Desde que, un viernes 13 de octubre de 1307, el rey Felipe IV de Francia, el Hermoso, ordenara el arresto simultáneo de los Caballeros Templarios, acusados de diversos crímenes en contra la cristiandad, la ancestral triscaidecafobia (miedo al número 13) y posterior friggatriscaidecafobia (miedo al viernes 13) han alimentado no solo el imaginario (y paranoia) del pueblo sino también las páginas (y teorías) de numerosos estudios (seu)científicos. Crónica sentimental de un ¿enigmático? mito universal.

   Según la mitología nórdica (precristiana), la mala fama del número 13 empezó cuando el diabólico Loki, dios del fuego destructor y maestro del engaño, ninguneado por el resto de la “tribu” divina, compuesta por 12 dioses que convivían en paz y armonía en el Valhala (o “Jardín del los dioses”), decidió meter cizaña en el tradicional banquete anual al que, una vez más, no había sido convidado. Como solo cabían 12 comensales alrededor de la mesa, maquinó una terrible lucha entre Baldo, el dios de la luz, y su hermano gemelo y antitético Herder, el dios de la oscuridad, que acabó con la muerte antinatural del primero a manos del segundo. Huelga decir que nadie probó bocado y que, a partir de aquel fatídico episodio, la maldición del número 13 traspasó las fronteras escandinavas y se convirtió en superstición en todo el planeta.

   Entre las más conocidas, podemos citar el número de comensales en la Última Cena que también contó con un traidor, Judas (el Loki de turno); los 13 espíritus malignos que describe la Cábala; el capítulo 13 del Apocalipsis que predice la venida del anticristo; el Consejo de los Trece de la orden (masónica) de los Illuminati (que darían muchísimo juego y jugo al best seller El código Da Vinci); y el Arcano XIII del Tarot que corresponde a la carta de La Muerte. Las ideas ilustradas y los progresos científicos no consiguieron cambiar nada al respecto. Por ejemplo, según los expertos en supersticiones, la vida de Richard Wagner (1813-1883) estuvo íntimamente vinculada al número 13 ya que nació en un año acabado en 13, la suma de las letras de su nombre y apellido así como la de los números de su año de nacimiento es igual a 13, compuso 13 óperas y falleció un día 13. En cuanto a la mala suerte del compositor romántico alemán, siguen buscándola. Aún así y por si acaso, en EE.UU., la mayoría de los edificios no tienen piso 13; en España, el DNi nº13 no existe ni tampoco la línea de bus nº13 en Madrid; antes de lanzar la edición Office 2010 (la décima tercera actualización del famoso paquete de aplicaciones del gigante americano), Microsoft decidió bautizarla “versión 14” en el último momento; y las líneas aéreas no suelen tener asientos nº13 sino 12 bis.

   Pero volvamos al dichoso viernes 13. Por lo que se ve, el rey de Francia que acabó con los Caballeros Templarios, acusados de herejía, idolatría y sodomía, y condenados a morir quemados en la hoguera por la Santa Inquisición, estaba endeudado hasta las cejas y no podía hacer frente a la deuda contraída con... precisamente la Orden (militar) del Temple cuyos miembros adinerados, además de participar eficazmente en las Cruzadas, eran prestamistas y acreedores en toda Europa en general y en Francia en particular. En ese contexto, la decisión de destruir la “secta” que -se decía- custodiaba secretos íntimos de la Iglesia como el Santo Grial, no fue motivada por cuestiones morales y éticas sino por razones estrictamente económicas.

   Por supuesto, la Historia se quedó con el castigo ejemplar que dio el poder establecido. Como bien dijo Orwell, “la Historia la escriben los vencedores”. Y tú ¿sigues en tus trece?

PD: En cuanto al Martes 13, también se le asocia a la mala suerte en España y en los países de Latinoamérica, debido a la etimología de la palabra Martes, que viene de “dies Martis” o Día de Marte, el dios de la guerra. Y, como tenía que ser los refranes están aquí para recordárnoslo:
- “En 13 y martes, ni te casas ni embarques”;
- “En martes, ni tela urdas ni hija cases; ni las lleves a confesar que no dirán la verdad”.
- “Para un hombre desgraciado, todos los días son martes”.

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