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AMARAL
NOCTURNAL

Érase una vez una niña que creció feliz en los bloques militares del barrio de Casablanca al sur de Zaragoza, y que transformó su timidez en una fiera sobre el escenario usando su gran voz para imitar a Lou Reed o a su querida Patti Smith; y un rebelde pegado a un gorro, criado en San Sebastián, que se sintió maño nada más llegar a Zaragoza de adolescente, y que antes de saber tocar nada ya se había montado una banda de rock. Y una buena noche, el destino hizo que se encontraran en la parte trasera de un bar. Desde aquel flechazo, han pasado más de 2 décadas, y desde entonces, Eva Amaral y Juan Aguirre (en la ilustración) no han dejado de transmitir al mundo quiénes con y lo que piensan a través de sus canciones. Hoy, Viernes 30 de octubre de 2015, sale a la venta su 7º álbum de estudio: “Nocturnal”, otro bofetón de realidad que confirma el sueño de 2 jóvenes que querían dedicarse a la música, y que aún hoy se consideran unos privilegiados (que pueden agotar entradas para 5 conciertos del tirón, presumir de 3 Premios Ondas de la Música, o verse rodeados de todo el glamour de Manhattan mientras mezclan su último trabajo), porque Amaral no olvida de dónde vienen.

Antes de conocerse, Juan estudiaba filosofía, y tocaba sin parar con su grupo Días de Vino y Rosas, que llegó hasta Radio 3, e incluso, tocó con Los Planetas, mientras Eva iba para artista, primero en la escuela de Artes y Oficios estudiando escultura, y luego, dejando salir una voz que dejó a su profesora tan alucinada que la mandó derechita con la maestra entre las maestras, que la hizo descuento para poder tenerla en sus clases. Y así, dándole al repertorio clásico de día y cambiando al punk de noche, con sus grupos Bandera Blanca o Lluvia Ácida, Eva se topó con un tal Juan, reclamado por su grupo para hacer unos arreglos con su guitarra, y se hicieron inseparables.

Para darle seriedad al asunto, se apuntaron al conservatorio, y mientras aprendían a leer música, llegaron las primeras canciones, y con ellas, los bares en los que Juan pinchaba y Eva ponía copas, los permisos para librar si salía algún bolo, y las jornadas de Juan como segurata de unos grandes almacenes… todo por las maquetas. Empezaron a tocar entre amigos, y agotados los bares y salas de Zaragoza, escaparon a Madrid para dejarse la piel en los locales que vieron crecer a muchos de los grandes, como Libertad 8, San Mateo Seis, La Boca del Lobo… Eran conciertos de apenas 10 personas, pero entre el público hubo sorpresas, como el día en que un tipo les ofreció su casa porque le gustaba lo que acababa de escuchar, y resultó ser Joselé Santiago de Los Enemigos, y otro en que el periodista musical Jesús Ordovás decidió hacer lo que estuviera en su mano para ayudarles.

Y así llegó la discográfica, y el traslado a la capital en 1997 para, en un añito, parir su primer disco “Amaral” (1998), un título sin rodeos y lleno de colaboraciones ya de lujo, como la de Álvaro Urquijo. Su proceso no se puede resumir en tener a Juan a la guitarra y a Eva en la voz. Ellos mismos se encargan de desmontarlo, son libres y se complementan: uno cubre el hueco que deja el otro, aprovechando Juan los silencios de Eva y al revés, componiendo de la mano, repartiendo la autoría y compartiendo su crítica visión de la vida.

Grabando su segundo disco, la hasta entonces pareja rompió. Fue el final de una relación personal, que a pesar de provocar momentos difíciles e incómodos, dio paso a una unión más duradera que ninguna otra. Fueron tan discretos que nadie en su compañía se enteró hasta 1 año después. Y así nació “Una pequeña parte del mundo” (2000) con el toque londinense de Cameron Jenkins, que les acompañó durante 8 años, un ingeniero de sonido de los Rolling, George Michael o Elvis Costello que desde que un día escuchó cantar a Eva en una colaboración con el también maño Bunbury, quiso trabajar con ella.

Su 3º álbum “Estrella de mar” (2002) fue su consagración al ser el disco nacional más vendido de aquel año, y hoy, 1 de los 50 mejores álbumes del rock español, según la revisa Rolling Stone. El público se los comía, y los premios empezar a llover: 2 MTV Europeos al Mejor Artista Español, 5 Premios de la Música al Mejor Autor y Artista Revelación, a la Mejor Canción, a la Mejor Canción Pop y al Mejor Álbum Pop. Cargaditos de energía, Eva y Juan pusieron rumbo a los escenarios de Sudamérica.

Si, a partir de ese momento, perdieron la cuenta de los conciertos que llevaban, siempre disfrutarían por igual en estadios a reventar que en salas pequeñas, llenas de complicidad, cada vez rodeados de más amigos, como Pereza, Moby, Ariel Rot, Xoel López (entonces Deluxe), o de Queen, Amy Winehouse, Annie Lennox, Simple Minds o Bob Dylan, con el que Eva tuvo que salir solita al escenario por una tendinitis en la mano de Juan que, en 2004, también retrasó el lanzamiento de su 4º disco “Pájaros en la cabeza” (2005) -también el más vendido en España de aquel año-. Fueron 6 meses muy duros, de angustia y reflexión, que tuvieron mucho que ver con su siguiente trabajo, “Gato negro. Dragón rojo”(2008), el 5º de estudio, nº1 directo en la lista de los más vendidos y Disco de Platino relámpago en solo 1 semana. En él, Juan se estrenó cantando por primera vez un tema, y rindieron homenaje con el título, por un lado, al estudio que montaron en el centro de Madrid al que llamaron “Gato Negro”, y por le otro, a la mesa de 8 pistas con la que Eva graba en su casa, apodada “Dragón rojo”, que un lustro antes había ocupado su espalda en forma de tatuaje para recordarle lo fuerte que puede llegar a ser.

Con su siguiente trabajo “Hacia lo salvaje” (2011) -una vez más nº1-, se volvieron mucho más eléctricos y rockeros, y se lanzaron a la piscina con su propio sello discográfico, Antártida, una autogestión que se veía venir para un grupo con las cosas claras, los pies en la tierra y un mensaje sin pelos en la lengua... tanto que cuando Rubalcaba usó el título de su canción “Sin ti no soy nada” (“Estrella de Mar”) para responder en el Congreso a un diputado del PP, Amaral hizo lo propio con “Ratonera”, avance del disco que hoy sale, sacando el año pasado un video demoledor para la clase política, que causó un gran revuelo al que ellos quitaron importancia. Al fin y al cabo lo suyo es solo hacer canciones... ¿Nada más?

(De Lidia Martín, el 30 de octubre de 2015)

Referencias útiles:
Para seguir los pasos (re)creativos de AMARAL, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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(De Lidia Martín, el 30 de octubre de 2015)

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