A medio camino entre un gabinete de las maravillas, un laboratorio y una boutique de moda, el “laboratorio floral” de Felipe Carvallo Quintanilla, en el que sólo vende aquellas plantas que es capaz de dominar, es un lugar mágico no solo por las extrañas y fantásticas especies que alberga, sino también por su cuidada y cautivadora decoración. ¡Bienvenid@s a Orquídea Drácula!

   Chileno de nacimiento y madrileño de adopción temprana (se trasladó a la Villa junto a sus padres con apenas 10 años de edad), Felipe (retratado aquí) se inspiró -contra todo pronóstico- en “La Pequeña Tienda de los Horrores” (1960) para bautizar su negocio. En la ingeniosa película de Roger Corman, un peculiar florista se tiene que hacer cargo de la floristería, que acaba de heredar de su madre, donde todo se ve revolucionado cuando aparece una planta carnívora alienígena que, desde la trastienda, manipula y controla al florista a su antojo; y a Felipe le gusta pensar que la Orquídea Drácula está detrás de su misterioso universo ya que se trata de una variedad, que suele crecer en sitios hostiles e incluso puede llegar a ser un parásito de algunos árboles, pero que, en Madrid, aunque “se vuelve loca” y comporta de maneras extrañas, consigue adaptarse (con muchos cuidados).

   Aunque su floristería Orquídea Drácula lleva abierta poco tiempo -desde el pasado mes de agosto-, Felipe ya ha conseguido identificar el tipo de clientela que tiene: si bien es capaz de llamar la atención de las señoras del barrio, el 80% de sus clientes llegan atraídos por las redes sociales al advertir online que van a encontrar un espacio diferente. Es lo que tiene pertenecer a la Generación X, un hecho que ha marcado todo el universo visual de Felipe, y es precisamente a esta generación a quien enfoca todo su plan de marketing: “Mi generación no está acostumbrada a comprar ni flores ni plantas”, según Felipe quien decidió abandonar toda una carrera dedicada a la moda en el sector del retail (al por menor) para reciclarse en el negocio floral. “Llegó un día en el que me cansé de salir y me di cuenta de que lo único que quería hacer era estar con mi novio, mis perros y rodeado de plantas”. Esa sensación, sumada al estrés y al ritmo frenético de un trabajo, que había dejado de motivarle, hicieron el resto.

   Entonces, Felipe comenzó a tomar cursos de formación, y rápidamente se dio cuenta de que la forma de diseñar ramos o enfocar el negocio estaba demasiado encorsetado, muy dirigido hacia el arquetipo de señoras mayores o ramos esporádicos entre enamorados para salir al paso. Sus sospechas se vieron confirmadas cuando, en sus primeras visitas a viveros, descubrió que el 80% de las compradoras eran mujeres mayores, muy alejadas de su generación y sus intereses. No había vuelta atrás: orientaría su exuberante creatividad hacia una clientela más joven, perfectamente capaz de apreciar la belleza de las plantas...

   Aunque la moda no sea algo que ya le interese, la trayectoria de Felipe en el mundo del retail le ha influido a la hora de plantear el universo de plantas y flores su floristería: presentaría colecciones estacionales. Si este verano lo que le pedía el cuerpo era tropicalismo, flores exóticas provenientes de las selvas más recónditas, e incluso, colores flúor capaces de crecer naturalmente a salpicones entre las hojas; para este otoño, Orquídea Drácula se ha teñido de granates y violetas para abrazar las flores oscuras con toques barrocos y japoneses: “Yo hago una selección de flores muy especiales, juego con los volúmenes, los colores y las texturas, y huyo de elementos que suelen utilizar otras floristerías y que no van conmigo, como los tejidos naturales, las rafias…”.

   Si bien Felipe es el alma mater de Orquídea Drácula, no está solo en esta aventura. Tera, de Glocal Studio, ha ideado la decoración de su laboratorio floral (como le gusta llamarlo Felipe), que tanto llama la atención con su alicatado geométrico y blanco junto a mármoles y jarrones romanos, que combinan perfectamente con los metacrilatos de colores que le aportan un toque de “locura”. Alice Pesenti se ha ocupado de convertir todo lo que rondaba por la cabeza de Felipe en identidad de marca. Y el novio de Felipe, Sergio Montelongo, realiza un trabajo fundamental de búsqueda de viveros y de todo aquello que conforma la parte menos visual y más silenciosa de un negocio. Felipe confiesa que su sueño es que Sergio pueda abandonar su actual trabajo para poder dedicarse juntos y en exclusividad a la floristería.

   En Orquídea Drácula, los ramos son pequeñas obras de arte conceptual. Entre sus Best Sellers, se encuentra el ramo Laura Palmer, dedicado a “Twin Peaks”, un ramillete de flores unidas por una brida, que se pudren lentamente dentro de un plástico mortuorio junto a la mítica foto de Laura Palmer ya cadáver. El próximo estará dedicado a Eduardo Manostijeras... En cuanto a los ramos a petición, antes de reaizarlos, Felipe investiga sobre los gustos del homenajeado u homenajeada para poder desarrollar el ramo perfecto que signifique algo, evoque algo, tenga sentido más allá de la emoción innata que conlleva el recibirlo.

                                            (De María Glück, el 14 de noviembre de 2017)

Referencias útiles:
ORQUíDEA DRÁCULA (ver la ilustración)
Calle de Amaniel, 20
28015 Madrid
675 504 206
M Noviciado / Ventura Rodríguez

Horario:
- De Lunes a Sábado: de 12h a 21h;
- Los Domingos: de 11h a 15h.

Para seguir los pasos (re)creativos de ORQUíDEA DRÁCULA, conéctate a su web, su Instagram y su Facebook.

[Volver a Mi Petit Callejero o Blogosfera]