La idea es que, para el año 2024, podamos entonar sin interrogaciones la mítica canción de David Bowie, “Life on Mars?”, gracias a Mars One, un proyecto científico, sociológico y antropológico, con tintes mediáticos, que aspira a convertirse en una aventura espacial y televisiva sin precedentes. Una especie de Gran Hermano del Universo, que nos irá contando cómo pasa la vida en el planeta rojo y telúrico. ¿Ambicioso? Sí. ¿Imposible? La palabra no figura en el diccionario del investigador holandés, Bas Lansdorp, todo un conquistador del siglo XXI, empeñado en colonizar Marte en más o menos una década. Y, entre los aspirantes al viaje sin retorno, se encuentra Núria Tapias (retratada aquí), que sabrá hoy, Martes 02 de diciembre de 2014, si morirá en Marte.

   Lansdorp. ¿Majadero? ¿Visionario? Mars One ¿Aventura? ¿Investigación? ¿Negocio? El tiempo lo dirá. De momento Lansdorp es millonario, avispado y negociante. ¿Para qué seguir buscando vida en Marte? La enviamos y listo. Conseguir que alguien patrocine un proyecto casi de ciencia ficción tiene tanto mérito como convencer a un grupo de humanos para que emprendan un viaje espacial sin billete de vuelta. E, irónicamente, lo que hace que esta misión sea mucho más viable que otras de iguales aspiraciones, es precisamente que el trayecto solo es uno. Y ya hay empresas apuntadas al proyecto, que empezará con el envío de satélites de comunicación a partir de 2018, cuya misión, la primera, consistirá en rastrear los 144.798.500 kilómetros cuadrados de la oxidada superficie del cuarto planeta del sistema solar, en busca de la mejor ubicación para instalar a los futuros habitantes. 

   Entre las críticas, se lleva la palma el terrible destierro, aunque sea voluntario, al que se condena a los participantes. ¡Adiós familia, hogar, trabajo, amigos y mascotas! Los elegidos, que viajarán en fases diferentes, se afincarán en Marte para siempre como, por ejemplo, Núria Tapias que firmó una de las 200.000 solicitudes de humanos aspirantes a viajar al planeta de irás y no volverás. Núria tiene 30 años, estudió filosofía y, de momento, vive en Calafell. Aunque siempre le ha apasionado la astronomía, tardó dos meses en decidirse a enviar la solicitud. A partes iguales, su familia y amigos aplauden y rechazan semejante locura. Pero a ella le animó saber que, tras el proyecto, hay científicos de indudable competencia como el Premio Nobel de Física 1999, Gerardus T´Hooft. El primer vuelo podría costar unos 6.000 millones de dólares. Los viajes posteriores, uno cada dos años, unos 4.000 millones. Los terrícolas irían llegando progresivamente.

   ¿Cómo  financiar semejante periplo? Además del viaje viaje suborbital de ida y vuelta que se ha rifado en la web para ir haciendo caja, y de las aportaciones privadas, la pretensión de sus impulsores es convertir esta aventura en un programa de telerealidad, que durará una década. Un acontecimiento mediático a nivel mundial. La competencia se ha venido arriba. ¿Tiemblen los productores de Gran Hermano? Para la retransmisión de la aventura, Mars One ha firmado un contrato con la productora de televisión Darlow Smith Productions, que ¿casualmente? es una filial de Endemol, la empresa holandesa de comunicación propietaria de los derechos del sempiterno y rentable “Gran Hermano”. Ufff, todo queda en casita.

   Aunque los promotores de Mars One aseguran que la idea puede hacerse realidad con la tecnología ya existente, los preparativos no son sencillos. La fase más “emocionante”, según el arquitecto Kristian Von Bengston, encargado de construir la réplica de los hogares marcianos habitables para los terrícolas. Una especie de “adosados” blancos (en la ilustración), en forma de caldero invertido, a los que se accede por altas escaleras, y cuyo interior ha sido decorado en tonos blancos y verdes, con un mobiliario de obligado estilo futurista. Allí vivirán, comerán, beberán, amarán y odiarán como seres humanos que son, en un mundo de marcianos. Y nosotros, ya seamos cobardes, ya escépticos con las orejas gachas, les espiaremos por ese agujerito llamado televisión.

   Es de suponer que los entrenamientos de los aspirantes a residir en Marte, también van a ser extremadamente duros. Los intrépidos aventureros serán tratados como astronautas profesionales. Imaginamos que han devorado libros de astronomía y geociencia. Siempre pintamos Marte con un perfil parecido al del desierto de Tabernas. Pues, no es tan diferente. Los terrenos son rocosos, los polos se congelan, los vientos rachean, las dunas se trasladan con sigilo, y el tiempo meteorológico también se divide en estaciones. Y, aunque se hayan detectado flujos de agua, no tiene mar. Las vacaciones, por tanto, serán distintas a las de la Tierra.

   Si, precisamente ahora, estaba usted pensando en irse para no volver nunca jamás, Mars One es una oportunidad. Pero ¡atentos! porque las naves espaciales no pasan tantas veces ante nuestros ojos, y menos con tan excéntrico destino. 

PD (nº1) medioambiental: El paleontólogo virtual, Jason Hunter, dijo haber identificado una rana, en una de las 202 fotos remitidas desde Marte por el robot Curiosity. Se cree que es el cuarto animal, o parecido, encontrado en el Planeta Rojo. 

PD (nº2) literaria: ¿Cuánto tiempo hace que no releen Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury?

PD (nº3) intelectual: Por si te pica la curiosidad, puedes hacer las Pruebas de entrenamiento en español aquí.

                                      (De Sol Alonso, el 02 de diciembre de 2014)

Referencias útiles:
Para seguir los pasos marcianos de MARS ONE, conéctate a su web, su canal YouTube, su Facebook y su Twitter.

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