Construido, entre 1919 y 1925, en la casi confluencia de la calle Alcalá con la antiguamente denominada calle del Conde de Peñalver y actualmente conocida Gran Vía, para acoger el Círculo de Bellas Artes -harto de mudarse cada dos por tres-, el emblemático edificio de “monumentalidad artística”, ideado por el heterodoxo arquitecto, Antonio Palacios, es una “explosión vertical” de espacios entremezclados, un “amago de rascacielos” y un “acto de rebeldía” arquitectónica, en una época marcada por la voluntad de ordenar y racionalizar la ciudad, entregada al neoclasicismo. Detrás de su fachada -¿que simboliza la lucha del artista por hacer triunfar las Artes, desde su torre de Babel?-, el Círculo de Bellas Artes (CBA), privado y sin ánimo de lucro, cumplirá ¿discretamente? 134 años, el próximo 16 de abril. Lo que empezó con cuatro “gatos” artistas, en 1879, durante una animada tertulia, en el Café Suizo, se convirtió, con el tiempo y mucho talento, en EL Centro Cultural de referencia de la capital. He aquí la historia de un sueño hecho realidad.

   Fruto del amor entre Isabel II y Francisco de Asís y del desamor entre los Carlistas y los Republicanos, Alfonso XII, apodado el Pacificador, accedió al trono desde el exilio, con tan solo 17 años, el 29 de diciembre de 1874. A pesar de su temprana edad, de su presidente de gobierno conservador, Antonio Cánovas del Castillo, y de su repentina muerte de tuberculosis a los 27, el joven rey de España fue el primer monarca español formado (en Alemania, Francia y Gran Bretaña) para reinar y partidario de una monarquía parlamentaria. En ese contexto “reformista”, las Ciencias y las Artes, en plena ebullición, en toda Europa, encontraron un terreno favorable para su expansión. Entonces, cuando el pintor Plácido Francés propuso crear un Círculo de Bellas Artes, en el Madrid alfonsino, para que los artistas pudieran exponer y vender sus obras así como intercambiar ideas y técnicas, sus contertulianos aplaudieron.

   Si normalmente “del dicho al hecho, hay un trecho”, en ese caso, fue todo lo contrario. Nada más plasmar su idea en el papel, más de un centenar de artistas y amantes del arte, firmaron, a principios de 1880, su declaración de principios, abonando la cuota de 100 reales para convertirse en socios del club. El Círculo, constituido oficial y legalmente el 16 de abril de 1880, organizó una fiesta de inauguración, el 8 de agosto, con sus 267 socios de entonces, en su primera sede de la calle de Barquillo (nº5). La frenética actividad del Círculo -desde bienales de pintura y obras benéficas y sociales hasta su famoso baile de máscaras (cuya primera edición remonta al 13 de febrero de 1891, en el Teatro de la Comedia)- le obligó a cambiar constantemente de sede para poder acoger a sus socios y al público. Después de la novena mudanza, el CBA decidió convocar, en 1919, un Concurso de Anteproyectos para la construcción de un edificio propio.

   Después de largas deliberaciones y agrias polémicas, Antonio Palacios ganó finalmente el Concurso. Nada más saberlo, el propio Palacios -como miembro hiperactivo de la Sección de Arquitectura del Círculo- movió Roma con Santiago o, como se diría hoy en día, activó sus redes sociales, para adquirir el actual solar, ocupado por los jardines del Marqués de la Casa Riera (que da, actualmente, su nombre a la calle con la que el edificio hace esquina). Sin entrar en los detalles de “si te doy licencia o no”, nuestro arquitecto tuvo que luchar también contra los prejuicios municipales para conseguir las licencias necesarias. La situación se reguló cuando se declaró el Círculo de Bellas Artes “Centro de Protección de las Bellas Artes y de Utilidad Pública”, en 1921, pero otros obstáculos se asomaban. Los problemas de financiación aumentaron a medida que el edificio iba ganando su lugar en el cielo y los adornos previstos tendrían que ser revisados a la baja (sobre todo, en la parte más alta del edificio). Y, el lunes 08 de noviembre de 1926, Alfonso XIII inauguró el nuevo edificio presidiendo una primera exposición de pintura de Ignacio Zuloaga.

   Finalmente, Minerva -la diosa romana de la sabiduría y las artes pero también de la guerra y la estrategia- se instaló, a duras penas (y con muchas pelas -se habla de 1 millón de... pesetas, ufff-), en la azotea más emblemática de la capital, ¡ en 1964 !, aunque cueste imaginar el edificio sin la guardiana celeste. Prevista en el proyecto inicial, pero descartada en el presupuesto final, su realización se quedó... en el aire, sin malos juegos de palabra, hasta que el Círculo encargara su proyecto al escultor Juan Luis Vassallo, en los años 60. Desde sus 58 metros de altura y sus 7,5 metros de estatura, Minerva domina a sus homólogos vecinos, Neptuno, Cibeles y Apolo, que descansan en sus respectivas fuentes, dando una dimensión mitológica a la expresión castiza “De Madrid al olimpo... perdón, cielo”.

   Como encrucijada cultural y sentimental más concurrida de la ciudad, el Círculo de Bellas Artes no solo es el fiel testigo de nuestro pasado lúdico y artístico sino también el motor y agitador de nuestro espíritu crítico (post)moderno. Definitivamente, nuestra salud cultural depende del provenir de esta institución multidisciplinar, comprometida con su tiempo, desde hace más de un siglo. ¡Damos la cara por ti!*

*PD (comprometida) nº1: “Da la cara por el Círculo, da la cara por tu cultura”. Es el lema de la nueva iniciativa solidaria que acaba de poner en marcha el CBA para solicitar la colaboración activa de todos los amantes del arte que quieran involucrarse en defensa de una cultura independiente y crítica. Hazte “amigo benefactor” del Círculo de Bellas Artes mediante la donación de 1 euro y tu fotografía para aparecer en el Mosaico “circuliano”. Más info sobre tus “derechos” aquí. 

PD (arquitectónica) nº2: La verdad, también se podría decir “De Madrid a Palacios...” ya que nuestro arquitecto Antonio Palacios construyó, por la misma zona, los edificios del Casino de Madrid, del Palacio de Telecomunicaciones, de Casas Palacio Palazuelo, del Hospital de Jornaleros Maudes, de la Casa Comercial Torán y Harguindey (actual NH del Paseo del Prado), del antiguo Banco de España del Río de la Plata, hoy en día, sede del instituto Cervantes, de la segunda Casa Palazuelo, de la Casa Matesanz, del Hotel Avenida, del Banco Mercantil e industrial y de las primeras estaciones del Metro de Madrid.

PD (anecdótica) nº3: Cuando el CBA inauguró su nueva sede, el edificio de Antonio Palacios también contaba con un comedor para 600 comensales, una peluquería, una piscina cubierta, un cabaret y reservados (¿para el Arte... de Amar?). De 1926 a 1936, el juego fue la principal fuente de ingresos del Círculo, además de la organización del Certamen de Miss Europa, en 1933, en su famoso salón de Columnas, que llenó las arcas del Centro.

PD (histórica) nº4: Durante la Guerra Civil, se instaló un servicio de donación de sangre en la sala Goya, pero las demás salas quedaron parcial o totalmente destrozadas. Después de dar por perdido gran parte de su patrimonio artístico y humano (tanto por el conflicto como por la depuración de la lista de sus socios, efectuada al acabar el conflicto), el Círculo volvió a abrir sus salas el 27 de mayo de 1939. Poco a poco, las cosas volvieron a la “normalidad”... de la época, es decir, al servicio del régimen establecido, sin bailes de máscaras y con exposiciones de propaganda. Gracias a un crédito del Banco Hipotecario, concedido en 1943 al CBA, a las cuotas de los socios (y socias, a partir de 1955) en constante aumento, y a los ingresos de la sala de juegos, el Círculo consiguió seguir adelante. Nada más llegar la democracia, los problemas económicos del CBA volvieron a aflorar. Entre la declaración de su sede “Monumento Histórico Artístico de carácter nacional”, en 1981, las subvenciones subyacentes y la contribución voluntaria de muchos artistas, el Círculo renació de sus cenizas. Hoy en día, el CBA cuenta con más de 5.000 socios y 1,5 millones de visitantes al año.  Sin embargo, PD nº1.

Referencias útiles:
CíRCULO DE BELLAS ARTES
Calle de Alcalá, 42
28014 Madrid
913 605 400
M Sevilla / Banco de España

Horarios y Precios:
- Salas de Exposiciones: de Martes a Sábado, de 11h a 14h y de 15h a 18h, y los Domingos, de 11h a 14h. Precio: 3 euros.
- Biblioteca: de Lunes a Domingo, de 9h a 22h.
- Sala de Billar: de Lunes a Domingo, de 15h a 22h30.
- Sala de Juegos: de Lunes a Domingo, de 15h a 22h30.
- Talleres de Dibujo, Pintura y Grabado: de Lunes a Sábado, de 16h a 22h, y los Domingos, de 18h a 22h.
- Azotea: de Lunes a Domingo, de 11h a 15h y de 16h a 21h [pero sujeto a cambios...]. Precio: 3 euros.
- Cafetería La Pecera: de Miércoles a Domingo, de 16h a 22h [pero sujeto a cambios...]. Precio: 1 euro (acceso al edificio incluido) o 4 euros para la “entrada combinada (es decir, todo incluido).

Para seguir todos los pasos artísticos del CíRCULO DE BELLAS ARTES, conéctate a su web, su blog, su Facebook y su Twitter.

Fuentes:
- Ficha “Círculo de Bellas Artes de Madrid”, Biblioteca del COAM, 2001.
- “Círculo de Bellas Artes”, de Iñaki Ábalos, in Enciclopedia de Madrid. Siglo XX, editada por el Ayuntamiento de Madrid, 2002.
- El Círculo de Bellas Artes. Madrid, de 1939 a nuestros días, de José Luis Temes, Alianza Editorial, Colección Libros Singulares, 2003.
- “Un Círculo de 125 años”, de Marta Rivera de la Cruz, El País, 20.II.2005.
- “La estatua de Minerva”, del blog Caminando por Madrid, 02.XI.2010.
- “Edificio del Círculo de Bellas Artes”, Irene Peña Herranz y Rosa María García del Pozo, del blog Mitología en Madrid, 2010-2011.
- “La diosa Atenea en Madrid”, de Mercedes Gómez, del blog Arte en Madrid, 16.V.2012.

PD nº5: Con “Detrás de la fachada”, Mi Petit Madrid pretender explorar los secretos mejor o peor guardados de los edificios emblemáticos o no de la capital. Si quieres compartir algunos con nosotras, aquí estamos y también aquí.

[Volver a Mi Petit Callejero o Blogosfera]