GOURMET - Mi Petit Madrid * - LA VERÓNiCA,COMER HACiENDO AMiGOS

LA VERÓNiCA,
COMER HACiENDO AMiGOS

La diferencia entre un restaurante sin más, y un lugar de encuentro donde se come bien, es entrar sin otro plan que el nutricio, y salir con la lista de contactos rozando el sobrepeso. Exactamente así funciona LaVerónica, desde que estrenó su nueva etapa a primeros de septiembre. El negocio ya tiene unos añitos, pero cada rincón ha sido renovado, conservando el alma que lo guía desde hace un cuarto de siglo.

De entrada, a la deliciosa Tía Tati (a la derecha en la ilustración), propietaria del restaurante antes llamado la Vaca Verónica, le sobresaltó la idea de cambiarlo todo cuando se lo planteó su sobrina Mariana Gyalui (a la izquierda), conocida gestora cultural y representante de artistas como Joaquín Cortes en tiempos, La Oreja de Van Gogh, Rosana, la productora de Javier Limón, Casa Limón, o en estos días, Carlos Baute. Pero, hoy, Tati está más que feliz con el resultado. Lo que no quita que los primeros días fuera algo agitada, murmurando entre dientes y sin perder su mágica sonrisa: “¡me lo cambiaron todo de sitio! Acá, los clientes siempre han sido amigos. Por eso, trato de que todos se sientan como en una casa donde se coma bien”.

Tati mantiene las acertadas costumbres, que le vienen funcionando desde hace 25 años cuando abrió su primer restaurante, en el mismo barrio, apenas unas calles más allá. Sigue recorriendo el Mercado de Antón Martín para escoger los productos para la carta del día. Y, por la tarde, si queda un rato libre, Tati se entretiene en repasar los delantales de su equipo, para que todo roce la perfección.

En LaVerónica son bienvenidos los perros pero no se admiten prisas. Mientras el paladar se entretiene con un rico aperitivo (deliciosos encurtidos, un platito de boquerones aliñados con orégano y aceite de oliva, o una jugosa ensaladilla de la casa con ventresca de atún rojo), los ojos saltan entusiasmados del techo a la pared, para recorrer la gran estera de esteras. 8 metros, tejidos de manera artesanal por un maestro espartero, que llena la pared principal del salón, y se multiplica al reflejarse en un generoso espejo convexo, colocado en el muro de enfrente.

En la carta, diseñada por Pete Slim, hay pasta fresca con carabineros, o con pesto. Carne LaVerónica con patatas, exquisitas mollejas, costillas con lombarda y puré de manzana, unas albóndigas de pollo deliciosas, cuyo secreto es el modo de trocear, que no picar, la carne, y algún que otro manjar invitado del día, servidos en platos de porcelana artesanal.

Por allí, hemos visto a Elvira Lindo, Antonio Muñoz Molina, Martirio, Belén Rueda, Eva González, Mariola Orellana, o el fotógrafo Bernardo Doral. Todos ellos dejan su firma en el mantel, y entran al juego de dibujar algo, siguiendo la línea de puntos marcada en el papel. ¿El resultado? Una colección de “verónicas” personalizadas, para ¿el futuro museo del local?

(De Sol Alonso, el 04 de octubre de 2014)

Referencias útiles:
LAVERÓNiCA
Calle de Moratín, 38
28014 Madrid
914 297 827
M Antón Martín / Atocha

Horario:
- De Lunes a Sábado: de 10h hasta las 2h de la madrugada;
- Los Domingos: de 10h a 18h.

Para seguir los pasos gastronómicos de LAVERÓNiCA, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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(De Sol Alonso, el 04 de octubre de 2014)

Referencias útiles:
LAVERÓNiCA
Calle de Moratín, 38
28014 Madrid
914 297 827
M Antón Martín / Atocha

Horario:
- De Lunes a Sábado: de 10h hasta las 2h de la madrugada;
- Los Domingos: de 10h a 18h.

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