artista “exótico” de la Belle Epoque. 

   Poco se sabe de su infancia ya que, al ser hijo de esclavos, ni su nombre ni tampoco su fecha y lugar de nacimiento aparecen en el registro civil de La Habana, donde su familia trabajaba en una plantación. Según su biógrafo Gerard Noiriel -en cuya obra se inspira la cinta-, nació entre 1865 y 1868, seguramente en un suburbio de la capital cubana, y se llamaba ¿o le impusieron? el nombre de pila Rafael al que se añadiría 50 años después el apellido Padilla en su certificado de defunción. En 1878, sus padres consiguieron escapar, y dejaron a su hijo al cuidado de una anciana cubana sin poder imaginar que lo vendería enseguida a un adinerado comerciante vasco, llamado Patricio del Castaño.

   Una vez en España, donde supuestamente la esclavitud ya estaba abolida, Rafael pasó a ser un hombre libre... que trabajaba de sol a sol al servicio de la madre del empresario en Sopuerta sin salario a cambio. Entonces, después de aguantar durante 4 años los insultos así como los baños con estropajo (para blanquearle la piel) de sus compañeros, Rafael repitió la historia de sus padres: huyó corriendo (literalmente) en busca de un futuro mejor. Solo en el mundo y sin dinero, trabajó primero de peón portuario, y luego, de minero hasta que un domingo de 1884 conoció en una taberna de Bilbao a Tony Grice.

   A decir verdad, fue el payaso inglés el que se fijó en la personalidad de Rafael. Divertido, fuerte y “exótico”, en cuanto hablaba, el joven de entre 16 y 19 años captaba la atención de todos. Entonces, Grice le invitó a unirse a la gran familia circense itinerante en calidad de ayudante. Sin dudarlo ni un segundo, Rafael aceptó, y nada más empezar de aprendiz, adoptó el nombre escénico (racista y colonial) de Chocolat, pero en 1886, a pesar de su exitoso debut en París, Grice le despidió por derramar salsa en el vestido de su mujer durante el bautizo de su primer hijo sin saber que el gran payaso (también inglés) Tudor Hall aka Foottit, que se encontraba entre los convidados, aprovecharía la ocasión para contratar a Chocolat antes de que saliera por la puerta de atrás. Había nacido el que sería el dúo más famoso y longevo de la historia del circo.

   Durante 15 años, Chocolat y Foottit, el payaso negro y el payaso blanco, compartieron pista y fama (casi) por partes iguales, revolucionando la escena clounesca europea con parodias inéditas y imprevisiones sorprendentes, y entraron definitivamente en la memoria colectiva al ser inmortalizados por el pintor Henri de Toulouse-Lautrec en 1896 en su cuadro “Le Cirque”, y filmados por los hermanos Lumière en 1900. Y cuando se acababa la función, Rafael volvía a casa donde le esperaba su media naranja, Marie Grimaldi, una cantante gala divorciada y con 2 hijos, Eugène y Suzanne, que el artista educó como si fueran suyos; y a pesar de que nunca llegaron a casarse por no tener los papeles que probaran la existencia administrativa del famoso payaso, Marie siempre llevó el apellido Chocolat para legalizarlo a su manera. Un acto casi heroico en una época en la que la mayoría de los orgullosos habitantes del país de la Declaración de los Derechos Humanos del Hombre y del Ciudadano (de 1789) aún condenaba con vehemencia a las (pocas) parejas mixtas, que se cruzaban por la calle.

   Finalmente, en 1905, el Nouveau Cirque parisino no renovó el contrato al dúo. Los tiempos y las modas habían cambiado, y los dos artistas decidieron separarse para emprender una carrera en solitario o, mejor dicho, con sus hijos respectivos. Después de intentar abrirse camino en el teatro, sin éxito, Chocolat tuvo la genial idea de actuar en los hospitales para niños enfermos, pero a pesar de las notables mejoras de los pacientes, la entrada de Francia en la Primera Guerra Mundial y su afición al alcohol pararon su carrera para siempre. Rafael Padilla murió el 04 de noviembre de 1917 en Burdeos.

   Al rehabilitar la memoria de un hombre sin nombre, la cinta “Monsieur Chocolat” destapa parte de nuestra historia... siempre escrita por los vencedores hasta ahora...

Referencias útiles:
MONSiEUR CHOCOLAT

¿CUÁNDO? El Sábado 09 de abril de 2016, a las 22h.

¿QUÉ? Pre-estreno de “Monsieur Chocolat”, de Roschdy Zem con Omar Sy, James Thierrée y Clotilde Hesme.

¿DÓNDE? En los Yelmo Cines Ideal
Calle del Doctor Corteza, 6
28012 Madrid
902 220 922 (Venta telefónica)
M Tirso de Molina

¿CUÁNTO? 7,50 euros aquí.

Para saberlo todo del evento, conéctate a la web del iNSTiTUTO FRANCÉS (también en Facebook y Twitter).

Fuentes:
- “Foottit et Chocolat”, de Dominique Jando para la Circopedia;
- “Chocolat, el esclavo que vivió en Bizkaia”, de Elixane Castresana para Deia; 23.I.2016;
- “Rafael Padilla, premier héros populaire noir”, de Sophie Joubert para L’Humanité, 02.II.2016;
- “Españoles de Cuba: Rafael Padilla”, de Rafael Altamira para DLM, 07.II.2016.

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