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ESPAÑA SE ESCRiBE CON B
(CORRUPCiÓN EN LA COMUNiDAD DE MADRiD)

Francisco Granados, ex vicepresidente madrileño, pasará a la historia por haber dado nombre a una trama de corrupción, La Púnica, denominación original del arbusto Púnica Granatum, que el corrupto lleva en su apellido. A Javier Chicote, periodista de ABC, que destapó los chanchullos de la operación en 2008, le tomaron por loco.

Miguel Blesa presidía Bankia, cuando se supo que la entidad bancaria ocultaba un escándalo financiero valorado en nuestro estado del bienestar. La ley le señaló con el dedo, pero él convirtió los barrotes de su celda intermitente en una puerta giratoria, engrasada con el derroche de su equipo. Tarjetas Black, ardiendo en gastos impúdicos, estrafalarios y privados. Elpidio Silva, el juez que tuvo enfrente, está condenado a 17 años de inhabilitación.

José Luis Peña, ex concejal del Partido Popular en Majadahonda, o Ana Garrido, ex funcionaria del Ayuntamiento de Boadilla del Monte, quisieron denunciar ante Esperanza Aguirre, el trueque de favores ilícitos entre ciertas empresas, y los ayuntamientos de Bohadilla del Monte, Arganda del Rey y Majadahonda. Pero La Lideresa (entonces Presidenta Autonómica, y hoy candidata del PP a la Alcaldía de Madrid), les hizo caso omiso. El Caso Gürtel, localizado en Valencia y Madrid, destapó la supuesta financiación ilegal del Partido Popular, y otras tropelías, denunciadas por su antiguo tesorero, Luis Bárcenas. También provocó la caída en desgracia del juez Baltasar Garzón.

Tres son los casos que se desmenuzan en el tercer capítulo de la webserie documental, titulada, España se escribe con B. En la primera entrega, fue Valencia, después Andalucía, y ahora toca destapar la podredumbre de ciertos gobernantes madrileños del Partido Popular. Sus autores, Eugenio Ciscar y Juanma Caurin (en la ilustración) son valencianos, y profesionales de la comunicación, y el periodismo.

Han trabajado sin subvenciones y sin amos. Dos ausencias que suelen cabalgar juntas. Ciscar y Caurin pretenden recorrer el país por sus alcantarillas, y aseguran que no hay una sola comunidad en el estado español tan limpia como para tirar la primera piedra. La corrupción es un virus que se propaga fácilmente gracias a la desfachatez y la avaricia de un sector de políticos y empresarios, habituados a charlar en los términos que reproduce el documental:

-Pero, ¿para construir hay qué pagar?
-Sí.
-¿Eso no es soborno?
-¿Qué soborno? Son las putas reglas del juego.

“No hemos entrevistado a ningún político. ¿Para qué? Lo normal es que den mucha la lata hasta conceder la cita, y vuelvan a mentir delante de la cámara”, comenta Eugenio Ciscar. “Preferimos testimonios directos de denunciantes o de periodistas de investigación”.

En este capítulo, se describen auténticas Escopetas Nacionales. Pena que la realidad y la vergüenza ajena disuelvan cualquier conato de risa. Porque no solo de dinero viven los podridos. Se aceptan regalitos varios. Viajes, timbas de póker, reformas privadas… todo por un ok para construir, tras una fraudulenta recalificación del terreno. Especialmente obscenas son las cacerías, organizadas en honor a la deshonra, cuentan los entrevistados. Valoradas entre cuatro y nueve mil euros por persona, permiten disparar sin veda ni piedad contra cualquier animal, mientras manjares prohibitivos para la gente común, aterrizan en un avión privado.

La resiliencia del microbio de la corrupción no tiene límites. Su capacidad de mutación, tampoco. “Una vez desinflada la burbuja inmobiliaria, los negocios sucios buscan nuevos campos de acción. Festejos, organización de eventos o contratos de eficiencia energética para los ayuntamientos, como ha ocurrido con La Púnica”, comentan los directores. “Nuestra paciencia como ciudadanos expoliados está por ver. Lo peor que nos puede pasar, justo ahora, es que no influya en el voto”.

(De Sol Alonso, el 22 de mayo de 2015)

Referencias útiles:
Puedes visionar el documental “España se escribe con B. Comunidad de Madrid” (Capítulo 3), en YouTube, y para seguir los pasos comprometido de ESPAÑA SE ESCRiBE CON B, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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-Pero, ¿para construir hay qué pagar?
-Sí.
-¿Eso no es soborno?
-¿Qué soborno? Son las putas reglas del juego.

(De Sol Alonso, el 22 de mayo de 2015)

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