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Mi PETiT TERRACEO (nº3):
BOSCO DE LOBOS

Plantado en el impresionante jardín interior de la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), a medio camino entre Tribunal y Gran Vía, se esconde un paraíso de árboles, luces y cubos transparentes, que invita a entrar y poner en alerta todos los sentidos. Bosco de Lobos, el último de los grandes restaurantes-terraza de la Villa, estimula no solo nuestro gusto con su carta ítalo-mediterránea, sino también el olfato con el aroma de su comida; la vista, con un interiorismo que juega con la madera y la vegetación; el oído, con el ir y venir de una agitada cocina abierta al público; y el tacto, con el disfrute de tener entre manos, y boca, productos de primera calidad. Una oferta gastronómica que arrancó el pasado mes de mayo de 2014 con el maridaje del diseño y el arte de la buena mesa como principal arma.

Su nombre italiano ya anuncia una (buena) intención, la de lograr un “bosco” (bosque) en medio de la capital. Sus creadores, Tomás Tarruella y Perico Cortés, dueños de la sabrosa empresa En Compañía de Lobos -conocida por locales como Gallito en Barcelona o Ana la Santa en Madrid-, son expertos en conseguir ambientes y, por supuesto, platos únicos. Con la ayuda de la diseñadora Sandra Tarruella y la paisajista Ana Esteve, crearon un oasis abierto y diáfano, con un gran jardín como protagonista, al que la gente pudiera entrar para dejar atrás el asfalto y el ruido. Un espacio verde y protegido que se adapta a múltiples opciones culinarias, desde el informal y alargado brunch a la comida familiar o de trabajo, el ligero picoteo, el divertido picnic o simplemente el parón para refrescar nuestros sedientos gaznates.

Según las necesidades, se puede optar por una de las 3 áreas en las que se divide el restaurante. Desde el llamado Salón de arquitectos, repleto de libros y perfecto para comer y trabajar, a la gran barra central, donde tapear, tomar unas cañas o algo rápido mientras se vive en primer plano la adrenalina de los cocineros; pasando por el espacio más codiciado, la terraza jardín que abraza con su verde todo el local.

En su carta, el chef Alberto Sambinelli recupera viejas recetas para elaborar platos de la mamma italiana: carpaccios de ternera, de pez espada ahumado o de bresaola con alcachofas; clásicos como la burrata de Puglia, la pizza Romana -de base fina y crujiente-, o los risottos. Y, para los más hambrientos, la Milanesa “oreja de elefante”, enorme y potente. Una comida que, gracias a la belleza que rodea al comensal, se digiere tan bien que si no llega a ser por las obligaciones que a todos nos persiguen, acamparíamos en este bosque como lobos satisfechos.

Hasta ahora y en apenas 3 meses, llenan de día y de noche y el boca a boca ha dado gran fama a un lugar y a una fórmula que sus dueños ya se han llevado de viaje. Dos hombres con las ideas claras y, por supuesto, muchas ganas de comerse el mundo.

PD: En Compañía de Lobos nació mirando al mar. Su primer restaurante, Gallito, abrió sus puertas en Barcelona en 2011 y le siguieron, en 2013, Ana la Santa y, en 2014, Bosco de Lobos, ambos en Madrid. Al otro lado del charco cuentan con Luzía y Cuines en México DF y Juana La Loca y Luzía en Bogotá, estos últimos realizados por el prestigioso arquitecto Isay Weinfeld. Sus siguientes aperturas están previstas en San José de los Cabos (restaurante Tomate), Miami y Cartagena de Indias.

(De Lidia Martín, el 31 de julio de 2014)

Referencias útiles
BOSCO DE LOBOS
En La Sede del Colegio de Arquitectos de Madrid
Calle Hortaleza, 63
28004 Madrid
915 249 464
M Chueca / Tribunal

Horario: de Lunes a Domingo, de 13h hasta medianoche. Puedes reservar tu mesa aquí.

Precio (medio): 25 euros por persona.

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