Llegaron en plena Movida con letras optimistas, melodías pegadizas y “ramoneras”, y una imagen desenfadada pero sin estridencias. Era justo lo que se necesitaba: un soplo de aire fresco gamberro. Ellos eran simplemente 4 veinteañeros, que soñaban con ser estrellas, y lo lograron. No había término medio. O te entusiasmaban, o los aborrecías, pero en cualquier caso, aquellos jovencitos pusieron mayúsculas al pop español, lo hicieron brillar, y fueron los primeros en vivir el “fenómeno fan”, que los idolatró, encumbró, amó, agobió, e incluso, les hizo temer por su integridad como nunca antes había ocurrido en el panorama musical español. Han pasado 30 años (y 1 día) desde que salió el single “Devuélveme a mi chica”, himno de toda una generación -que a las pocas semanas convirtió su primer LP, en disco de oro con más de 50.000 copias vendidas-; y el próximo 26 de junio lo celebrarán en Las Ventas.

   Todo empezó en 1982 por un choque en los pasillos de TVE, adonde Rafael Muñoz (guitarra) y David Summers (voz y bajo) solían acudir para hacer de figurantes en el mítico programa musical “Aplauso”. Entre toma y toma, se pusieron a hablar de música, de instrumentos, de artistas admirados; una cosa llevó a la otra, y pactaron un intercambio: David tocaría el clarinete para la banda de Rafa, y Rafa haría lo propio con su guitarra para el grupo de David. En realidad, Summers llevaba ensayando varios meses con sus amigos de toda la vida, Daniel Mezquita (teclados y guitarra) y Javier Molina (batería), pero no fue hasta ese nuevo fichaje -Rafa ya había hecho sus pinitos en su grupo Plástico, y su hermano era Felipe Lipe, bajista de Tequila-, cuando las cosas empezaron a funcionar.

   Instalaron su base de operaciones en el bar Rowland, cerca del Parque de las Avenidas, y allí, como en su segunda casa, le dieron vueltas a ritmos, letras y por supuesto, a su nombre. Atrás quedaron propuestas como “Los Residuos” o “La Burguesía Revolucionaria”, e incluso “Bonitos Redford”, apodo con el que debutaron en 1983, en la mítica sala Rock-Ola, donde se gestó la Nueva Ola, reconvertida después en Movida madrileña, y donde llamaron la atención de Los Nikis, frescos y divertidos como ellos, que les pasaron el contacto de su discográfica. La respuesta fue inmediata, y repensando su nombre con vistas a una carrera musical real, se decantaron por la traducción del título de la película “G-Man” (1935), de William Keighley, protagonizada por James Cagney y Ann Dvorak, en la que los “Hombres G” eran agentes especiales del FBi.

   Solo 1 año después de aquel encuentro fortuito, la nueva formación sacó dos singles con cara B, “Venezia / Milagro en el Congo” y “Marta tiene un marcapasos / La cagaste Burt Lancaster”, y no hizo falta más. Sin embargo, su discográfica medio arruinada no pudo respaldarlos, y los chicos desencantados, estuvieron a punto de tirar la toalla con un concierto de despedida en la Sala Autopsia. Aquella noche, lo dieron todo, y el boca a boca hizo el resto llegando a oídos de un productor llamado Paco Martín, -el mismo que hizo posible el nacimiento de Los Secretos, Antonio Vega o Los Rodríguez-, que junto a Pepe Escribano de la tienda Escridiscos, había montado el sello Twins. Solo necesitó escucharlos una vez para hipotecar su casa, y con el dinero obtenido, sacar su primer LP “Hombres G” (1985), bajo la batuta del productor Paco Trinidad. ¡Acertó! Vendieron 1 millón de discos, algo inaudito en una época en la que tener éxito era alcanzar las 100.000 copias. Aquella melodía Beatles, con el frenesí de los Ramones y cierto toque british New Wave, convenció aunque, muchos años después, el propio David Summers confesaría que en realidad ese deje punk de los inicios no era más que la consecuencia de no tener ni idea de tocar.

   El fenómeno era imparable, y antes de sacar al mercado su 2º álbum, “La cagaste… Burt Lancaster” (1986), ya tenían peticiones de compra que superaban las 60.000 unidades. Era el nuevo grupo de moda, con su “uniforme” de camiseta y vaquero, y una imagen de modositos canallas, que arrasaba entre los pijos, y los no tan pijos, con una autenticidad, que aumentaba proporcionalmente a la locura de sus fans. Las seguidoras se agolpaban en las puertas de sus casas, les obligaban a salir de los conciertos en ambulancias o coches de policía, e incluso, llegaron a enviarles cartas de amor escritas con sangre, o a jugarse la vida, como aquella chica que escaló 7 pisos por la fachada de un hotel para lograr un autógrafo de David Summers.

   A España le siguieron Perú, México, Venezuela… no importaba el lugar, el publico se entregaba a estos 4 chicos, que aún no acababan de creer todo lo que les estaba pasando. De hecho, su primer concierto internacional fue en Lima, y con 21 añitos recién cumplidos, David y sus colegas encontraron al llegar al aeropuerto a una masa enloquecida, que disparó las alertas de seguridad del avión. La tripulación tardó un buen rato en entender que los causantes de tal revuelo eran 4 adolescentes, que habían viajado con ellos. Al día siguiente tocaron ante ¡80.000 personas! (que se dice pronto).

   En solo 1 año y con 2 trabajos en el mercado, habían alcanzado el millón de copias vendidas. Imparables y bajo la atenta mirada del director y humorista gráfico Manuel Summers, padre de David, llegó la película “Sufre, mamón” (1987), que provocó un caos de más de 10.000 fans, arremolinadas en las puertas del Cine Rialto de la Gran Vía para el estreno. Ni el grupo, que tuvo que encerrarse en una habitación, ni el público, que no paraba de gritar, pudieron disfrutarla. Llegaron más giras, fans, guardaespaldas, llenos absolutos, nuevos discos, la agotadora promoción, viajes, flashes, platós de televisión, y una nueva película, “Suéltate el pelo” (1988), de nuevo firmada por Manolo, que salió al mercado a la vez que su disco “Agitar antes de usar”. Le siguió “Voy a pasármelo bien” (1989), toda una declaración de intenciones de un grupo ya consagrado, que podía crear sin presión y esperar la respuesta de un público que le seguía siendo fiel. Y así, en pleno auge de su carrera, después de 7 años sin apenas descanso, cansados, agotados, hartos los unos de los otros, con “Historia del bikini” (1992), Hombres G dijo adiós.

   Afortunadamente, tras 10 años de retiro y varios recopilatorios y homenajes después, el grupo se reencontró en 2002 con temas inéditos y una gira titulada “Peligrosamente juntos”, que recordó a un público mucho más maduro y calmado cuál había sido la banda sonora de su juventud. En realidad, nunca habían dejado de sonar ni de vender. De hecho, Daniel, que al cerrar la etapa de Hombres G entró a formar parte de la discográfica que poseía todo el catálogo de la banda, había venido observando como las ventas seguían en activo, y fue el que les propuso responder de alguna manera a sus seguidores. Al año siguiente y bajo el reclamo de Dani Martín -de El Canto del Loco-, arrancaron una gira conjunta, que les hizo marcar otro hito en la historia musical patria con un lleno absoluto del Vicente Calderón.

   De nuevo, con el gusanillo en el cuerpo, en 2007, sacaron su décimo trabajo “10” con Carlos Jean como productor, al que le siguieron “Desayuno Continental” (2010) y “En la playa” (2011), un acústico grabado en Zahara de los Atunes, junto a nuevos y antiguos amigos como Pereza, Ana Torroja o Miguel Bosé. No hubo año sin nueva propuesta: gira en 2012, el musical “Marta tiene un marcapasos”, en 2013; nuevos temas y bolos, en 2014; y por fin en 2015, 30 años sobre el escenario que festejarán en Las Ventas, que arrancó con 2.500 localidades vendidas en la primera hora.

   Hace algún tiempo, viéndose envejecer, David le pidió a su mujer que no le dejara cantar “Sufre, mamón” con 50 años... Confiamos en que no se lo haya recordado…

                                             (De Lidia Martín, el 03 de junio de 2015)

Referencias útiles:
HOMBRES G

¿CUÁNDO? El Viernes 26 de junio de 2015, a las 22h.

¿QUÉ? Gira “30 años y 1 día” de Hombres G con 15 conciertos únicos.

¿DÓNDE? En la Plaza de Toros Las Ventas
Calle de Alcalá, 237
28028 Madrid
913 562 200
M Ventas

¿CUÁNTO? De 25 a 35 euros (+ gastos). ¡Reserva tu plaza ya aquí!

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