Nada más llegar, van a tu encuentro con una sonrisa, un paraguas si llueve y con un “¿cómo ha ido el viaje?” que, desde el primer momento, te hace sentir como en casa... por no hablar del olor a bizcocho que se está cocinando en su horno de leña y que enseguida podrás probar… ¡Bienvenidos a La Casona Azul!

   Hace 17 años, Covadonga Fernández, periodista por vocación y cántabra de corazón, decidió liarse la manta a la cabeza y compró un palacio indiano del siglo XIX, situado en el corazón de Cantabria. A tan sólo 3 kilómetros del Balneario de Puente Viesgo y de sus célebres cuevas prehistóricas, y a 25 de la playa, la Casona Azul que sus antiguos y primeros propietarios, también cántabros, mandaron construir, en 1883, a su regreso de Méjico donde se habían marchado a hacer fortuna, se diferencia del resto de las casas del Valle de Toranzo no solo por el color de su fachada, sino también por sus grandes ventanales y sus inmensos jardines salpicados por palmeras centenarias.

   Después de que el arquitecto... cántabro, Luis Castillo Arenal, rehabilitará la casa-palacio brindando homenaje a la cultura indiana de la zona, Covadonga se volcó en la decoración. Los azulejos de los baños están hechos a mano así como las baldosas hidráulicas blancas y negras del suelo de la primera planta (por un artesano de La Oliva, Valencia). Covadonga compró todas las lámparas de la casa en un Mercadillo de Colonia (Alemania) y, con la gran ayuda de su madre, bordó las sábanas y restauró muchos de los muebles que decoran el porche y las habitaciones: “Mi madre tiene una energía increíble y es toda una artista. Me regaló y restauró los baúles de viaje que decoran el porche, el banco de madera donde la gente se sienta a tomar el sol…todo”.

   Desde los grandes ventanales de cada una de las 9 habitaciones que tiene la casa rural, podrás observar los 5.000 metros de jardín, salpicado de árboles frutales y envuelto por las montañas. Después de darte una duchita o un baño y secarte con mullidas toallas que huelen a flores, te recomendarán, encantados, qué excursiones hacer por los alrededores y en qué restaurantes se puede comer bueno, bonito y barato. O, si prefieres, podrás elegir un libro entre los cientos de volúmenes que alberga la biblioteca de la Casa, y leerlo sentado junto a la chimenea en invierno o, ahora que llega el buen tiempo, en una hamaca debajo del árbol que más te guste: nogal, peral o castaño.

   Se rumorea que las meriendas de la Casona Azul son las mejores de toda Cantabria (ya que no hace falta estar alojado en el hotel para disfrutarlas). Todas sus tartas, bizcochos, batidos, gofres, brownies están hechos con productos naturales y sin conservantes. Y como prefieren que la gente repita, el precio es muy económico: por sólo 3 euros puedes merendar.

   En cuanto a la cena -siempre que avises con un poco de antelación-, Covadonga y su marido elaboran los menús con verduras de temporada que ellos mismos cultivan en su huerto, y con quesos, carne o pescado fresco, comprado en el mercado al día. por experiencia propia, destacan su rollo de bonito o su receta de espaguetis con manzanas y cebolla.

   Por la noche, cuando te arropes con las sábanas, el olor a naturaleza te llevará hasta los brazos de Morfeo: “Secamos la ropa de cama y las toallas al sol. Cuando las guardamos en el armario escondemos, entre ellas, manzanas y flores naturales”. A través de los tragaluces de todas las habitaciones, la luna y las estrellas serán testigo de tu noche de ensueño. Y, en las mesillas, flores de temporada o ramitas te saludarán por la mañana.

   Definitivamente, ¡bienvenidos a La Casona Azul!

PD: Recomendaciones de Covadonga si vienes a visitarla:
- El bar-restaurante, Casa Frutos, situado en Vega de Pas, que sirve el mejor cocido montañés, por 7 euros. Después, para bajarlo, puedes conseguir una bicicleta en el mismo hotel y recorrer, por el carril bici, la orilla del Río Pas hasta alcanzar la Vega del Pas, capital de las villas pasiegas o dar un paseo hasta las Cuevas del Castillo, en Puente Viesgo, mientras escuchas los trinos de los pájaros, el mugido de las vacas o el tintineo de las campanillas de las cabras. 

- Las playas de Oyambre y Langre La primera que es inmensa se encuentra dentro del Parque Natural de Oyambre y, eunque haya gente, nunca se llena. La segunda es, si cabe, aún más especial: “Cuando estás en el agua y miras alrededor, el paisaje es tan bello y grandioso, que te hace sentir pequeñita. Cuando sube la marea, la playa se divide en dos. En la parte más grande se practica el nudismo y está llena de surfistas; y, en la más pequeña, además de nadar, puedes tomar un aperitivo de ostras y lapas”.

                                                              (De Carla, el 27 de mayo de 2014)

Referencias útiles:
LA CASONA AZUL DE CORVERA
General Díaz Villegas, 5
39697 Corvera de Toranzo
942 596 400

Precios: Una habitación doble en temporada Alta (Agosto y Semana Santa): 75 euros: el resto del año: 66 euros. PD: Cama supletoria: 25 euros.

Para saberlo todo sobre LA CASONA AZUL, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

PD: La Casona Azul está altamente recomendado por el Club Rural (también en Facebook y Twitter).

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