En 1927, una joven novicia de la Abadía de Nonnberg, llamada María Augusta von Kutschera, se casó con un oficial retirado de la Armada austro-húngara, que la había contratado apenas un año antes como institutriz de uno de sus hijos. En 1938, cuando Austria fue anexionada por la Alemania nazi, en los albores de la II Guerra Mundial, la familia arruinada huyó del régimen totalitario, y se refugió en Italia antes de dar el salto a Estados Unidos como un pintoresco grupo de cantores austríacos, y durante casi veinte años, gozó de fama y éxito internacional. Era la familia Von Trapp.

   El 22 de febrero de 2015, una de las cantantes más portentosas de todos los tiempos, Lady Gaga, interpretó en la Gala de los Oscar un mix de canciones, encabezado por “The sound of music”, para anunciar la llegada en el escenario de una emocionada Julie Andrews. Era el homenaje de la Academia de Hollywood a “Sonrisas y Lágrimas” por el 50º aniversario de su estreno.

   Entre aquella boda y la 87ª Edición de los Oscar… un mundo.

   Conocida en España como “Sonrisas y Lágrimas”, el musical se estrenó el 02 de marzo de 1965. A día de hoy y ajustándola a la inflación, es la tercera película más taquillera de todos los tiempos, detrás de “Lo que el viento se llevó” y “La Guerra de las Galaxias”. Con ella, la 20th Century Fox se salvó de la ruina en que estaba sumida tras el fracaso de “Cleopatra”, y Julie Andrews, la actriz que había encandilado a medio mundo con la “Mary Poppins” de Walt Disney, se convertía definitivamente en una estrella. Además, Salzburgo, una pequeña ciudad en el corazón de Europa, logró, por si sola, sacar a Austria de los rigores de una postguerra de los que no había logrado recuperarse, y se alcanzaba una osadía: contextualizar una historia relativamente amable en plena Guerra Mundial. El Oscar a la Mejor Película, que arrebató a la favorita “Doctor Zhivago”, además de otros cuatro (al Mejor Director, Sonido, Montaje y, por supuesto, Dirección Musical) y un rodaje, lleno de anécdotas y avatares, contribuyeron a construir su leyenda.

   La cinta cuenta la historia de amor entre una joven novicia y un capitán viudo y padre de 7 hijos. Hasta ahí ambas vidas son idénticas, pero lo cierto es que la realidad de los Von Trapp fue bastante distinta a la retratada en la película de Robert Wise, que se basó muy libremente en la autobiografía, escrita por la propia María en 1948, y por cuyos derechos recibió la exigua cantidad de medio millón de dólares. La primera y segunda adaptación de la obra fueron alemanas, y se realizaron al principios de los años 50. En 1958, llegó a Broadway con libreto de Howard Lindsay y Russell Crouse, y los mejores compositores del momento, Richard Rogers y Oscar Hammerstein II, escribieron el que fue, sin duda, su mejor musical. En menos de un año, la Fox se hizo con los derechos, pero tuvo que esperar a que la obra terminara sus más de 1.400 representaciones para poder llevarla al cine. Desde entonces, se ha producido en más de una docena de ocasiones en los escenarios de Londres, Nueva York, París, Melbourne, Buenos Aires y Madrid, donde ha visto la luz en tres ocasiones: 1968, 1982 y 2012.

   Cinco años después de debutar en Broadway, se inició el rodaje de la película. Y once semanas, 200 personas de producción, 600 extras y 8,2 millones de dólares después, se terminó en verano de 1964. Pero llegar hasta ahí no fue tarea fácil: William Wyler y Billy Wilder habían rechazado dirigirla; se había pensado en Doris Day para el papel de María pero la única condición de Robert Wise para ponerse detrás de la cámara fue que la británica Julie Andrews la protagonizase. Fue también gracias al criterio del director que Christopher Plummer se hizo con el papel de capitán Von Trapp, en lugar de Dean Martin, y que Eleanor Parker interpretara a la baronesa Schroeder dejando atrás a Debbie Reynolds... Encontrar a los 7 niños fue la misma odisea que rodar casi íntegramente la película en los exteriores de Salzburgo. Y cuando todo estaba lista, la verdadera María se presentó en el rodaje sin avisar, y estuvo varios días interfiriendo en las labores de Wise que, eso sí, le permitió hacer un pequeño cameo para apaciguarla un poco (pasa por debajo de un arco mientras Andrews canta por las calles de Salzburgo).

   En la vida real, la adorable María del cine fue, sin embargo, una institutriz bastante ruda y robusta, que con tan solo 21 años se enamoró de un viudo de 27 años mayor que ella. Juntos tuvieron otros 3 hijos, y decidieron huir de Austria cuando el mismísimo Hitler solicitó que la familia cantase ante él por su cumpleaños. Pero el Hollywood de la época prefirió evitar incluir la presencia del dictador en la película así como algunas otras cuestiones, como el pasado socialista y ateo de la joven María, la ruina a la que se vio abocada la familia o que sus inicios estuvieron ligados a la música sacra. La cinta se inventó a la baronesa Schroeder y al tío Max, y tampoco hubo huida a pie por los Alpes ni traición alguna...

   Cuando la familia Von Trapp llegó a Estados Unidos, su repertorio musical cambió radicalmente gracias al olfato para las finanzas y el espectáculo de María, haciendo suyo el sueño americano. Sus posteriores memorias, la venta de los derechos y una ambición evidente por exprimir al máximo su edulcorada vida, llevó a María Von Trapp a hacerse con unos terrenos en Vermont, que hoy constituyen un complejo hotelero de primer nivel donde algunos de los nietos aún residen.

   El capitán murió en 1947, y poco después de la disolución del grupo, a finales de los años 50, María se fue de misionera a Papúa Nueva Guinea con una de sus hijastras y una nieta. Cooperó en la reconstrucción de Austria tras la guerra, aportando fondos y alimentos por lo que Pío XII le concedió la Medalla de Dama de la Orden del Santo Sepulcro, y renegó del nazismo hasta el último día de su vida. Fue amiga de Julie Andrews durante años, y salió con ella en varios shows televisivos, lo que le permitió volver a conocer la fama por segunda vez gracias a una película que, hoy sabemos, está llena de imprecisiones.

   El director Robert Wise, por su parte, logró con “Sonrisas y Lágrimas” parte del éxito que se le resistió con “West Side Story”, pero nunca estuvo demasiado conforme con el tufillo ñoño de la historia; Christopher Plummer se hartó de ser reconocido por el que consideraba uno de los trabajos menos interesantes de su carrera mientras Julie Andrews se resarcía de los desaires que le había hecho la industria de Hollywood al sacarla dos años antes del elenco de “My Fair Lady” en favor de una Audrey Hepbrun a la que -encima- le obligaron a prestar su voz. La carrera de los niños estuvo marcada siempre por la película, y fueron grandes amigos. Algunos de ellos siguen vinculados al mundo del cine.

   Si bien es verdad que “Sonrisas y lágrimas” no es el mejor musical de la historia del cine, que no tiene la perfección estética ni la espectacularidad de “Cantando bajo la lluvia”, que no fue un hito generacional como “West Side Story”, ni un delirio del Technicolor -o de cualquiera otra técnica- como “Un americano en París”, ni es elegante como “Sombrero de copa”, ni subversiva como “Jesucristo Superstar”, ni tampoco marcó un antes y un después en la historia el cine como “El Mago de Oz”, ni es un musical sobre el universo infantil como “Annie”, que su temática y estética estaban a años luz del cine por excelencia de los 60, marcada por historias de antihéroes, submundos y sentimientos, que diseccionaban la ideología, la guerra, la familia, el amor o la insatisfacción social o sexual; “Sonrisas y lágrimas” es sin embargo el musical más popular de todos los tiempos… Simplemente porque es un canto al amor al amado, a los hijos, a Dios, a la música, a la patria… Una historia universal y transgeneracional, que recordó al mundo que, en medio de la guerra y el horror, el amor, la alegría y la salvación siguen siendo posibles... al ritmo de “The hills are alive with the sound of music”…

                                             (De Belén E., el 01 de septiembre de 2015)

Referencias útiles:
Para seguir los pasos (re)creativos en inglés de THE SOUND OF MUSiC, conéctate a su Facebook y su Twitter.

PD: Y si eres un forofo de “Sonrisas y Lágrimas”, no te puedes perder la Gala “The Sound of Music”, organizada en Salzburgo, para celebrar el 50º aniversario del estreno del musical.

¿CUÁNDO? El próximo 17 de octubre de 2015, a las 19h.

¿QUÉ? Musical homenaje de "The Sound of Music", acompañado por el Mozarteum Orchestra Salzburg.

¿DÓNDE? En el Salzburger Landestheater
Schwarzstraße 22
5020 Salzburg
00 43 662 871 512 222

¿CUÁNTO? Entre 40 y 60 euros aquí.

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